•[Miles Morales × Fem!reader]•
•𝐄𝐃𝐋• Si las pupilas de los ojos se agrandan cuando vez algo que te gusta, entonces, ¿Como es que el nunca se dio cuenta que las pupilas de ella se agrandan cuando lo mira?
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¿Una vez observarte con tus propi...
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Narrador omnisciente
"La nada" sería la palabra justa de describir donde estaba cayendo aquella chica, no se escuchaba nada, no se podía ver nada, era una oscuridad que ni con la llamá de fuego más fuerte y reluciente podría alumbrar aquel sitió.
Todo fue así, hasta que de un momento a otro una luz blanca se podía ver en el fondo haciéndose cada vez más grande.
Aquel gato anaranjado que aun seguía en la mochila de su dueña asomó su cabeza para ver aquella gran luz, empezó a maullar y a tocar la cabeza de su dueña para que se despertará.
Lo cual no funcionó, la chica aun seguía en ese estado no conciente, el gato con agilidad se metió en aquel buzo que tenía la chica puesto para ocultarse hay adentro para que de un momento a otro ya no había oscuridad.
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Calor, eso era lo que podía sentir la chica apenas pudo recuperar sus todos sus sentidos, quitando el hecho que sentía como todo su cuerpo estaba ardiendo del dolor.
-La concha de la lora...-Murmuro mientras se trataba de levantar pero enseguida sintió el dolor retractandose-¡Nop! Mala idea, Mala idea!
Hasta que se dio cuenta de algo.
-Esta no es mí habitación...-Dirigio su mirada a la ventana, edificios totalmente diferentes a los que ella estaba acostumbrada de ver y unas carreteras que para ella parecían interminables-Mucho menos esto es Brooklyn...¿Donde mierda estoy?
A como pudo ella se sentó para observar mejor la habitación, estaba bastante ordenada, en esa pequeña mesita donde tenia la lámpara había una foto donde se veía a una chica de cabello corto junto a un chico con una banda azul y cabello negro hacia un lado.
-Espera...MOCHI-La chica apenas se dio cuenta de la ausencia de su querido gato a como pudo se paro con un dolor tremendo de piernas.
Al parecer aquel levantamiento de voz de ella llego a oidos de la persona que la trajo, la cual abrió la puerta uniendo miradas con ella.
