Capítulo catorce Última cita

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Porque finalmente, los Malfoy entendieron todo. 


Capítulo catorce

Última cita

Las fiestas pasaron casi como un borrón para Harry. Un día tenía a sus tres hijos con él en casa, con Kreacher loco de felicidad por tener cosas que hacer, al siguiente estaban en La Madriguera y al siguiente estaba viendo a sus hijos partir otra vez a Hogwarts.

A una semana de quedarse otra vez solo, la única expectativa era su visita programada a Malfoy Manor. Se supone estaría allí para supervisar que Draco no hiciera nada indebido con la poción, si lograba hacerla, o que no pasara nada como un accidente, pero cuando lo vio, se le hizo agua la boca.

Mierda.

Hacía meses, muchos, que no follaba.

Draco vestía una camisa muggle manga larga de color negra que en la parte de sus hombros le quedaba bastante suelta, lo complementaba unos pantalones de vestir que acentuaban su cintura donde la camisa estaba por dentro.

Delicioso.

Mierda.

Algo estaba despertando. Fue peor cuando Draco le pidió que lo siguiera a una mazmorra donde estaba su laboratorio.

—Imagino que has traído los ingredientes clave, Potter.

—Sí, pero solo podré dartelos cuando creas que has encontrado la fórmula en su totalidad.

—Bien. No he trabajado en ello en papel porque se lo prometí a tu amiga, y no deseo traicionar a la Orden antes de siquiera ser oficial. Pero en mi cabeza  ya la tengo, Potter. Te digo, los Inefables se las están guardando, o no les interesan, o son del bando de Lewis, o no sé. Inútiles no creo que sean.

Efectivamente, en menos de una hora Draco estaba convencido que tenía la preparación de una de las versiones de la poción multijugos que Lewis usó. Paso siguiente, Harry sacó los ingredientes y Draco empezó la preparación. Una parte de la poción, ya que no se preparaba en un día, sino en semanas. Eso significaba citas aseguradas a Malfoy Manor. Harry ese día tuvo una cosa segura, antes de su segunda cita tendría que follar a alguien, porque ya no sabía como estaba haciendo para controlar la dureza entre sus piernas ni escondiendola.

Pronto, la mazmorra se llenó de humo. Harry era un inutil. Intentó ayudar a cortar ciertos ingredientes, pero Draco se exasperó y le terminó sacando el cuchillo de las manos. El leve contacto entre sus manos en ese momento le hizo palpitar el miembro.

Oh, Joder.

—Por favor, Potter, dime que jamás sacaste más que un aceptable en pociones. Un aceptable ya creo que era nota regalada.

No confiaba en su voz así que solo soltó un mmh indefinido. Eso tampoco fue buena idea. No tuvo que esperar a la siguiente fecha para follar, porque al salir de allí corrió casi a buscar a alguien, no le importó a quién. Solo necesitaba follar. Se corrió solo porque cerró los ojos y vio a Malfoy en el rostro de un desconocido.

Qué jodido qué estoy pensó al llegar a su casa.

***

Scorpius nunca había prestado atención al catorce de febrero. Apenas si sabía de la fecha. Este año, sin embargo, claramente sabía que era catorce de febrero. En su lugar en la clase de encantamientos le esperaban cinco tarjetas. Albus tenía siete. Vicent levantó dos tarjetas rojas de su lugar con mucha desconfianza.Thomas tenía tres, él fue el único que las tomó y las abrió, empezando a leerlas de inmediato.

El Legado de Potter #3: La niña malditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora