Capítulo seis
Inglaterra Vs Francia
Draco suspiró cuando el traslador (*)dejó de dar vueltas y escucharon a dos personas recibirlos. De inmediato extendió sus entradas y permisos al mago más cercano. Notó que el empleado del Ministerio lo miró con algo de aprensión. Lo vio querer echarles la misma mirada a sus hijos pero se puso delante. Si pudiera evitar que Scorpius y Merlina recepcionaran esa mirada, lo haría, sin embargo, mientras se deslizaba para obstruir la mirada de aquel ingrato, se chocó con el hombro de alguien más.
—¿Sucede algo, Runcorn? —Era Potter. A Draco casi se le salieron los ojos de las cuencas cuando lo vio allí, lanzando la peor de las expresiones al empleado y compañero suyo en el Ministerio mientras posaba una mano sobre sus hombros.
—Señor Potter —Draco intentó recomponer su expresión y prestando atención al hombre que seguía teniendo sus papeles en mano. A Runcorn los ojos se le fueron a la mano de Potter sobre su hombro—. ¿Vi-vienen juntos, acaso?
Los dedos de Potter se unieron con firmeza en su piel. Potter y el complejo de debo salvar a todos, pensó. Intentó sacudirse, cuando Potter habló:
—Sí, vengo con Draco —El rostro del tal Runcorn se desfiguró—, ¿es eso algo que debes preguntar? Pensé que el trabajo era revisar que las entradas y documentos de los menores estuvieran en orden.
Draco apretó sus labios. ¿Qué demonios estaba haciendo Potter? ¿En serio creía que era una maldita persona en apuros?
Maldición, lo era.
—Sí, sí —Runcorn leyó los documentos en sus manos y se los pasó a Draco, no sin volver a mirarlo con disgusto—. Aquí tiene, Malfoy.
Draco se aguantó las ganas de arrebatarles sus documentos de las manos.
—Scorpius, Merlina —llamó, colocando una mano sobre la espalda de Marlina que estaba más cerca y que escuchaba algo que le decía Sophie. Unos metros más lejos, Vincent, Albus y Scorpius habían empezado a interactuar anécdotas de estos días—. Vamos —su hijo lo miró mientras Greg avanzaba mirándolo con la boca abierta y le tendía sus documentos a Runcorn. Draco sabía lo que estaba mirando: la mano de Potter aún sobre su hombro—. Te esperamos fuera del círculo, Greg.
—Claro, Draco.
Si pensó que Potter lo soltaría, se equivocó. Al contrario, le sonrió, aun con su mano en su maldito hombro, donde la piel empezaba a quemarle, y llamó a sus propios hijos. Por supuesto, sus papeles habían sido los primeros en ser registrados y aprobados. Potter podía ir sin papeles y cualquiera lo dejaría pasar. Este año nadie decía que estaba de la cabeza. Mañana tal vez fuera otra cosa después de esta escena.
—James, Al, Lily —llamó Potter—. Vamos. Esperaros fuera del círculo a los demás, debemos dejar espacio.
Draco sintió la mirada fija de Merlina en su persona y estaba empezando a ponerse incómodo. Potter era el padre del mejor amigo de su hijo, no podía simplemente explotar allí, por lo que se tragó aquella mano que seguía sobre hombro pacientemente hasta que sintió que Scorpius y Albus estaban demasiado inmersos en sus predicciones para darse cuenta cómo se sacudía la mano de Potter.
Contó hasta diez para no decir lo que realmente quería y deseaba, y luego, se alejó dos pasos y dijo, mirándolo a la cara porque ya no era un cobarde:
—Gracias —en voz más baja agregó—: Aunque podría haber lidiado con él solo. Lo vengo haciendo desde hace 22 años, Potter
Potter pareció, finalmente, darse cuenta de lo que había estado haciendo y llevó su mano a su cabello.
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El Legado de Potter #3: La niña maldita
FanfictionEn un mundo mágico donde ya no sabes en quién confiar, aun hay lugar para el poder más fuerte: el amor Harry supo que estaba jodido. No tenía duda. Se sentía atraído por Malfoy. Quería estar a su lado, cuidarlo, apoyarlo en estos momentos dolorosos...