The unpleasant friend

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—¿Y qué estudias? —pregunta Harrison, apoyándose en la estantería. Sonrío.

—Periodismo. Estoy de intercambio —afirmo. Arquea las cejas sorprendido.

—¿En serio? ¿De dónde eres? —pregunta.

—¿Por qué mejor no lo adivinas? —pregunto, no puedo evitar coquetear. Es como si mi cerebro, al detectar un chico lindo, se pusiera en modo cacería.

—De acuerdo —dice, siguiéndome el juego, enderezándose—. Pero me tienes que dar una pista.

—Mmm —hago como si estuviera pensándomelo—, soy latina.

—Eso definitivamente ayuda —afirma. Suelto una risita—. Pero creo que necesito más pistas, ¿Qué tal si me las das en el café del frente?

—¿Me estás invitando a salir? —pregunto, mordiéndome el labio. Él sonrío.

—Definitivamente. Con fines completamente decentes, por supuesto. Ya verás que soy un caballero —replica. Me rio.

—Tendrás que demostrármelo —digo, abrazando los libros contra mi pecho. Se muerde el labio—. Pero no hoy. Es un poco tarde y tengo que ir a un evento de la universidad.

—¿Mañana a las tres? —sugiere. Asiento.

—Suena bien —sonrío.

—Te acompaño a tu residencia —dice. Arqueo una ceja.

—¿Me vas a escoltar como si fuera una princesa? —bromeo, él ríe.

—Lo que sea para seguir hablando con una chica linda —replica.

Caminamos por el pasillo hasta llegar a las grandes mesas que los estudiantes ocupan para sumergirse en los libros. Casi se puede ver cómo les sale humo de la cabeza. Nos acercamos a la entrada en silencio para no molestar. Me acerco al mostrador para poder llevarme los libros. El chico que estaba aquí ha desaparecido, en cambio hay una chica rubia conversando sonrojada con un tipo que nos da la espalda.

—Excelente —comento, volteo a mirar a Harrison—. ¿Cuánto crees que tarde en coquetear con aquel chico?

Harrison observa el chico y sonríe incómodo.

—Pues no mucho más —susurra. Frunzo el ceño. Harrison levanta el mentón—. Oye Tom, no distraigas a la chica.

Miro al tal Tom. Oh no. Parece que el mundo quiere hacerme pasar momentos incomodos. El chico se da vuelta y me encuentro nuevamente con el actor de Spiderman, sonriendo. En el momento en que me ve, su sonrisa desaparece y entrecierra los ojos, intrigado.

La chica se sonroja aún más y mira el suelo. Tom se nos acerca. Mierda mundo, ¿Qué te hice? Volteo al mesón, con los libros que he dejado encima. ¿Por qué demonios lo conoce Harrison?

—Él es Tom, mi mejor amigo. Aunque tú probablemente ya sepas quien es —me presenta Harrison. Miro a Tom, que sonríe sorprendido.

—Hola de nuevo, desconocida —me saluda, mirándome divertido. Hago un amago de sonrisa.

—Hola. —Harrison me mira a mí y luego a su amigo.

—¿Ustedes se conocían? —pregunta. Niego con la cabeza. Tom ríe.

—Ella es la chica del café —le dice Tom. ¿Le habló de mí? Tom vuelve a posar sus ojos en mí, arquea una ceja y se cruza de brazos. ¡Incomodo! Harrison me mira sorprendido.

—Vaya. Creo que ya me agradas —bromea Harrison. Rio por lo bajo, Tom sigue mirándome.

—¿Vas a decirme tu nombre ahora? —pregunta Tom. Lo miro, ese leve tinte arrogante en su voz me molesta.

—¿Por qué no lo hablas con tu amigo?

Harrison se ríe, Tom permanece serio. El chico moreno que antes estaba en el mesón llega a salvarme.

—¿Te llevas estos? —me pregunta. Lo miro y asiento.

—Si por favor.

—Nosotros deberíamos irnos, Hazza —le indica Tom, lo miro de reojo.

—En realidad voy a ir a dejar a ________ a su residencia, pero luego te alcanzo —le dice él.

—¿Tu credencial? —me pide el chico, se la entrego. Tom arquea una ceja y me mira.

—¿________? —Lo miro y levanto las cejas.

—Eso es todo —me indica el chico.

—Gracias —le digo, cojo los libros. Volteo a mirar a Harrison—. Mejor te vas con tu amigo, Harrison. Pero te veo mañana.

—Está bien —sonríe él—. Fue un placer conocerte.

—Igual —me despido. Volteo, Tom me queda mirando.

Paso de él y me dirijo a la salida. Una vez estoy en el exterior, boto todo el aire de mis pulmones.

De todas las posibilidades, de todas las personas que sueñan con ver a su ídolo, ¿Cómo es que yo logro toparme dos veces con el mismo? Dios, Lena no me lo va a creer cuando se lo cuente. Mientras subo las escaleras de la residencia, veo en mi teléfono y busco a Harrison. Dios yo tengo que estar muy desconectada del mundo. Él también es un actor, pero la verdad es que muy agradable. Sin embargo, su mejor amigo no. coqueteándole a la chica de la biblioteca, con aquella mirada arrogante, ugh.

¿Cómo un chico tan agradable como Harrison puede terminar siendo amigo de alguien como Tom Holland?

Intercambio de miradas (Tom Holland y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora