Outro: Inner Child.

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Advertencias: lo siguiente que van a leer es un extra de Muñequito de Porcelana. Está centrado en la relación stony unos años después de todo.

Steve no pudo evitar sonreír cuando entró al departamento, encontrándose con Lucky saltando una vez abrió la puerta, su lengua fuera, contento por verlo allí

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Steve no pudo evitar sonreír cuando entró al departamento, encontrándose con Lucky saltando una vez abrió la puerta, su lengua fuera, contento por verlo allí.

Lo tomó en brazos, riéndose, y dejando su mochila sobre el sillón, viendo que Tony no estaba por ningún lado. Suponiendo dónde debía hallarse, fue hacia el pequeño ático del departamento que compartían, donde el tragaluz del edificio daba paso a un cálido sol primaveral. En ese pequeño ático, vio a Tony sentado en el suelo, con su cabello de un fuerte color castaño brillando gracias a la iluminación, observando su caballete con una pintura secándose en la tela.

—¿Bebé? —preguntó, con su tono calmado.

Tony no se giró y Steve dejó al perrito en el suelo, que fue donde el menor, llamando su atención. El chico le acarició la cabeza, distraído, así que Steve también se acercó. Se sentó en el suelo junto a él, deslizando su mano izquierda por el cuello del muchacho.

Tony le miró, con una sonrisa amplia en su bonito rostro e inclinándose para darle un beso en los labios. Steve lo recibió con gusto.

El castaño tenía el rostro lleno de pintura de muchos colores, su ropa también se encontraba sucia, pero no parecía ser consciente de ello. Al mayor tampoco le molestaba un poco.

—¿Qué pintas? —le preguntó, su voz baja.

Los ojos de Tony lucieron desconcertados un momento, así que Steve se corrigió.

¿Estás pintando algo especial? —dijo ahora, con señas.

Tony se recostó contra él, besando su mejilla fugazmente.

No —dijo, también en señas—. Me aburrí y no tengo inspiración para la próxima exposición, así que quise pintar cualquier cosa. Este es Lucky.

Steve miró el caballete, con todos los trazos de pinturas manchando la tela, y muchas partes se veían como si hubiera lanzado tarros de pintura allí, lo que explicaría su ropa sucia. Pero en el centro, había también una mancha blanca desparramada con dos puntos negros.

Lo encontró muy adorable, sobre todo, porque cuando Steve le presentó a su mascota, fue muy duro para Tony. Demasiado duro, lo supo enseguida cuando vio los ojos quebrados de su novio, y los siguientes meses no fueron mejor: el menor evitaba mirar al perro, evitaba tocarlo y dirigirse a él. Steve no lo presionó en ningún momento, consciente de que la muerte de Dougie iba a ser una herida de la que Tony jamás podría deshacerse.

Sin embargo, Lucky se ganó el corazón de Tony luego de un tiempo, en especial cuando su novio parecía estar a punto de perder el control. El perro siempre parecía anticiparse a esas situaciones, ladrando, en caso de que Steve estuviera en el departamento, o recostándose contra Tony si no estaba allí, lamiendo su cara con evidente cariño.

MUÑEQUITO DE PORCELANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora