A game has two players

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La primera semana de clases había sido fantástica. Realmente me la había pasado increíble. Conocí gente nueva, las clases fueron interesantes, respondí correctamente a las preguntas de profesores (se me estaba dando más fácil de lo que pensaba), salí nuevamente con Harrison (una segunda cita que termino con otro de sus increíbles besos) y teníamos mañana por la noche otra fiesta.

Cualquiera diría que fue una semana perfecta. Incluso yo. Excepto por un pequeño detalle: Tom Holland.

Aquel ser insufrible era como una piedra en el zapato, metido en la suela. La sientes al caminar, pero por más que intentas sacarla, no se puede. Y claro, era bastante complicado quitarlo de en medio si era el mejor amigo de Harrison.

Nuestra discusión en la primera clase fue tan épica que todo el mundo hablaba de ella cuando fuimos a la siguiente. Esa vez, la profesora optó por no formar ningún tipo de debate, y creo que en gran parte, era por la "celebridad" del salón.

Maldito y estúpido Holland.

Una goma de borrar me golpea en la frente. Sacudo la cabeza molesta. Lenna, sentada frente a mí en la mesa donde estamos estudiando, me mira enojada.

—¿Puedes escucharme? Estoy contándote algo importante —pide ella. Pongo los ojos en blanco.

—Estás hablando del idiota ese, no puedes esperar que te preste atención —replico. Resopla y deja su lápiz sobre el cuaderno, cruzándose de brazos.

—Tu repulsión hacia él no es justificación para que me ignores.

—¿Y cómo quieres que soporte escuchar sobre ese... ser? —pregunto con asco.

—Finge que es otra persona, no sé. Pero estos son mis avances en mi súper plan de conquista, necesito tu opinión —responde. La quedo mirando en silencio unos segundos y termino por suspirar, aceptando mi destino. Apoyo mis codos sobre la mesa y la miro atenta.

—De acuerdo, volvamos con tu súper plan de revolcón —digo.

—Conquista —me corrige ella—. Hoy me lo encontré "casualmente" a la salida de la biblioteca. Hemos charlado un poco sobre la fiesta de mañana, creo que irá.

—¿A qué te refieres con "casualmente"? —pregunto, haciendo comillas en el aire. Rueda los ojos.

—Espere a que saliera e hice como que chocaba con él, pero eso no importa. El punto es que, al despedirnos, me dijo "nos vemos mañana". Eso significa que mañana quedaremos ¿no? que está esperando verme mañana —dice emocionada.

La quedo mirando. Tiene que estar de coña. Espero que este de coña. Cuando veo que su expresión sigue esperando de mí una confirmación a sus suposiciones (bastante imaginativas), carraspeo y pienso en cómo decirle de buena forma la verdad.

—Lenna, yo le he dicho "nos vemos mañana" hasta al cajero del café. Eso no significa que este ligando. —Sí, lo mío no es la sutileza.

Su expresión decae y me mira molesta.

—Tú sí que arruinas todo —dice. Suelto un bufido.

—Soy tu amiga, no la chica que te depila el bikini. Voy a decirte la verdad.

Me fulmina con la mirada. De pronto mira tras de mí y sonríe entusiasmada. Frunzo el ceño y volteo a mi espalda. Al ver el cabello rubio de Harrison sonrío, pero luego esta desaparece cuando veo que está acompañado de su amigo. Dios dame paciencia.

—Hola —saluda Harrison al llegar junto a nosotras.

—Hola —le sonrío.

—Hola ______ —saluda Tom, con una sonrisa socarrona, le miro sin esconder mi disgusto.

—Hola Tom —le saluda Lenna, Tom le sonríe y vuelve sus ojos a mí.

—¿Quieres tomar algo? —le pregunto a Harrison.

—No, solo venimos de pasada —responde Harrison.

—Yo tampoco quiero nada, pero gracias por preguntar —dice con sarcasmo Tom, le doy una mirada asesina.

—Quería saber si te gustaría que fuésemos juntos a la fiesta —dice Harrison en voz baja. Lenna le habla a Tom con las mejillas sonrojadas, este me mira a mí, sonriendo con suficiencia.

—Me encantaría —respondo un poco más fuerte de lo normal, solo para sacárselo en cara a Tom.

—Perfecto, paso por ti a las ocho —sonríe Harrison. Asiento. Se inclina y me da un beso en la mejilla.

Cuando se marchan, Lenna y yo decidimos volver a nuestra habitación. Ella salta por la habitación y comienza a hablar sobre lo que se pondrá. Colocamos "Emily in Paris" en la televisión y nos sentamos en el sofá, sin prestar atención realmente. Me quedo mirando Instagram, mientras Lenna juega en tinder. A pesar de que le guste Tom, tiene sus necesidades biológicas, como les llama ella.

Me llega un mensaje y lo abro. La rabia me sulfura cuando veo que es del insufrible de Tom.

«Eres adorablemente odiosa»

No puedo creer el descaro que tiene. Estoy saliendo con su mejor amigo, ¿Cómo coño escribe eso? mis manos tiemblan del enojo mientras tecleo una respuesta.

«Y tu un idiota insufrible»

—¡Ah! —exclama Lenna, sobresaltándome, y haciendo que mi teléfono vuele por los aires hasta caer el suelo.

—¡¿Pero qué demonios, Lenna?! —pregunto enojada, agachándome para recoger mi teléfono, y suplicándole a Jesús que no se haya dañado.

Lenna me coloca su teléfono en mis narices. Alejo su mano y la miro mal.

—Mira —dice emociona.

Vuelvo mi vista a la pantalla. Arqueo las cejas.

—¿Tom está en tinder? —pregunto.

—Si ¿lo puedes creer? —dice con voz chillona, casi perforándome un tímpano.

Mi teléfono vuelve a vibrar y leo otro mensaje de aquel ser.

«Aun así te gusto ;)»

Idiota de los cojones pienso.

Miro a Lenna para decirle sobre aquel estúpido cuando una ampolleta se ilumina en mi cabeza. Sonrío con malicia.

—Lenna —le llamo, mirando mi teléfono y luego el suyo.

—¿Qué? —pregunta, al ver mi sonrisa su expresión cambia—. Oh no, que estás pensando.

Sonrío aún más ampliamente.

—Creo que es hora de que alguien reciba una lección.

Intercambio de miradas (Tom Holland y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora