ᴍʀ. ᴘᴇʀғᴇᴄᴛʟʏ ғɪɴᴇ • 𝑑𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑡𝑎 𝑎 𝑙𝑜𝑠 15 [ᶠᵃᵇʳⁱᶜⁱᵒ]

𝘵𝘩𝘳𝘦𝘦

📚        🫧        🌺        🍦        ⭐

CAPÍTULO TRES
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・゜⭐ ━━  03. cuernos y coches descuidados

  Había seguido en contacto con Anita después de lo de su prima.

   César me llevó a lo de su padre. Andamos hasta la heladería.

   — Ya estamos. Hola, papá. Esta es la chica de la quae te hablé.

   — Hola, soy Geraldo. César me dijo que buscabas un trabajo.

   — Sí. Algo pequeño que me sirva para pagarme mis propias cosas.

   — Vale. Bienvenida. Los amigos de mis hijos son mis amigos.

   Y así empecé a trabajar para Geraldo.

   Llevaba ya un rato preparando helados.

   — ¿Tú que coño haces aquí? — Fabrício gritó detras mía y se me cayó un cono.

   — ¡Mierda! — Me agaché para intentar recoger el cono. — Ahora tengo que volver a hacerlo.

   — No te preocupes. No hace falta que te compliques mucho.

   — Es que me gusta que quede bonito.

   — Te digo yo que al niño de diez años le va a importar muy poco como de bonito sea el helado.

   — Eres un imbécil.

   — ¿Y esa necesidad de insultar?

   — Costumbres. — Respondí subiendo y bajando los hombros.

   — Aún no me has respondido. — Se agachó para limpiar el suelo conmigo.

   — ¿A qué?

   — ¿Por qué estás aquí?

   — Le dije a Cé que necesitaba un trabajito para pagarme algún que otro capricho y no tener que jalar del poco dinero que gana mi madre.

   — Tiene sentido.

   — Gracias. Mi madre dice que es estúpido ya que ella dice que solo quiere hacerme feliz, pero yo también quiero hacerme feliz a mi misma.

   — Eso está muy bien. — Se levantó y tiro el montón de servilletas que tenía en la mano.

   Termine de limpiar unas manchas y me extendió la mano para ayudarme a levantarme. Estábamos muy cerca, demasiado cerca.

   Mi barriga tocaba la suya y vi como después de un largo tiempo bajo su mirada.

   Alcé las cejas y sonreí orgullosa. Me gustaba mi cuerpo, con el tiempo había aprendido a quererlo, pero nunca imaginé que un chico se pararía a mirarlo y mucho menos a mis pechos.