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Advertencias: stony como pareja principal, con thorbruce y sambucky como parejas secundarias. angst, drama y fluff. algo de OoC.

los diálogos en cursiva es la comunicación de lengua de señas.

recuerden siempre que este fic trata de temas muy sensibles.

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—Steve, cariño, estás atrasado para tu primer día de clase. Susan ya está lista desde hace diez minutos.

—Jesús, mamá, no me voy a morir por llegar tarde un día. Y dile a Susan que se vaya sin mí.

La señora Rogers lo miró con una ceja enarcada, y Steve le sonrió nerviosamente, rogando para que la mujer no le golpeara por haber reaccionado así.

—Es tu primer día de clases. Y no le diré eso, son hermanos, deben irse juntos —el rubio se giró para contestarle, pero entonces su mamá le dio un suave manotazo—. No te atrevas a contradecirme, Steven Rogers. Soy tu madre.

Steve asintió, enfurruñado, y terminó de lavarse los dientes para luego agarrar su mochila, bajando a paso apresurado la escalera. Su hermana menor por un año, Susan, le contempló con las mejillas infladas en actitud enojada, fastidiada por haber tenido que esperarlo.

—La próxima vez que tardes, ¡me llevaré el auto yo! —dijo ella saliendo detrás de él.

El mayor le miró con burla, abriendo la puerta del copiloto.

—No eres capaz ni siquiera de encender el auto sola, boba —se burló, y antes de que ella le respondiera, cerró la puerta.

Rodeó el auto, subiendo por la entrada del piloto, y Susan otra vez comenzó a reclamar que iban a llegar tarde, así que se limitó a ignorarla, en especial cuando sus reclamos aumentaron en el momento en el que se desvió del camino principal, deteniéndose frente a una casa donde una chica ya esperaba fuera.

—Pasa para atrás —le dijo Steve, mientras Peggy se acercaba con una sonrisa enorme.

Susan lo miró con mala expresión.

—Pero me toca ir delante —reclamó.

Steve suspiró y Peggy abrió la puerta trasera, entrando, mientras Susan le sonreía a su hermano mayor con superioridad.

—Hola Susan —saludó la chica castaña con una sonrisa dulce—. Hola, Stevie.

Steve se volteó, sin dejar de mirarla con sus labios curvados hacia arriba y Susan fingió una tos.

—Hola, Peggy —saludó Susan—. ¡Ya vámonos, Steve, estamos atrasados!

—¿Acaso no puedo tener un momento con mi novia? —se quejó Steve, volviendo a andar.

—¡No si yo estoy presente!

Peggy se rió con diversión, sacudiendo la cabeza, pero no parecía incómoda con la interacción de los dos hermanos: después de todo, llevaba siendo novia de Steve ya un año y conocía muy bien que esas peleas eran sólo bromas entre los dos.

MUÑEQUITO DE PORCELANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora