Capítulo 16: Ataqué tiburón

21 6 0
                                    

Ese día acabamos comiendo en la playa de Puzol, pero simplemente pedimos unos bocadillos en un bar y nos los comimos sentados en la arena. Luego volvimos a coger la moto y llegamos hasta la playa de Canet. Fue allí donde aparcamos de nuevo, asegurando la moto, y nos tiramos de nuevo a la arena sobre las toallas. 

- Otro día más de la "vuelta a las playas de Valencia" en moto. ¿Opiniones?

- No he visto nombre más poco original. De "la vuelta al mundo", "vuelta a las playas de Valencia" - rio ella. 

- No te rías, es original. Soy un chico creativo - dije yo con expresión orgullosa. 

- Ya lo he visto. 

Nos quedamos mirando el mar desde donde estábamos y en ese momento pensé que no podíamos hacer recorrido por las playas y no entrar a ninguna. 

- ¿Te apetece entrar al agua? - le pregunté.

- No se te ocurrió la idea de coger bañadores ni de cogerme a mi camiseta de repuesto. Solo me cogiste un pantalón corto de deporte. 

- Ya lo se. Y cogí dos camisetas mías. Obviamente una era para ti. Me gusta cómo te quedan. 

En ese momento nos quitamos los zapatos y fuimos corriendo directamente hacia el agua. Era ya de noche y no había mucha gente en la playa, solo unos cuantos adolescentes de botellón que seguramente se acabarían yendo pronto. Mar y yo estuvimos jugando en el agua bastante rato, haciéndonos cosquillas o tirándonos agua mutuamente. Cuando nos quedamos solos le cogí las manos para que parara de echar agua y la atraje hacia mi. Hubiera sido un momento tradicional y precioso ese beso a las 2 de la mañana en la playa, pero como a mi no me va lo tradicional, en el momento en que sus labios rozaron los míos le solté las muñecas y me sumergí.   

Oí desde debajo del agua cómo me llamaba y me buscaba con los brazos. Era muy de noche y ninguna luz alumbraba la playa, así que el agua estaba muy oscura y no se me veía. Me alejé un poco de ella para sacar disimuladamente la nariz y boca y poder tomar aire, y sin hacer ruido me volví a sumergir. Me acerqué a sus piernas y en el momento en el que las vi le mordí suavemente el gemelo. 

He de confesar que me pareció una broma super graciosa, pero cuando saque la cabeza del agua me llevé tal golpe que conforme salió volvió a entrar. 

- AY AY AY PERDÓN - me dijo Mar cuando volví a salir del agua con la mano en la cabeza. 

- ¿Pero tú? 

- De verdad lo siento, ¿Estás bien? - me cogió del cuello para bajarme la cabeza a su altura y mirar si me había hecho algo, pero obviamente solo había sido un golpe. 

- Dame un segundo que cojo un taburete y vuelvo. 

- Oye no te rías que yo no soy baja. 

- No eres baja, eres enana. 

- Y tú tonto, ¿Qué se le va a hacer? - dijo ella cruzando los brazos. 

Mar no era baja para la estatura media de chica en España, pero si comparabas su 1.68 m con mi 1. 90m, era un minion muy mono.  

- Vale, vale, no eres baja - levanté mis manos en señal de rendición y ella sonrió. 

- Te vas a reír - dijo después de unos segundos de silencio. 

- Mar, empiezas mal las frases. Si tú ya de antemano me dices que me voy a reír, no te molestes luego si me rio porque hasta tú lo asumes. Además me rio con amor. 

- Ah claro, te burlas de mi pero con amor. 

- Exacto - y le guiñé un ojo. 

- En fin, que me he asustado tanto porque...

MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora