(BORRADOR INCOMPLETO) Razones.

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Creo que me gusta más escribir desde la perspectiva de Lauren que de la rayis.

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Lauren P.D.V.:

Mismo día de la reconciliación. 

Llegamos a casa y ella cerró la puerta detrás de mí. Miró con timidez a su alrededor sin avanzar más, pero yo la tomé de la mano y la llevé hacia el estudio de mamá. Nos colocamos en el marco de la puerta ya que estaba abierta y la vimos organizando unos libros. De repente se dio cuenta de nuestra presencia y cuando vio a _______, sonrió con alegría y se le acercó con los brazos extendidos.

-¡Cariño, regresaste! -La abrazó con mucha dulzura. _______ sonreía mientras le devolvía el abrazo. Yo veía la escena con una sonrisa. -Oh, preciosa, hacías mucha falta. -Se separaron y mamá se limpió una lágrima, luego tomándole el rostro para evaluarla. -Ay, cariño. -Dijo con cierta tristeza al ver lo demacrada que estaba. Le acarició las mejillas mientras la seguía viendo y _______ la miraba en silencio, con leve tristeza. -¿Viniste a dormir un rato? -_______ asintió con timidez. -Bien, descansa. -Le dio un pequeño beso en la cabeza y la dejó libre. -Cualquier cosa que necesites, házmelo saber, ¿ok?

-Ok, gracias. -_______ asintió y fue hacia las escaleras. Yo miré a mamá.

-¿Podrías llevarle un té de sándalo, una píldora para el dolor de cabeza por si acaso y el termo grande de agua, ma, por favor? -Dije en susurros antes de irme detrás de _______ y mi mamá asintió con una sonrisa suave y me guiñó un ojo. -Gracias. -Le di un pequeño abrazo y quise seguir a mi novia, pero me detuvo tomándome la mano.

-Luego me vas a explicar lo que te pasó en el labio. -Dijo viéndome con frialdad. Yo tragué grueso y asentí con miedo. Me dejó libre y seguí mi camino.

Cuando entré a mi habitación, _______ me estaba esperando.

-¿Puedo tomar una ducha antes de dormir? -Sus ojos se veían más apagados y arrastraba las palabras, lo que demostraba que estaba muriéndose del sueño.

-Sabes que sí, mi amor. Voy después de ti. -Le di un pequeño beso cariñoso en la comisura del labio. -Tus cosas están donde siempre.

Ella me vio con mucho amor, me dio un pequeño beso y fue hacia el buró donde estaba parte de su ropa que siempre se quedaba en mi casa. Cuando tomó lo que iba a ponerse además de su toalla y fue al baño, comencé a arreglar la habitación.

Bajé las cortinas hasta que la iluminación quedó muy tenue, casi a oscuras por completo, coloqué sábanas y cobijas más acolchadas y el aire acondicionado algo frío, porque vi que se llevó una sudadera y un jogger.

Sabía que la siesta iba a ser dura, así que tomé mi perfume y rocié un poco en mi cama, especialmente en las almohadas y toda la parte superior, para que todos sus sentidos la ayudaran a sentirse segura luego de las pesadillas. Que me viera, sintiera, oyera y oliera, porque iba a tratar de no apartarme de su lado ni un segundo y si acaso se despertaba y yo no estaba con ella, esperaba que sintiera mi olor y recordara que ahora estábamos bien.

Luego coloqué mi teléfono en silencio y también el suyo, busqué ropa cómoda, un jogger pero con una camisa ligera con estampado de flores. Entonces salió del baño. Su sudadera era gris y su jogger negro. Se veía muy adorable por alguna razón, o quizás solo era yo, que la había extrañado demasiado.

-Listo amor. -Dijo con voz inocente. -Ya puedes entrar.

Yo me le acerqué y le di un beso en la mejilla algo duradero, con todo el cariño del mundo, mientras la apretaba con un abrazo. Ella soltó una risita mientras yo le llenaba la cara de besos. Me detuve antes de llegar a sus labios y mordí el mío inferior.

Los relatos de la Leona y la Rosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora