Capítulo uno Funeral

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Porque los Potter tienen que estar cuando los Malfoy sufren, 

Capítulo uno

Funeral

El Profeta: ASTORIA MALFOY HA FALLECIDO

Astoria Malfoy, de soltera Greengrass, ha fallecido anoche producto de una maldición que ha perseguido por años a los miembros mujeres de su familia. Dejó este mundo en la casa que comparte junto a esposo, Draco Malfoy, rodeada de todos sus seres queridos.

Un grupo de magos y brujas ha salido a festejar la noticia esta madrugada. Consideran este evento necesario para la descontaminación del mundo mágico. Hay otros, sin embargo, como nuestro héroe de guerra Harry Potter, que han mostrado sus condolencias.

Incluso el colegio Hogwarts, inactivo por las vacaciones de verano, se ha teñido de luto.

***

Harry Potter sabía que estaba jodido desde hace semanas ya, pero no había sido tan consciente de ello hasta que a mitad de la noche le llegó la noticia de la muerte de Astoria Malfoy y su sufrimiento se centrara al imaginar lo destrozado que Draco debería sentirse en ese momento. Se había mantenido despierto después de que una carta de Scorpius había hecho a Albus venir a él buscando un abrazo y suplicando que al día siguiente lo dejara ir a Malfoy Manor para estar con su amigo.

Su mamá no se ha levantado hoy, papá —le había dicho moqueando, escondiendo su rostro.

Pero imaginar a Malfoy en pena y ver a su hijo pensando en Scorpius no fue lo peor. El desastre sucedió con una llamada del Ministerio de forma urgente para que se presentará en las calles de barros muggles. Un grupo de magos y brujas habían salido a festejar el fallecimiento de Astoria y el Departamento contra el Uso Restringido de la Magia no había podido contener la multitud por sí solo.

Enfermos, pensó. ¿Qué tan mal de la cabeza podría estar alguien para festejar la muerte de una mujer que jamás participó de la guerra? ¿Qué tan mal podían estar para festejar cuando un niño estaba llorando la muerte de su madre? Estaba furioso cuando apareció en medio de aquella multitud que no merecía llamarse magos ni brujas.

Pese a que la imagen de Catherin Jones había desaparecido, y se revelara que se trató siempre de Lewis dejó al grupo de seguidores confundido y alterado. Sin líder, se transformó en caos que terminaba en protestas frente al Ministerio exigiendo la verdad. Y ahora, salían a festejar, porque Harry reconoció a más de uno entre la multitud.

—¿Vienes a festejar, Harry Potter? —le preguntó una señora alta y delgada, con dedos demasiado largos como garras que llevaba una túnica con estrellas en ella. Harry movió su varita y la silenció. La mujer, al darse cuenta, intentó algo por sus propios medios cuando Harry, cansado y asqueado la ató haciendo aparecer una maldita soga. Intentó no aplicar mucha fuerza. Tampoco quería ser acusado de violencia. Debía controlarse, esta gente no eran magos oscuros, solo simples civiles confundidos. De eso intentó convencerse al menos.

—No estoy tan mal todavía, señora —le dijo—. No para festejar la muerte de un inocente.

Harry tenía un buen concepto de Astoria. La recordaba de su visita a Malfoy Manor, alegre y simpática, incluso tal vez hasta traviesa si no hubiera estado enferma. Su vida había sido injusta porque su familia decidió apoyar la pureza de la sangre y porque se enamoró de un Malfoy.

Cuando la multitud se dio cuenta de su presencia y la de otros aurores las cosas se fueron resolviendo. Algunos huyeron, otros intentaron seguir con el festejo, invitando a los aurores a participar, otros se fueron de buena voluntad después de dar sus nombres. Harry vio a Teddy modificando la memoria de algunos muggles alrededor que presenciaron lo ocurrido.

El Legado de Potter #3: La niña malditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora