💮LILIUM💮

Mariposas

Fui por la noche a un club. Música alta, alcohol, humo, había casi de todo.

Lleve mis pantalones de cuero, que eran jodidamente incómodos, pero resaltaba mi trasero.
Camisa de seda blanca, y no era la típica, sino que esta daba más un aire colonial. Gargantilla de piedras plateadas y rosa claro. Ese era a grandes rasgos lo que llevaba.

Las luces hacían ver todo distorsionado, el calor de toda la gente hacía que la temperatura estuviera alta.

Fui a la barra a empezar con vodka preparado.
Sentía tantas cosas en la cabeza que probablemente no podría divertirme sobrio.

No paso mucho para que varios alfas comenzaran a acercarse a coquetear, les llevaba el juego hasta cierto punto.

Tuve que tomarme una botella de vodka para comenzar a sentirme un poco embriagado, mi cuerpo era tan resistente que por más alcohol que tomara jamás había tenido una congestión alcohólica.

Pronto estaba en la pista bailando junto a muchas personas más, sentía sus cuerpos sudorosos, restregarse contra mí, mi nariz estaba aturdida de tantos olores y sudor, y mi ánimo comenzaba a subir.

Rowell...

Kiram no llego a casa lo que me hizo preocuparme, sin mencionar el show del palacio.

Sabía que estaba mal, pero lo hice, le puse un chip rastreador al niño.

No sabía que pensar al respecto, Kiram estuvo en uno de los clubes de Lilium y ahora está en otro, este no era de Lilium, pero era bien sabido de lo que pasaba ahí adentro.

Tome mi placa y un arma, uno nunca sabía qué podía pasar.

Fui hasta el dichoso club por el niño.

Cuando llegue no me dejaban pasar al principio hasta que soborne para que me dejaran.

Adentro apenas y podías distinguir por la saturación de las luces.
Había mucha gente ebria y drogada, e incluso podías ver como fornicaban en algunas mesas.

Pase entre la gente tratando de identificar al lobito y no fue hasta que escuche el bullicio de unos alfas echando bronca.

Me abrí paso lo más rápido posible, había cinco alfas acorralando a Kiram. De pronto un dolor punzante en la nuca me hizo soltar un quejido, pero a pesar de ello fui a defender al chico.

Kiram estaba más que ebrio.

-Dejen al chico en paz
Dijo con firme.

-¿O qué nos harás?

Apenas pudo articular uno de los alfas que estaba borracho e incluso podía decir que drogado también.

- ¡Vince! -Dijo eufórico Kiram- ¿Viniste a divertirte?

- ¿Te molestan?

-Un poco, pero sabes que puedo defenderme, me enseñaste bien.

Cada palabra la arrastraba.

Uno de los alfas lo jalo de la cintura, lo que hizo que Kiram se enojara y de dos movimientos dejara al alfa quejándose y con la nariz rota.

Los demás alfas maullaban cosas y se fueron.

-Peleas bien para estar ebrio

Kiram dio medía sonrisa.

-Deberías saber el entrenamiento que me puso William para poder hacer esto.

Aquellas palabras me hicieron pensar en todas las veces que sospeche que había algo mal con Kiram, no en respecto a su persona sino a su padre y las cosas atroces que le hizo. Quizá mis sospechas eran ciertas, quizá este niño necesita más de mí de lo que creí.