Capítulo 10

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3 de septiembre

Nunca pensé pasar un cumpleaños así: Estresado, cansado, frustrado, preocupado y solo, en mitad de un parque solitario. Aunque, en realidad, lo último lo decidí yo, no quería hacer una pequeña cena como celebración como lo hago todos los años con Alicia. Me siento muy abrumado por todo, incapaz de poder celebrar mi cumpleaños con un mínimo de felicidad y olvidarme solo por este día de todo lo que está pasando. Puedo decir que lo único bueno de este cumpleaños es que, a pesar de no querer celebrar mi cumpleaños como siempre, aun así, Alicia me regaló algo. Me dio una sudadera negra con un estampado de un unicornio esquelético y ahora lo estoy usando, me queda bastante bien, según ella me veo más juvenil. También Andrew me dio un regalo, cosa que nunca creí que pasaría, me dio una navaja suiza. Debió haber gastado mucho dinero en eso, se aprecia.

Miré el cielo oscuro con las pocas estrellas que brillaban en él, suspiré agotado y me coloqué la capucha de la sudadera. Observé a mi alrededor, solo habían un par de guardias vigilando el sitio, con sus respectivas linternas. Un ruido que provenía detrás de mí me hizo ponerme en alerta, giré mi cabeza. Había un arbusto con unas enredaderas en la pared. Del arbusto, salió un tímido gato con manchas grises y blancas. Levanté mis cejas impresionado, me puse en la esquina del banco, me encorvé y le acerqué con lentitud mis dedos al gato, moviéndolos. Le hice el típico ruido para llamar la atención de los gatos. El felino me siguió mirando, moviendo sus orejas por el sonido. Poco a poco se empezó a acercar, me olfateo los dedos y luego sobó su cabeza en mi mano. Sonreí por su acción, me incorporé y volví a la posición en la que estaba antes. El gato se subió al banco y se acercó con rapidez a mis piernas, se sentó en mi regazo y me maulló. Estaba ronroneando, cerraba un poco sus ojos y sentía su respiración cerca de mis manos. Lo empecé a acariciar, el gato ronroneo más fuerte y se recostó en mi regazo.

Lo seguí acariciando mientras veía el parque, el animal me hacía sentir un poco de paz. Sentí la mirada del felino, yo por inercia lo miré también. Me quedó mirando por varios minutos y, con una voz grave y ronca, me dijo:

—¿Qué te ocurre? Pareces acabado contigo mismo.

—Lo sé, me veo terrible... —le respondí cansado.

—No entiendo cómo un hombre cómo tú está en ese estado, eres joven y fuerte... ¿Qué es lo que te está perturbando ahora? —me preguntó, moviendo su cola de un lado a otro.

—Bueno... Amm... Muchas cosas la verdad...

—Cuéntame... Desahógate conmigo... —insistió, relajado.

—Está bien... Digamos que, todo ahora en mi vida se está volviendo un laberinto, tanto en mi vida personal y en mi trabajo...

—Cuéntame primero qué ocurre en tu trabajo, se oye interesante —anunció el felino, mirándome.

—Descubrí hace unos meses que mi jefe conspiró contra mí para no poder resolver un caso, todo, porque el sospechoso principal del caso le pasó mucho dinero por su silencio y por el silencio de la agencia... Todos en mi trabajo me ven como un idiota y yo ni siquiera lo sabía, me siento patético la verdad... —relaté con frustración y pena.

—Eso debe causar mucha impotencia la verdad y no solo para ti, sino que también por la familia afectada del caso. No seré blando con esto, pero, no estás solo en esto y esto no depende solo de ti. Imagínate, te sientes patético y muy frustrado, es entendible, pero no eres el único, también la familia de la víctima se siente así. Humillaron a su hijo en televisión abierta, diciendo que planeo su secuestro y que se prostituía... Están, prácticamente humillándolos a todos y, por más que no quieras, eso te incluye a ti... Te dejan a ti como un tipo obsesionado con Kilian, un hombre joven con una orientación sexual no sabida obsesionado con un hombre maduro que es famoso; solo falta que digan eso, que estas enamorado de Kilian Savard para humillarte... —dijo el animal con seriedad.

Detective Norman Schneider (+18/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora