Cambio

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Antes.

Desde pequeño su padre ha tenido las esperanza de que él fuera alfa, aunque sabía que no iba a ser posible, no podía ser, no porque él sabía la verdad.
El pequeño Kiram tuvo educación en casa hasta la secundaria, pues el omega insistió por meses, quizá años.

— Le harás las cosas más difíciles a tu Guardián, pero está bien.

—No doy tantos problemas.
Dijo con voz tierna.

Su alto padre dio unas carcajadas.

— Eso díselo al pobre chico que siempre está corriendo de lugar en lugar para cuidarte. Y aunque estuve en desacuerdo al principio cuando me pediste acogerlo, pero ahora pienso que fue una gran idea.

— Por cierto, ¿Dónde está él?
Hizo un ademán de buscar.

—¿Recuerdas las clases biología?

— Sí.

— Bueno, pues Arindam es un año más grande que tú, por tanto, le llegó su presentación.

—¿Se convertirá en lobo hoy?

— Sí — pareció pensar un momento —¿Quieres verlo? Claro si él está de acuerdo.

—¡Sí!
Parecía niño pequeño.

Por otro lado, estaba el chico de 13 años acurrucado en su cama. En la habitación se encontraban varias personas cercanas a la pequeña familia, un doctor de cabecera y una bruja para el cuidado de este.

La nana de Kiram se acercó a preguntarle muy de cerca al oído al muchacho si permitía que su querido Kiram estuviese presente a lo que él, dijo que sí.
Aridam sentía que lo necesitaba y aunque aún no llevaban tanto tiempo juntos, ya habían creado un vínculo.

El pequeño de cabellos blancos se acercó con cautela y esperando a que su Guardián le dejara entrar.

Aridam no puso peros, incluso parecía suplicar que el menor estuviera a su lado.

— Hoy te presentarás y sabremos que eres.

Aridam no decía nada, estaba concentrado en pensar claro para poder llegar a la transformación.

Pasaron unos minutos cuando apareció un lobo grande, con melena frondosa y pelaje blanco.

Kiram sonrió de oreja a oreja y comenzó a acariciar a su amigo, quien gustoso se restregaba en él.

Del otro lado de la habitación, su padre le hizo una seña a la bruja para que salieran a hablar a solas.

— Ese chico no es cualquiera.

— Tiene habilidades especiales.

— Tendría que tener un Guardián y no ser uno, además Kiram no ha presentado ni siquiera alguna señal de que tenga un don.

— Te apresuraste en darle un Guardián.

—Liliana, tú mejor que nadie sabes.

— Perdón, sí. Es solo que no sé cómo ayudarte, ese niño tampoco me dejaste ayudar con él.

— Creo que debí dejar que ayudaras con el niño, aún no es mal tiempo y sería bueno para Kiram tener una madre y yo quiero formalizar contigo.

La bonita chica sonrió de oreja a oreja dejando ver sus blancos dientes.

Pronto el médico salió.

— Es conveniente que su Guardián fuera Alfa, así podrá cuidar mejor de su hijo. Claro, aún no sabemos como se presentará, pero es mejor a tener un omega indefenso que se doblegue por la voz de mando.

— Bien, gracias doctor.

El hombre se despido y salió.

— ¿Crees que sea buena idea mandarlo a la escuela? Es Élite y sabes que ahí estará.

— Sería bueno si esos dos hacen un vínculo.
William miró la habitación.

— Es probable que hagan lazos.

— A  Aridam no le gusto la otra parte de Kiram, Luka y al parecer trabajarán juntos.

— El psicólogo dijo que fue por el otro chico.
— Lo sé, pero tenía que enseñarle cosas a ese pobre niño.
— Quizá no sea tan difícil, quizá todo salga bien.
— ¿Y que si ambos son alfas?
— Depende, en verdad quieres cambiar el destino del muchacho y el tuyo.
—Sí.
— Entonces que importa, podemos tener un hijo Delta, no nos dará nietos, pero ambas partes serán felices.

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