Capítulo 3: Empacando

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Merlín estaba en su dormitorio con casi todas sus pertenencias empacadas. Enid y T/n estaban con él, ayudándolo a cargar sus cosas en sus baúles.

Merlín tomó su máquina de escribir de su escritorio, la puso en su estuche y la cerró. Enid recogió una de las ardillas que había disecado de su kit de taxidermia.

—No puedo creer que voy a extrañar tu sombría y tétrica mirada mirándome cada vez que entro. No será lo mismo sin ti.

—Asumo que continuarán viviendo sus vidas aquí, dejándome en el pasado —Merlín comentó mientras empacaba sus libros.

—Eso jamás —Enid prometió—. ¿Y tú qué? ¿Vas a olvidarte de mí?

—Enid... la marca que dejaste en mi es indeleble. Cada vez que sienta náuseas al ver un arcoíris o escuchae una canción pop que me haga sangrar los oídos, pensaré en ti —Merlín le dijo.

Enid lloró un poco. —Gracias.

T/n se acercó a Merlín y le entregó un papel. —Escribí mi número y la dirección de la escuela. Así que si querías llamar o escribir...

—No es necesario. Aún tengo el que me diste del Festival —Merlín admitió.

Ella pareció sorprendida. —¿En serio?

Asintió. —Has tenido una huella en mí desde que te vi entrar a tu dormitorio cuando vine aquí por primera vez.

T/n sonrió y tiró de él para besarlo. Él le devolvió el beso con entusiasmo. Cuando se alejaron, Merlín siguió empacando sus libros.

—Por cierto, antes de irme planeo hacerles saber a todos que solo porque estoy expulsado, no significa que otros hombres puedan empezar a pensar que tienen una oportunidad contigo. Si lo hacen, dímelo y enviaré a Dedos para que se encargue de ellos.

T/n se rió de eso. —Está bien. Siempre y cuando me prometas que otra chica no te llamará la atención y me dejaras — Medio bromeó.

Merlín la atrajo hacia él por la muñeca y levantó la barbilla para mirarlo.

—Nunca. Eres la único para mí —Dijo con firmeza, y tiró de ella en un profundo beso.

Cuando se alejaron, Merlín siguió empacando. —Siempre creí que confiar en los demás era una señal de debilidad. Que inevitablemente me llevarían a la decepción. Resulta que yo era la decepción.

—¿Es una broma? —exclamó Enid. —Aprendí mucho de ti. En su mayoría fue  comportamiento criminal, pero... muchos pasan su vida fingiendo que nada les importa y a ti literal no te importa lo que digan.

—Sin mencionar que eres el mejor novio que he tenido. Y el único, pero aun así. Me has tratado como una reina desde que nos conocimos. Menos todas las veces que casi me matas —T/n dijo.

—¿Seguro que no tienes algún plan astuto para eludir a Weems? —preguntó Enid esperanzada.

Merlín negó con la cabeza. —Xavier lo dijo —Le mostró a Enid el dibujo que Rowan le dio—. La profecía no pasará si no estoy aquí. Pero me mata irme cuando Tyler sigue por ahí libre —Él admitió.

—Si intenta algo, hau una escuela llena de Gorgonas, vampiros y hombres lobo, listos para atacar. Podemos con eso Merlín. Lo prometo.

Merlín miró hacia abajo, todavía un poco inseguro.

—En otras noticias, me escribieron las mamás de Eugene. Despertó anoche.

Merlín y T/n se animaron con eso.

—Tal vez Weems te deje visitarlo rumbo a la estación —sugirió Enid.

Dedos se subió al baúl de Merlín y chasqueó para llamar su atención. Luego hizo un gesto hacia la puerta indicando que era hora de irse.

Merlín asintió y cerró su último baúl. —Creo que es todo.

Enid se volvió hacia Dedos. —Dedos, voy a extrañar los tutoriales de maquillaje. Y más te vale pasar tus tips de humectación. No te pierdas, ¿okay?

Dedos cerró el puño y Enid lo saludó.

T/n también. —Adiós Dedos. Te voy a extrañar. Manten alejado a Merlín de los problemas, ¿si? —Ella sonrió.

Dedos asintió y luego se subió a la mochila de Merlín.

Enid sollozó un poco y se acercó a Merlín con los brazos abiertos. —Y vamos a...

Merlín se alejó de ella y Enid dejó caer los brazos.

—Claro. No abrazarnos es nuestro sello.

Merlín se volvió hacia T/n y le dio un beso de despedida.

—Te amo —Ella le dijo.

—Yo también te amo, querida. Te escribiré. Y algunas veces me colaré para visitarte —Él prometió.

T/n se rió. —Amaría eso.

———

Los Oscuristas estaban de pie al pie de una escalera esperando a Merlín. Cuando bajó se le acercaron, con Bianca al frente.

—El plan no era que te expulsaran. En serio —Se disculpó.

—Los Oscuristas tienen que estar listos para lo que viene. Porque michas personas van a morir —advirtió.

Todos los Oscuristas lo miraron con miradas confundidas, cuando la Sra. Thornhill vino corriendo hacia ellos con una planta en los brazos.

—Que bueno que te alcance. Estaba desmalezando mi acónito y perdí la noción del tiempo. Es un regalo de partida.

Le entregó la planta.

Merlín la miró fijamente. —Adelfa blanca, una de las más letales.

—También simboliza el destino y renovación. Eres un joven muy talentoso,
Merlín. Ya quiero ver que te espera —dijo.

En ese momento, llegó Weems. —Merlín —saludó—. Esta vez lo acompaño personalmente a su tren.

—Tengo un último favor —Solicitó.

———

Eugene estaba sentado en su cama de hospital, jugando con una abeja de peluche que le dieron, cuando Merlín entró.

—¡Merlín! —exclamó.

—Eugene —saludó—. Me da gusto ver que ya despertaste.

—Escuché que tú y T/n me visitaban todo el tiempo —bromeó.

—No lo vuelvas a menciona.

Eugene se rió entre dientes levemente.

—Hay algo que quiero decirte... T/n y yo no debímos haber ido al baile. Debímos quedarnos contigo.

Eugene se encogió de hombros. —No, debí haberlos escuchado. Además, por lo que he escuchado, si tú y T/n no hubieran ido al baile, no se habrían convertido en pareja. No es tu culpa es del monstruo.

—De hechon se llama Hyde —Merlín le dijo.

—Y sigue allá fuera. No puedes volver a Nunca Mas. Ni para ver a tus abejas. Y tienes que hacerme caso esta vez. Recuerda que los zumbadoras se quedan juntas.

Eugene pensó por un momento. —Esa noche, alguien le prendió fuego a la cueva.

—Sí, la doctora Kinbott.

—No puedo creer que fuera ella. La verdad no recuerdo nada de lo que pasó. Solo vi a alguien vestido de negro y con esas botas.

—¿Qué pasa con las botas? —Merlín preguntó.

—Hubo una explosión de luz y luego por un momento, crei que no eran negras. Se veían rojas —explicó Eugene.

Los ojos de Merlín se abrieron. Estaba equivocado. La Dra. Kinbott no era Laurel Gates. Y ahora sabía quién.

Wednesday |Male!Merlina x F!Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora