Capítulo 15

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Semanas después

La situación con Ludi no deja de darme vueltas en la cabeza, han pasado semanas y no he tenido ni una clase de comunicación con él, ni siquiera le he enviado un misero mensaje y Ludi tampoco, supuse que es por vergüenza o porque está dolido por lo que le dije ese día. No puedo creer en sus palabras, no puedo creer en lo que me dijo, debe seguir jugando conmigo, es imposible que se enamore de mí o que le guste en solo un día..., al menos para mí. Siento que Ludi se aprovechó de la situación, se volvió a aprovechar de mi "inocencia". «Adoro a los chicos como tú, inexpertos, inocentes y, sobre todo, astuto... Hombres así me calientan, Norman». «¡Deja de pensar en eso!». Suspiré fuerte, tirando mi cabeza hacia atrás. Pegué un respiro, levantando un poco mis hombros y volví a lo que estaba haciendo, recuperando mi calma. Terminé de exprimir los limones, eché el líquido en la jarra, en donde ya estaba la azúcar y el agua. Tome la jarra, tapé la zona donde sale el jugo y comencé a agitarlo con fuerza. Poco a poco el líquido tomo un color más amarillento, la dejé en el mueble de cocina y le eché algunos hielos con unas pocas hojas de menta.

Tomé otra vez la jarra y la llevé al patio, en donde estaban mis visitas. Mis sobrinas e hijos de Andrew se estaban bañando en la piscina junto con Mike, quien los vigilaba. Andrew y Alicia estaban en la hamaca que estaba enganchado en dos pilares de madera, ambos estaban descansando y haciéndose mimos. Y el último invitado que está en el baño... Sönke. Fue invitado por Alicia y Andrew, más que nada por los niños, todos adoran a Sönke. Digamos que se está redimiendo con sus nietas e hijos de Andrew como para dejarnos en claro que cambio y que se arrepiente por lo que nos hizo. Es un tanto amargo tener en cuenta eso, me hace sentir lástima por él. Cerré mis ojos, fruncí mi ceño y caminé hacia una pequeña mesa que estaba en medio del patio y dejé ahí la jarra con limonada. Me acerqué donde estaban Andrew y Alicia, en mitad del camino tome una silla pequeña de madera y la lleve conmigo. Estando ya a su lado, dejé la silla y me senté. Ambos me quedaron mirando y Alicia con malicia me revolvió el cabello, yo quité su mano con rapidez y la miré frunciendo mi ceño, ella soltó una carcajada.

—Veo que estás graciosa —afirmé con una media sonrisa.

—Yo siempre soy graciosa. —Hizo una mirada de duda—. O eso intento —corrigió volviendo a reírse.

Alicia suspiró, recostándose en el pecho de Andrew, él la quedó mirando, arqueándole una ceja y se acercó a su oído. Alicia abrió un poco más sus ojos y desvió la mirada, hizo una mueca y paso toda su mano por su cara, totalmente nerviosa y hasta estresada. Yo levanté mis cejas sorprendido, para luego preocuparme.

—¿Ocurre algo? —le pregunté.

—Sí, bueno... Sí, exacto, ocurre algo..., solo que... —balbuceó Alicia, aún nerviosa y dudando de sí misma.

—En estos meses, Alicia me ha estado hablando sobre un tema tuyo con tu papá. La tiene preocupada y piensa que... —Suspiró—. Ya sabes, arreglar sus diferencias —dijo Andrew, ayudando a Alicia en lo que quería decir.

Abrí mis ojos impactado por su comentario, sentí un dolor en mi pecho y abdomen, mi respiración se agitó levemente y un escalofrío recorrió mi cuerpo. No sé cómo sentirme con eso, es extraño y en cierta parte, que no quiero admitir, siento miedo.

—Sí, eso quería decir... Norman, ya ha pasado mucho tiempo, siento que ya debes escuchar y hablar con papá ­—admitió Alicia, dejando de mirar a Andrew.

—¿Por qué tendría que hacerlo? Es inútil a estas alturas —contesté arisco, desviando mi mirada hacia la piscina donde estaban los niños con Mike.

—Porque debes escucharlo, aunque sea tarde. Sé que esto no te hará verlo con mucha diferencia, pero siento que es necesario que lo escuches, es lo justo, él te escuchó cuando estabas mal, ahora es tiempo que tú lo hagas —explicó Alicia, con su tono dulce de siempre.

Detective Norman Schneider (+18/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora