Capítulo dos La visita de Scorpius

162 14 8
                                    

La primera visita de Scorpius a Grimmauld Place.

Capítulo dos

La visita de Scorpius

Solo pasó una semana desde la despedida de Astoria Malfoy. Harry, lamentablemente no había encontrado una excusa para acercarse a Malfoy Manor más allá de cuando acompañó a Albus tres días para que pasara tiempo con Scorpius. En ninguna ocasión encontró a Draco. Hasta el momento, en todas las visitas la persona que lo recibía era Narcissa.

Al menos, era mejor Narcissa que Lucius.

Cuando esas tres veces fue por Albus, ella seguía ahí, sin señales de Draco. No le hubiese costado preguntarle, pero sentía que sus sentimientos quedarían expuestos de esa forma. Narcissa parecía ese tipo de personas con un don para ver cosas que a veces uno no decía.

Intentó sacarle información a Albus respecto a Draco una mañana cuando su hijo, en contra de sus costumbres, amaneció antes de que saliera el sol.

—Scorpius está preocupado por él. Yo no lo he visto, pero Scorp dijo que lo escuchó llorar varias veces y cuando lo ve se hace el fuerte. La única que no llora es Merlina, pero Scorpius dice que a su manera lo hace, y le preocupa también eso que dijo el Profeta de ella, ya sabes... —hizo una pausa para hacer una mueca—, que es una niña oscura y maldita, aunque ella dijo que estaba contenta de su presencia en el diario —su hijo se encogió de hombros. Esos rumores, según Hermione, circulaban desde años y volvían cada tanto—. ¿Quieres que le diga a Scorp que tú también estás preocupado por su papá? —preguntó Albus. Harry no supo bien qué responder.

—No. Solo... Olvidalo. Es normal que Malfoy llore, Albus.

Su hijo asintió.

—Le dije eso a Scorp. —entonces su hijo bajó la mirada—. Tú también llorabas cuando creías que no te veíamos, papá.

Harry se quedó de piedra al saber que no había demostrado ser tan fuerte como creyó. Draco seguro le pasaba lo mismo, no sabía que su hijo estaba escuchándolo llorar.

Mierda.

Quería tanto ver a Malfoy. Tal vez Merlina fuera demasiado joven para preocuparse por lo que decía el maldito profeta de ella, pero Malfoy seguro estaba preocupado por el futuro de su sobrina en Hogwarts.

—Scorpius tiene el mejor amigo que puede tener, Al.

Finalmente, una sonrisa apareció en el rostro de su hijo.

***

Harry estaba sentado en la sala de Grimmauld Place con su hijo James y Lily. Albus estaba de visita en Malfoy Manor. Una vez más, cuando lo llevó, se encontró con Narcissa. La pregunta siempre que la veía buscaba deslizarse de sus labios pero siempre la detenía. Estaba perdiendo la esperanza de llegar a ver a Draco.

Tal vez solo tendría que intervenir y encontrarlo.

Mierda.

Faltaban dos horas para ir por hijo.

—¿Escuchaste eso, papá? —su hijo lo sacó de sus pensamientos y algo desorientado buscó el rostro de James.

—¿Cómo? —preguntó.

Su hijo mayor estaba más alto, su cabello estaba más largo pero sin salirse de control y su espalda y brazos evidenciaban todo el entrenamiento de Quidditch.. Sus ojos azules lo miraron con algo de brillo por primera vez en un tiempo. Harry había llegado a preocuparse por él. La casa estaba tan apagada que la única que la mantenía brillando era Lily con sus ocurrencias junto a Kreacher. Ese brillito que estuvo ausente llamó su atención. Su hijo, pese a que tardó en responder, sacudió la cabeza.

El Legado de Potter #3: La niña malditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora