Odié la sensación con la que me fui a dormir el día anterior. Esperé que desapareciera con tan solo dormir, pero cuando mi mente registró que habíamos despertado al día siguiente, aquella sensación volvió. No pude alejar las miles de dudas que plagaban mi mente y no tenía respuesta para ninguna de ellas. Lo único que podía hacer era preguntarme qué había pasado, qué había hecho y por qué no hablaba conmigo. Odio no tener respuestas, odio el silencio, odio la incertidumbre. ¿Acaso las veces en las que me había dicho que era su amiga eran mentira? ¿Había hecho algo para incomodarlo? ¿Estaría molesto conmigo?
Caminé con lentitud al baño y sabía que llegaría tarde si seguía así. Quién sabe, quizá si llegaba tarde podría verlo, quizá ambos llegaríamos al mismo tiempo y podría sofocarlo con mis preguntas, para ver si así dejaban de sofocarme a mí. Deslice con lentitud unos pantalones acampanados por mis piernas y suspiré cansada. Estaba emocionalmente cansada. ¿Acaso era el universo diciéndome que no podía seguir adelante hasta olvidar por completo a Matt? Batallé con un suéter entre mis brazos y saqué mi cabello para acomodarlo sobre mis hombros. Los sentimientos eran demasiado extraños. ¿Cómo es que en tan poco tiempo podía crear una reacción así de mi parte? Me removí incómoda bajo el ajustado suéter cubriendo mi pecho y me dejé caer sobre la cama una vez más. ¿Era mi culpa por enamorarme tan rápido de alguien? ¿Acaso había reglas que desconocía? ¿Debí haberle dado más tiempo a mi corazón? ¡Yo no lo había decidido! ¿Por qué era yo quien debía afrontar las consecuencias?
Me enderecé con un suspiro y por fin me puse de pie. La vida seguía, obviamente, y yo tenía que ir a un trabajo al cual ya llegaba un poco tarde. Terminé de arreglarme y caminé hacia la salida. Las fotos en mis repisas eran un recordatorio doloroso de una época en la que había sido feliz y la cruz en mi cuello enfriaba mi piel dejando una extraña calidez detrás. Quizá vivir entre recuerdos era lo único que me quedaba hasta que mi cuerpo y mi alma decidieran que era tiempo de seguir adelante. La gabardina pesó sobre mis hombros cuando me la puse y salí de mi departamento.
Caminé con tranquilidad por las calles y solo corrí cuando miré que mi autobús estaba por llegar a la parada. El aire era una suave brisa contra mi piel y disfruté de la tranquilidad del día a esta hora de la mañana. El caos solía llevarse a cabo más temprano y unos minutos más hacían la diferencia al salir solo un poco más tarde. Cuando el museo estuvo frente a mí, corrí escaleras arriba y esperé ver a Steven en la tienda de regalos, pero una vez más aquel lugar estaba vacío. Caminé hacia el mostrador y me agaché para dejar mis cosas.
—Llegas tarde. —dijo una voz que conocía a la perfección.
Me enderecé con un sonrisa y me quité la gabardina bajo su atenta mirada.
—¿Has sabido sobre Steven? —preguntó Donna—. Es el segundo día que no viene.
—Tuvo una emergencia familiar. —mentí una vez más.
—Hmm, cuando lo veas, dile que ambos están en inventario por dos semanas. —dijo sin más y se giró para alejarse de mí.
—Lo que usted diga. —murmuré y ni siquiera alcanzó a escucharme.
La preocupación que había sentido antes de ir a su departamento el día anterior, comenzó a convertirse en resentimiento. Un día aceptaba tener una cita conmigo y después desaparecía sin dejar rastro. Por mi cabeza había cruzado la idea de conjurar un hechizo localizador, pero no recordaba con exactitud los pasos y me negaba a ir al Santuario a buscar aquel libro. Además, no todo involucraba peligro y la incertidumbre era parte de la vida normal que tanto quería, ¿no es así? Quizá solo estoy pensando demasiado.
—Te ves mal.
Levanté la mirada una vez más y esta vez era J. B. quien me observaba con una mueca.
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Armonía en el caos | Moon Knight
Fanfiction«Mi alma decidió dividirse, dejándome sin aire e incompleta y estiró sus manos para aferrarse a una posibilidad».