Capítulo 14

203 18 0
                                    

Cinco días después, estoy entrando al elevador que lleva hacia el parqueo de la empresa, junto a Ben. En cuánto se escucha el tin de las puertas cerradas, no duda en alcanzar mi mano y entrelazar sus dedos con los míos.

Oficialmente mi período se ha ido. En realidad, me dijo adiós al tercer día, y aunque me muero de ganas por tener sexo con Ben, de ninguna manera tendría el valor de mencionarlo, ni ahora ni en toda la semana. Claro que se ha dado cuenta de que tenía el período porque tuvo que darme libre el lunes, ya que no había manera de que consiguiera salir de la cama con el dolor en el riñón y las piernas. Su hora de almuerzo la usó para venir a mi casa y dejarme unas pastillas para el dolor.

Afortunadamente, Ben es sumamente telepático. Todavía no hablo con mi familia sobre lo que pasa entre Ben y yo. No quiero dar pasos en falso nunca más, así que hasta que no sea algo seguro, incluso si ninguno de los dos hemos hablado sobre formalizar porque estamos tranquilos con lo que estamos haciendo y yo estoy conforme con la seguridad que me da sobre lo que siente por mí, no pienso mencionarlo. De algún modo, ambos hemos sido sumamente cautelosos en el trabajo.

Nada de ojitos.

Nada de confianzas malinterpretadas.

Nada de besos.

Lo cual ha sido una tortura. Aunque con esta última, Ben no ha sido muy obediente. Ayer por la tarde se cumplían dos días enteros de no vernos. Estuvo atado de manos y pies al igual que el señor Pike, así que no dudó en enredar sus dedos en mi cabello, pegarme contra su escritorio y meterme la lengua hasta la garganta en cuanto estuvo libre, pidiéndome un falso archivo para hacerme ir a su oficina con tal de pasar un rato conmigo antes de ir a casa con su familia por el cumpleaños de Demi.

Lo cuál armaría la pieza del rompecabezas del porqué el señor Pike estaba enfurecido esta mañana sobre el comportamiento irracional de su hija mientras mi madre estaba indignada por la actitud repentina de mi hermano. Eso de salir sin avisar, irse y no volver, no es cosa de Brandon. Pero creo que ya estoy entendiendo todo el drama, incluso si no he compartido mis hipótesis con nadie.

No creo que ese tema le interese demasiado a Ben. Y tampoco es que quiera platicar sobre su prima y mi hermano cuando no se cuanto tiempo puedo estar con él a solas sin miedo a que nos pillen o sin ninguna interrupción.

Creo que Ben también es consciente de lo presionados que estamos con eso, porque en cuanto el ascensor comienza a bajar, no duda en estamparme contra la pared y besarme.

No me besa desde ayer por la tarde y no hemos tenido contacto físico de verdad desde el sábado. No sé cómo hemos sobrevivido a tantos días.

—¿No hay cámaras aquí?

—Qué más da, sólo bésame.

Ahogo un jadeo cuando mete sus manos bajo mi falda y toma mis nalgas con sus manos frías casi como si le pertenecieran. Es muy posesivo. Todo el tiempo. Y me gusta.

Me gusta en general, vaya. Incluso si el futuro es sumamente incierto, si algo sé en este momento es que estamos juntos, y aunque puede que ni siquiera sepamos todavía de qué manera,  si algo está claro, es que ya existe un nosotros y eso debería ser suficiente.

Al menos por ahora.

—Espera —jadeo. Por mucho que quiera que descargue toda su abstinencia conmigo, no puede ser en este lugar.

Un gruñido es suficiente respuesta para dejarme saber que no está de acuerdo con esperar unos segundos más, pero aún así lo hace, se detiene. Tiene sus manos a cada lado de mi cabeza, apoyadas contra la pared metálica, sus ojos lanzando fuego. Antes de alejarse completamente, pega su frente a la mía un segundo y, posteriormente, deja un beso furioso en ella. No puedo evitar sonreír. Se ve tan inquieto en este momento.

Llévame a cualquier lugar [URN II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora