_ No amenaces... hmm, pensándolo bien, ¿Por qué te preocupas tanto? ¿es tu vieja? -Preguntó con curiosidad- Porque si no es, déjamela a mí... yo si le daría un buen uso. -Contestó observándola-
Maldito pendejo.
Al momento que iba a responder, ella respondió...
_ ¡Es mi novio!Tragué en seco...
El 80 me miro confundido, pero al mismo tiempo se echó a reír.
_ ¡Qué jodida broma te la mandaste, morra! -Respondió sarcásticamente-
(El 80 es el principal operador de los Rusos en Mexicali.)Volteé a ver al chore, diciendo:
_ Compa, le doy camino libre con la vieja del antro... de igual forma parte, ya fue de usted._ Ni se te ocurra hacerlo, chore. -Contestó el 80-
_ ¿A poco piensas impedirlo? -Pregunté con una sonrisa-
_ Es mi hermana, pendejo, claro que lo voy a impedir. -Exclamó- Con la familia no te atrevas a meter, cabrón. ¿Me oyes?
_ Si andamos en esa, ¿Por qué molestas a mi novia?
_ Honestamente se nos hace imposible que sea tu novia... -Contestó el Max-
(El Max es uno de los operadores del Omega, también integrante de los Rusos.)_ Nunca hay un imposible... pero eso no es asunto tuyo.
_ Tal vez, pero, en fin, ya nos vamos. Tenemos pendientes que hacer... -Contestó mirando a los demás-
Seguidamente se retiraron del lugar.
Luego volteé a mirar a la morra, preguntando:
_ ¿Sabes en lo que te has metido, cierto?_ Hmm, no. -Contestó nerviosa-
_ El vato que acaba de irse... es uno de los hombres que pertenece a un grupo enemigo... por lo tanto, esté wey se va a contar a los demás y eso te pondría en peligro. Van a pensar que por ser mi novia eres mi debilidad y trataran de hacerte daño, ¿entiendes a lo que me refiero?
_ Lo entendí perfectamente. -Respondió-
No la entiendo, estaba asustada al principio, ahora parece que le da igual. ¿?
El Chore le preguntó: _ ¿Cómo te llamas?
Pov Abigail.
_ Me llamó Abigail. Hmm, bueno... si no me van ayudar, por favor, apártense de mi camino. –Me acerqué al puesto de comida- Disculpé, ¿ya están listos?
_ Oh, sí... señorita. –Contestó amablemente-
_ ¿Cuánto es? –Pregunté a la vez agarrando la pequeña bolsa-
_ No es nada... tómelo como cortesía de la casa, no sé preocupe.
_ Hmm, vale... gracias.
Cuando di la vuelta para irme... escuché a alguien decir:
_ Oye... novia._ ¿Qué dijiste? –Pregunté confundida-
_ Tú misma te proclamaste como mi novia. ¿A poco, no lo recuerdas? -Respondió-
