Capítulo dos

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El sonido de un celular sonar repetidas veces despertó a JungKook de su profundo sueño.

Abrió los ojos de golpe, removiendose levemente y cerrandolos nuevamente con fuerza cuando la luz del sol dió directo en su rostro. La luz le resultaba molesta.

Una fuerte punzada en su cabeza le hizo soltar un quejido. Parpadeó un par de veces hasta acostumbrarse a la luz y giro el rostro para mirar al chico aún dormido a su lado, bocabajo.

Su ancha espalda estaba al descubierto y le provocó soltar un suspiro.

Se estiró, sintiendo la suavidad de las sábanas de lo que parecía ser seda.

Recordó un poco lo sucedido en la noche. Imágenes no del todo claras aparecieron en su cabeza y el fuerte dolor en su espalda baja le recordó que no había sido un sueño. Realmente tuvo una noche desenfrenada con ese chico.

Se movió con cuidado, saliendo de entre las sábanas para ponerse de pie. Buscó su ropa esparcida por la habitación, tratando de ignorar el dolor de cabeza que lo invadía y el dolor corporal.

Se vistió como pudo, asegurándose de tener todas sus pertenencias. Descubrió su celular quebrado en la mesa de noche al lado del muchacho. No entendía nada pero lo tomó, guardándolo en el bolsillo de su pantalón.

Y salió de la habitación con rapidez.
Su cabeza dolía horrible, mientras el ascensor bajaba al primer piso, pequeños flasbacks de lo ocurrido llegaban a su mente. Recordó casi todo lo que había pasado con ese chico.

Sin embargo, no se sentía arrepentido, al contrario, una sonrisa se dibujó en su rostro y se prometió que no le diría a nadie sobre ello. Se lo guardaría sólo para él.

Ese día al llegar a casa, lo recibieron golpes, gritos y castigos. No le importó mucho realmente. Nadie podría quitarle la experiencia que tuvo.

Más tarde descubrió que estaba entrando en su celo, así que decidió tomar supresores para retrasarlo un poco más. Se dedicó a dormir todo el día para poder presentarse a clases al día siguiente sin problema.

A su mente llegaba la imagen de esos ojos avellana que lo miraban con deseo. Y no podía sentirse mejor.

Por supuesto que había valido la pena.

🕒 5 semanas después 🕒

Los días siguientes estuvieron repletos de estrés debido a la cantidad de proyectos y exámenes escolares.

Sentía su cabeza a punto de reventar. No había comido bien en las últimas semanas y lo único que obtenía al regresar a casa cada día, eran regaños de sus padres por cualquier mínima cosa.

Había bajado dos puntos en dos materias. Razón suficiente para que su madre se enfadara lo suficiente y diario lo regañara por cualquier cosa.

A este punto, JungKook definitivamente había estado teniendo días malos.

Se encontró a sí mismo descubriéndo que pensar en aquella noche con SeokJin, le relajaba. Le hacía sentir mejor de alguna manera, aún si no sé explicaba el porqué. A veces incluso se lamentaba con que haya sido cosa de una sola noche.

La mañana siguiente, había despertado con nauseas. Era la quinta vez que le sucedía y el dolor de cabeza permanecía ahí al igual que pequeños dolores abdominales.

Ese día sus padres habían salido de Seúl hacía Busan, directo a visitar a sus tíos. Para ellos contaba como castigo no llevar a JungKook, para JungKook era más bien, un fin de semana tranquilo.

Hoseok le escribió para verse. Así que ignorando sus extraños síntomas, quedaron de verse en la cafetería más cercana a su casa.

Cuando llegó, Hobi ya se encontraba ahí esperándolo.

Unexpected love | JinKook {Omegaverse}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora