Los relatos de la Leona y la Rosa.

Momentos Parte 1.

Lauren P.D.V.

Halloween luego de graduarse de la escuela. Ya en la universidad. Día libre.

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Terminé de escoger mi ropa, sacando unas cuantas prendas del armario. Cuando me aseguré de que mi atuendo para la fiesta estaba perfecto, guindado, fui hasta la cama. Levanté su rostro con un dedo y ella dejó la revista que revisaba a un lado y me sonrió.

-Te ves hermosa, amor. -Susurró halagando mi maquillaje y yo me senté a horcajadas sobre ella.

-¿Aún no te decides? -Entrelacé mis dedos con los de ella. Hizo una mueca y sacudió la cabeza.

-Puedo ir como tú, disfraz genérico tenebroso. -Se encogió de hombros.

-No, _______. Sería súper aburrido. Y serías una copiona. -Ella sonrió.

-Es que de verdad no tengo imaginación para este año. Disfrázame tú. Lo que tú quieras. -Y cerró los ojos.

-¿Incluso gatita sexy? -Jugué y ella abrió los ojos con pánico. Yo reí. -No te volveré a hacer pasar por esa tortura otra vez, tranquila. -Ella se relajó. -Bueno, creo que este año, con esas ojeras, podrías ser una buena zombie. -Ella sonrió y cerró los ojos. -Duerme, es una orden.

-De acuerdo. -Suspiró. -Soy toda suya. Disfráceme, oh, mi hermosa rosa.

Reí entre dientes y le di un pequeño beso para no arruinar mi labial. Fui hasta mi peinadora y tomé todos los implementos para maquillarla lo mejor posible.

Luego de media hora, se veía al espejo admirando mi trabajo.

-Está increíble cariño, en serio. -Se acercó más al espejo. -Está perfecto.

-Pero te falta algo. Algo que te de más aire tenebroso. -Murmuré analizándola.

-¡Lauren, mira lo que compré! -Taylor entró a mi habitación repentinamente con una bolsa en la mano. -Oh, que triste, pensé que estaban teniendo sexo, y así iba a ser más incómodo todo.

La miré con seriedad y ella me sonrió plena, demostrando "inocencia".

-Compré lentes de contacto. -Dijo acercándose a nosotras y sacando unas cajas de la bolsa. -Son súper creepy's, deberías usar unos.

-Yo no los necesito. No quiero verme así hoy, pero... -Miré a _______ y sonreí.

-¿Mi cuñada necesita unos? -Taylor la rodeó con un brazo. -Dime, pequeña _______, aquí tienes blancos, verdes radioactivos, rojos, azules eléctricos, amarillos...

-Creo que rojos están bien, aunque... Nunca he usado lentes de contacto, entonces no sé si... -_______ hizo una mueca, intimidada como siempre por la arrolladora presencia de mi hermana.

-Siempre hay una primera vez para todo, como para el sexo anal. -Dijo Christopher desde la puerta, apoyado desde el marco y disfrazado de vampiro. -¿Ya ustedes tuvieron su primera vez?

-¡Cállate! -Le grité lanzándole una de las cajas de los lentes a la cara pero él escapó por el pasillo. _______ estaba roja. Taylor reía a carcajadas.

-Eso fue bueno. -Dijo ella aún entre risas. -Vamos, cuñadita, déjame ayudarte con esos lentes. -Tomó la caja de los rojos y dejó la bolsa con los demás en el suelo. Yo las seguí pero Taylor me detuvo en la puerta. -No, no, yo la ayudo, tú quédate.

-¿Por qué? -Dije molesta.

-Porque sí, adiós. -Y me cerró la puerta de la habitación en la cara.