Capítulo tres La extraña actitud de James y Rose

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Capítulo tres

La extraña actitud de James y Rose

Querido Scorpius H. Malfoy.

Soy un fan tuyo y de Rose Weasley. Tengo apenas 17 años. Desde hace dos años que he seguido sus pasos por los artículos de el Profeta y Corazón de Bruja. Sé que soy un chico, sé que soy mayor de edad, pero no puedo dejar de ver que serás todo un hombre con todos los atributos para ser el número en premios otorgados por la revista Corazón de Bruja. Podrías ya ganar el premio a la Sonrisa más encantadora. Ella podría ganar un premio a la más hermosa de todas las brujas.

No pido que respondas esta carta, seguro no respondes ninguna. Tu padre debe controlar todo tu correo si de verdad es que es un buen padre. Perdón si suena a que lo estoy poniendo en duda, las historias que llegan a mis oídos son las cosas que hizo a mi edad. Solo sé que tú eres un pequeño ángel en este mundo tan corrupto.

Lamento la pérdida de tu madre. Ella ya debe estar en un lugar mejor lejos del sufrimiento que puedan causar en vida. Seguro te mira con una sonrisa al ver el tipo de adolescente de 13 años en el que estás convirtiendo. No pierdas ese ángel.

Un fiel admirador,

Fary Bafernk.

***

Querida Rose Weasley.

Soy un fan tuyo y de Scorpius H. Malfoy. Tengo apenas 17 años. Desde hace dos años que he seguido sus pasos por los artículos de el Profeta y Corazón de Bruja. Sé que soy mayor de edad en edad mágica, pero no puedo dejar de ver que serás toda una mujer en unos años, y tendrás atributos que ni madre tiene el día de hoy. Podrías llegar a conseguir títulos que ella no logró, como el premio a la más hermosa entre todas las brujas.

No pido que respondas esta carta, seguro no respondes ninguna. Tu madre debe controlar todo tu correo con lo histérica que es. Confía en ti, eres más hermosa de lo que tu madre fue. Serás toda una nena de 13 años.

Un fiel admirador,

Fary Bafernk.

***

¿Cuándo Harry había logrado escapar de su mejor amiga Hermione? Nunca. Podía intentarlo, pero jamás lograba hacerlo con éxito. Esta vez no fue la excepción. La tarde del lunes, el día que Draco junto a Scorpius y Merlina estaban en Grimmauld Place, Hermione rompió la tranquilidad de su casa junto a Ron.

—¡Harry James Potter! —Hermione estaba furiosa. Llevaba la túnica del Ministerio. Era obvio que acababa de enterarse de sus vacaciones extendidas, vacaciones que no les dijo que tomaría—. ¡Basta de evitarnos de esta manera tan poco decente!

Ron llegó corriendo detrás. Llevaba la túnica de auror y una insignia de jefe. Por eso es que Hermione se enteró de mis vacaciones, pensó. Kingsley Shacklebolt debió nombrarlo jefe en su ausencia indefinida.

—Lo siento, amigo —Ron lo miró con disculpas sinceras—. No sé qué tiene en la cabeza. Cree que nos evitas —Harry tragó duro.

—¡Lo hace, Ron! —Hermine gritó con la seguridad de alguien con cero dudas al respecto. Por eso mismo la evitaba—. Sólo que no te das cuenta. Además, tú también querías venir.

—Sí, pero para decirle lo de Catherine Jones. No porque crea que nos evita, Herms. Él tiene derecho a vacaciones con todo lo que ha pasado estos dos años.

El Legado de Potter #3: La niña malditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora