Capítulo 23: Operación hacer hablar a Layla

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A la mañana siguiente tenía a Alex arrastrándome literalmente por el jardín como si fuera un saco. 

- Marc, ¿Se puede saber que hiciste anoche para estar así de cansado? 

- No lo sé, pero tiene toda la pinta de que hice un túnel de aquí a Japón. 

- Podrías al menos ponerte de pie y caminar. 

- No puedo, tengo agujetas hasta en las pestañas. 

- Esta noche es la fiesta así que ya te vas tomando un ibuprofeno, pero tú levantas el culo del suelo como que me llamo Alejandro Marco. 

- Tu segundo apellido debería ser Polo - reí yo. 

- Marc por favor, levanta el culo. 

Al final acabé levantándome del suelo, pero en cuanto entré en su coche, me quedé dormido. Eran las 20pm cuando Mar me despertó y vi que seguía dormido en el coche de Alex. 

- ¿Qué hora es? - le pregunté. 

- Las ocho de la tarde cabrón. Ha sido imposible despertarte, duermes como un tronco. 

Escuché la voz de Alex acercándose hacia mí. 

- Hombre, el rey de Roma. 

- El mismo. Ten, toma un ibuprofeno - me lo ofreció junto con un vaso de agua. 

- ¿Qué ha pasado? - pregunté mientras que Mar se reía y Alex ponía cara de pocos amigos. 

- Pues ha pasado que a las nueve de la mañana me tenías arrastrándote de un pie por el jardín de tu casa. He conseguido que subieras a mi coche para ir a casa de Noah y preparar todo lo de esta noche pero solo me ha faltado pegarte un sartenazo. 

- Y con todos ustedes, la nueva versión de Rapunzel - dije saliendo del coche y estirando las piernas -. Como nuevo. Explicarme si habéis cambiado algo, si no, me lo sé perfectamente. 

- ¿Y se puede saber cuándo lo has repasado? - me preguntó Rapunzel 2.0. 

- Mientras cavaba el túnel a Japón. 

De eso sí que me acordaba. Le di un beso a Mar y luego entré en casa de Noah para recibir el mismo sermón de todos los que estaban dentro. Lo gracioso sería averiguar qué excusa les habría dicho Mar, quien estaba (no sé cómo) despierta y como una rosa. 

- Vale vosotros hacerme un repaso de la idea y luego discutimos sobre cómo despertarme. 

- Voy a dejar pendiente entonces la búsqueda en Google: "cómo despertar a un muerto" - ironizó David. 

- Tampoco me muero, si me hubierais tocado o algo seguro que me habría despertado. 

- Bro - dijo Alex - te he pegado un guantazo (no muy fuerte) de desesperación y tu respuesta ha sido un ronquido. 

- Ah - dije yo mientras empezaba a reírme. 

- Bueno, el plan es el siguiente - dijo Noah en ese momento interrumpiéndonos a todos. 

Los chicos hicimos una parada en mi casa, y después de vestirme con un pantalón vaquero roto y una camiseta blanca, subimos en el coche y nos dirigimos hacia la discoteca. Nosotros llegamos hacia las 23pm, pero como las chicas se habían quedado en casa de Noah arreglándose y maquillándose no habían llegado todavía. 

- Mujeres - suspiró Alex. 

Nos quedamos esperando en la puerta unos 10 minutos hasta que vimos el deportivo gris aparcar delante nuestra. Mar llevaba puesto ese perfecto vestido negro con unos tacones no muy altos y el pelo recogido en unas trenzas de boxeadora que le quedaban preciosas. En cuanto la vi me entraron ganas de arruinarle el labial rojo que seguro que le había costado que quedara tan perfecto, pero me contuve. 

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