Mi hermanita me las conseguía 3

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Mi hermanita me las conseguía 3


De vuelta a casa, recordaba los polvazos con Olivia, y pensaba cómo debía ser con ella en una cama, y con tiempo. Mi polla volvía a despertar, solo de imaginarlo.

Rosanna sonrió al oír la moto en la verja, y siguió sus tareas esperándome. Enseguida noto mi presencia detrás, pero esta vez no dijo nada, noto mis manos colarse bajo su camiseta y atrapar sus pechos, jugando con sus pezones, y le dije al oído:

-¿Como le haces esto al pobre Ramón?, ¿al menos unas pajillas o unas mamadas le harás?.- le dije, bajando una mano a su falda y levantándola.

Rosanna pasó una mano hacia atrás, me atrapó la polla, y me dijo:

-Teniendo a esta, que se espere a que te vayas, le dejo que me coma las tetas y nos pajeamos, pero ya está.- y se la llevó a su coñito, mientras echaba el culo hacia atrás y le entraba.

Yo le amasaba sus pechitos y le besaba el cuello, entre mordiscos, y le dije con voz apenada:

-Todas me queréis por lo mismo, que brujas sois.- y le pegue un empujón, metiéndola un buen trozo de golpe, y ella se agarró a la cocina gimiendo y negando sin poder hablar ya.

-¡Aaaj! ¡Aaaj! No, joder ¡Aaaaajj! Ya sabes que no ¡Mmmmh! ¡Ooooojj! ¡Mmmmh! ¡Ooj! ¡Ooj! ¡Ooj! ¡Ooj! .-consiguió decirme, mientras le empezaba a follar muy rápido.

Pero la joven Rosanna, fue violada de mucho más joven, y ahora eso era lo único bueno que le quedaba, soportar una buena polla follarla, pero esta vez gozando y gimiendo en su cuello, mientras me intentaba pedir que cambiara de agujero, pero con su coñito impidiéndoselo, al gozar de esa manera.

Yo me di cuenta, pero la tenía que dejar bien servida, después de todo debía hacer el trabajo de Ramón. Y le dije, lamiendo su cuello:

-Tranquila, disfruta que luego cambió.- y fue como un regalo para ella, que empino más su culo, me dejo hacer y me llevo una mano a su clítoris, para que la follara por dos sitios.

Y así hice, le frotaba su botoncito, mientras le pegaba buenos pollazos, y ella gemía y gritaba con su boca en mi brazo, que le daba tanto placer, dando saltitos de puntillas por los pollazos.

-¡Mmmmh! ¡Aaaaah! Ya viene ¡Aaaaah! ¡Aaaaah! ¡Buuff! Que polvazo tío ¡Mmmmh! ¡Ooooj! ¡Ooooojj! ¡Mmmmh! ¡Mmmmh!.- me decía agradecida, retirándome la mano de su botoncito y metiéndose los dedos en la boca, mientras se follaba a su gusto, con mi otra mano acariciando sus pechos, ahora sensibles.

Se la saco lentamente, entre espasmos, y se giró radiante y contenta, como toda mujer recién corrida, y me llevó a la silla besándome con cariño. Se sentó encima y se levantó la camiseta diciéndome:

-Anda, quítales el calentón, que están así desde que llegaste, y al pobre Ramón no le hacen ni caso. -me confesó sonriente, y viendo cómo abría la boca y me metía uno entero en la boca, como el que sorbe un flan muy, muy rico.

-¡Mmmh! madre mía, es que no es lo mismo ¡Oooh! ¡Mmmh! .- me decía volviendo a sentir mi boca en sus pechitos contentos, después de muchos meses.

Me dejo hacer, gozando y esperando a recuperarse del orgasmo, mientras me pajeaba con el capullo ya metido en su culo, hasta que me empezó a cabalgar lentamente y a metérsela más, sin dejar escapar mi cabeza en sus tetitas.

-¡Ooooojj! ¡Ooooj! Come, come cariño ¡Mmmmh! ahora te aviso ¡Ooooj! ¡Ooooojj!.- me dijo, metiéndose cada vez más polla, y cambiándome de pecho, notando mis manos agarrar sus cachetes del culo, y sabiendo que me tocaba correrme.

Mi hermanita me las conseguía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora