Miscalculation

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Frunzo el ceño, concentrada. Tom me ha mostrado la discusión del trabajo, y dbeo decir que no estoy del todo en desacuerdo, aunque tampoco concuero con él del todo.

De pronto siento el calor que su cuerpo emana a mi lado, su respiración en mi oreja. Levanto la cabeza y lo fulmino con la mirada.

—¿Qué? —pregunta sine ntender.

—¿Quieres alejarte? Necesito espacio —respondo mordaz. Rueda los ojos y se aleja unos centímetros, aunque no suficientes, a mi parecer.

—Eres tan estirada —susurra. Levanto una ceja.

—Sé que te sorprende que no se me caigan las bragas al momento de verte, pero déjame decirte, no todo el mundo quiere follarte, no todo el mundo te quiere cerca, no a todo el mundo le agradas —replico. Entrecierra los ojos.

—A tu amiga si que le agrado —contesta. Se inclina ligeramente hacia mi—. Y si que se le caen las bragas.

La sangre me hierve por dentro. ¿Que mierda se cree que es este pedazo de pollo podrido? Abro la boca para responderle y decirle una sarta de verdades, pero antes de que pueda hacerlo, nos vemos interrumpidos por la chica sentada frente a nosotros.

—Ustedes dos —comienza a decir, molesta—, ¿quieren cerrar la puta boca un rato? Aqui se viene a estudiar o leer, no a discutir estupideces.

Me sonrojo, avergonzada. La chica se va nuevamente a sentar. Antes, yo era la chica que retaba a aquellos que desconcentraban mi trabajo, y ahora, me he convertido en la que distrae. Todo culpa del idiota de Holland. Solo ruego por terminar este trabajo pronto y poder verlo lo menos posible.

—Hablas muy fuerte —me susurra Tom. Abro los ojos como platos y lo miro.

—¿Estás estúpido o no entiendes inglés? Claramente dijo "ustedes dos" —respondo.

—Tu eres la chillona.

—¿Y quien te dijo a ti que tu voz es profunda? Estoy segura que puedes cantar notas más altas que yo —me bufo.

La chica se levanta de la silla, cierra su libro y se va dando grandes zancadas. Se nota furiosa.

—Genial, has terminado por echarla —dice Tom.

—Eres un idiota —le insulto. Vuelvo a ver el computador y le señalo la pantalla—. ¿Podemos concentrarnos en este trabajo? No quiero estar mas tiempo del necesario contigo.

—Me parece perfecto —replica.

Como nuestras discusiones son tan útiles como un traje de baño en el ártico, decidimos leer en silencio y anotar comentarios en el documento, a fin de ponernos de acuerdo de manera mas rápida. Perdemos noción del tiempo, tecleando y leyendo hasta quemarnos las pestañas. Ambos estamos empecinados en terminar cuanto antes esto y poder dejar de vernos mas que en clases y ocasionalmente por Harrison, o al menos yo.

Tac.

La luz se apaga. Nos miramos, nuestras caras iluminadas por nuestras computadoras.

—¿Se ha cortado la luz? —pregunta Tom. Observo rapidamente mi pantalla.

—No, seguimos con internet —respondo. Vuelvo a mirarlo.

—¿Por qué no hay nadie mas reclamando o algo? —pregunta.

Abro los ojos, asustada, y vuelvo a mirar la pantalla. Mierda.

—Cerraron la biblioteca —murmuro, aún en pánico.

—¿Qué? Pero si son...

—Nos van a encerrar —le interrumpo, presa del pánico. Cojo mi teléfono, y antes de que pueda decirme algo, prendo la linterna y corro en dirección a la puerta.

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2023 ⏰

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Intercambio de miradas (Tom Holland y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora