Me sirvo cerveza en mi vaso. Lenna mira alrededor, encantada con el ambiente. Bebo un sorbo. La música retumba en mis oídos. Pensé que la fiesta sería más tranquila, pero apenas llegamos, un chico en bóxer estaba colgando de las vigas del techo.
—¡¿Quién está listo para los tequibesos?! —pregunta una chica en el pequeño escenario del bar.
—¿Tequibesos? —pregunto.
—Shots de tequila en que le das un beso a alguien que tiene sal en los labios —dice una voz a mis espaldas. Volteo, Tom me observa con esa sonrisa arrogante. Me cruzo de brazos Lenna parece hipnotizada.
—Tú —digo, mirándolo despectivamente.
—Hola —saluda Harrison tras él, mi rostro se ilumina—. Supe que el muy tonto casi te atropella.
Se acerca a saludarme, me sonrojo un poco.
—Fue un accidente —comenta Tom. Lo miro mal.
—Fuiste imprudente.
—Está bien, está bien. —Harrison pasa su brazo sobre mis hombros, Tom frunce el ceño al notarlo. Me acerco más a Harrison—. Vamos a pasarla bien.
Le sonrío. Lenna se mantiene callada mirando a Tom. Carraspeo.
—Lenna —le digo, no reacciona—. Lenna.
—Si —susurra, sin mirarme—, ese es mi nombre.
Dios, está convulsionando.
—Iré al baño con ella, pero... resérvame un baile —le digo a Harrison. Él sonríe y asiente.
Cojo del brazo a Lenna y la jalo. Cuando llegamos al baño, le tiro un poco de agua en la cara para que espabile.
—¿Viste lo guapo que es? —me pregunta. Dejo el vaso en el lavabo y la cojo por los hombros, sacudiéndola un poco.
—Lenna. Reacciona. —Chasqueo mis dedos contra su rostro—. Vamos, es hora.
—¿Hora de qué? —pregunta. Sonrío con cierta malicia.
—De jugar.
Sonríe con satisfacción. Jugar para nosotras significaba embriagarnos y hacer todas las cosas que no nos atreveríamos hacer en toda la vida. Nos bebemos la cerveza de sopetón y salimos del baño en dirección a la barra. Venia la artillería pesada.
Pedimos shots de vodka. Bebemos uno, dos, tres... llegamos a los siete, el número de la suerte según nosotras.
Comenzamos a bailar, la gente era una marea saltando al ritmo de la música. Estirábamos los brazos lanzando los globos inflados con helio hacia arriba. Nos acercamos a un grupo en que jugaban a algo llamado "vikingo". Consistía en que cada uno tenía un numero asignado, si yo llamaba al número de otro vikingo, este debería hacer como que remaba, y las personas a sus costados igual. Era esencial la concentración en este juego, algo que, claramente, con el alcohol era difícil, por lo que el juego resultaba de lo más cómico.
—Vikingo tres, vikingo tres —dice un chico de ojos rasgados—, llamando a vikingo ocho.
Mi número.
—Vikingo ocho, —miro a la barra—, vikingo ocho, —Harrison bebe una cerveza, Tom a su lado conversa con una chica de piel morena muy hermosa—, llamando a vikingo cinco.
Tom levanta su cabeza y su mirada se cruza con la mía. Sonríe burlón. Entrecierro los ojos y vuelvo mi atención al juego.
—Vikingo cinco, llamando a vikingo ocho —dice Lenna.
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Intercambio de miradas (Tom Holland y Tú)
Fanfiction______ (Tú) esta de intercambio en Inglaterra, junto con su amiga Lenna. Ansiosas de vivir aventuras y divertirse, todo se vuelve aún más emocionante cuando el actor Tom Holland llegue a compartir clases con ella. Con tantas cosas en su vida, ¿qué l...