🐝 - thirteen

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pequeño maratón (2/2)

La vuelta a casa es silenciosa, y horrible, la vida de Y/n se encontraba llena de silencio antes de que Tubbo llegara a sus brazos. Desde entonces, el ruido abunda al rededor de ella, y no de una mala manera, el simple hecho de escuchar cualquier cosa que le haya pasado en la escuela, con sus amigos o en el jardín era simplemente extraordinario.

A la hora de dormir, cuando el pequeño cabrito era aún más pequeño, le pedía a su madre que le cantara una canción, ella claramente no podía negarse, no cuando esos lindos ojitos que cambiaban entre el color azul y el verde brillaban más que cualquier estrella en el cielo.

Entonces ella cantaba, y él la miraba como si fuera la cosa más maravillosa en el mundo, se acurrucaba y cerraba los ojos mientras tarareaba la canción, no tardaba mucho en caer dormido.

Con los años, ese lindo hábito terminó, argumentando que él era un niño grande, no necesitaba que su mamá le cantara para dormir, sin embargo aún le gustaba acurrucarse junto a ella en una tarde fría y lluviosa mientras veían cualquier película y comían galletas recién horneadas. Nunca podrá ser los suficientemente grande para dejar de hacer eso. Es un hábito que sencillamente no puede dejar.

Lo mejor de todo, es que siempre había ruido, simples conversaciones, risas pequeños ruidos al cocinar, jugar o hacer cualquier cosa, pero ahí están.

Pero ahora, hay un silencio sepulcral en la casa. El castaño entró rápidamente a la casa al momento de llegar y de encerró en su habitación. Y/n en serio quiere entrar, pero también quiere darle su espacio, dejarlo pensar y aclarar sus ideas.

No se le ocurre más que ir a la cocina y preparar el platillo favorito de su cabrito. Un rico estofado de papas con puré de tomate y especias.

No toma mucho tiempo, así que una vez acaba, sube las escaleras y toca la puerta que tiene unas pequeñas abejas y flores pintadas en ella. La pintura y madera están algo dañadas, pero se sigue viendo lindo.

— Tubbo, cielo. — Da tres toques a la puerta y espera, sin recibir respuesta. — Tobi, por favor.

Una vez más no hay respuesta, así que abre la puerta, encontrando al menor en su cama, leyendo una carta, es de las primeras que hizo, él la observa con detenimiento, para
después romperla en trozos grandes y pequeños. Él no la mira, pero sabe que lo está viendo, así que continúa.

— Cariño, no, no hagas eso.

Ella intenta quitar las pequeñas manos del niño de las cartas, pero solo recibe un empujón y un sollozo.

— No, déjame en paz. — Tubbo dice. — Me mentiste, todo este tiempo lo has estado haciendo, ¿hasta cuándo? ¿Eh? ¿Hasta cuándo ibas a dejar de mentirme?

Y/n no sabe qué responder ¿Hasta cuándo iba a dejar de mentirle? Ni siquiera ella lo sabía. Tal vez, luego de inventar que su padre había muerto, le pudo haber explicado todo. Pero ahora todo ha cambiado.

Al no obtener respuesta, todo está más que claro para el cabrito, se limpia las lágrimas de los ojos y sigue con su tarea de eliminar cualquier rastro de la estúpida aventura de matar al dragón.

Las nubes grises se instalan sobre ellos, y parecen no querer irse. Días malos vienen, y la culpa no abandona su mente.

🐝🐝🐝

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playlist para esta fic? 🤔

vieron qué linda la portada? 🌞

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