Capitulo 10

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—El arte también es caótico y no por eso es menos bonito.
—Supongo que se puede ser las dos cosas a la vez.
—Bonito y caótico al mismo tiempo.
—Es el arte de ser uno mismo.
—El arte de ser nosotros.

El arte de ser nosotros/Inma Rubiales.

Como suele pasar todos los días vengo de correr.

Entro a casa Oscár no esta, se fue a Canadá, Karely seguramente estará durmiendo. Voy a mi habitación, me doy una ducha me visto, voy a la cocina desayuno tomo mis cosas,  me dirijo al instituto. En el salón veo a Edwin escribiendo en un cuaderno, Josh y Charles platican.

Los saludo y me siento en mi lugar. Edwin me pasa el cuaderno donde ha escrito algo.

¿Como amaneció la maléfica de mis sueños?

Le contesto que bien, como yo también se jugar le escribo.

¿Como amaneció la bestia de mis sueños?

Le paso el cuaderno, esperó la respuesta. Charles y Josh se ríen a carcajadas me volteo, veo a Edwin mas rojo que un tomate.

—Buenos días chicos —nos saluda el profesor George.

Las clases pasan volando, salgo del salón decidida en volver a casa.

—No tan rápido niña —la voz de Edwin me detiene mientras se acerca a mi.

Ooo no se ha enojado.
Tu tienes la culpa.
Ya lo se no me lo recuerdes.

—¿Por que? —pregunto muerta de miedo.

—Ven vamos a la cafetería —me toma por el brazo, camino junto a él, entramos pide un café para mi, y un vaso de agua para él. Nos sentamos en la mesa que esta en el fondo. Nadie habla lo cual hace que el silencio sea incómodo, después de media hora decido hablar.

—Edwin perdoname por lo que te dije.

—Esta bien Arzul fue mi culpa.

—No fue mía.

—Mas bien nuestra nena.

Como siempre esa última palabra hace que mi rubor sea visible.

—¿Que pasa Arzul?

—Mm nada estoy bien.

—¿Segura? Por Dios estas mas roja que un tomate.

—Ya cariño no empieces.

—¿Cariño? Joder me llamaste cariño que cursi.

—Vete al cerro Edwin.

Me acerca y me abraza, descanso mi cabeza en su pecho, acaricia mi cuello, mientras yo cierro los ojos.

—Nena no te duermas.

—No lo hago.

—Ven mejor vamos a casa.

Salimos de la cafetería, me lleva de la mano, pasamos por el parque hay niños jugando con sus padres, me preguntó como seria vivir así, que tus padres dediquen un tiempo para sus hijos.

—¿Estas bien Arzul?

—Estoy bien.

Nos acercamos a una banca que esta en el parque Edwin se sienta, mientras yo me siento en su regazo.

—¿Que pasa preciosa? —pregunta acariciando mi cabello.

—Me preguntaba lo que sienten los niños al jugar con sus padres.

Cuando todo termineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora