Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.
Hoy iría al viaje con mi padre. A las 10:30 am. Me acabo de levantar. Son las 10:14 am. ¡Y no he hecho la puta maleta!
Mi padre me gritaba que me apresurara a terminar de hacer lo que quiera que estuviese haciendo. Mierda.
Me levanté por impulso, al ver la hora casi me infartaba. Obviamente me fui a darme una ducha fugaz porque sólo llegué dormir, ni la decencia tuve de quitarme el vestido. Me cambié con algo simple y me dispuse a hacer la maleta que, claro, no hice en mis otros 3 días libres y con calma.
Tomé la primera maleta que se cruzó e iba y venía de un rincón a rincón de mi cuarto tomando todo lo necesario. De mi armario saqué casi toda la ropa sin fijarme qué. Tomé todos los zapatos del piso, hasta un envoltorio de papitas. Vacié todo lo que había en mi tocador. Añadí cosas extras que creo necesarias. Bien, creo que está listo.
10:24 am. Gracias, a tiempo.
Intenté cerrar la maleta pero la muy puta no cierra. Subí toda mi gordura e intenté nuevamente, pero fue en vano. Fuck.
No tengo tiempo, ya son 10:28 am y puedo escuchar perfectamente los pasos de mi padre acercándose. Fui corriendo a mi cajones y busqué lo que quería: hilo.
Me encontré con una bola de hilo, suficiente. Con ese hilo comencé a darle vueltas alrededor de la maleta haciendo que se cerrara.
Si no puedes vencerlo con fuerza, busca otra forma de hacerlo.-Hija, ¿ya está todo listo?-. Llegó preguntando mi padre en el momento preciso. Miró mi maleta extrañado-. Bien, no preguntaré. Sólo faltan subir tus cosas.
-Ya estoy, ya nos podemos ir-. Finalicé y nos encaminamos al carro.
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El viaje duró mucho. Ya eran alrededor de las 12:45pm y aún no llegábamos, seguíamos en la carretera.
La hermosa voz de Shawn Mendes retumbaba en mi cabeza, Bring It Back, para ser exactos.
Mi padre giró a la derecha, adentrándose a un camino poco regular de tierra, árboles armando un estilo de túnel que dejaba pasar un poco de luz solar.-¿Ya vamos a llegar?-. Pregunté esperanzada. Él se limitó a sonreír de lado.
Nos adentrábamos más y más, hasta que después de un rato vi a lo lejos lo que parecía el fin de ese túnel de árboles.
Pronto llegamos, atravesamos una reja gigante y no pude creer lo que veía. Una casa enorme. Y creo que enorme era un adjetivo corto, muy corto.
Una casa rustica, alrededor de unos 5 pisos de alto y miles de ventanas. Una cochera de muchos metros cuadrados con varios coches estacionados. A lo lejos podía visualizar muchas montañas, un lago que quedaba colina abajo cerca de la casa y miles de árboles decorando alrededor de la casona. Era impresionante y hermoso. Al parecer una casa muy cara.
Creo que toda mi familia caga dinero; mientras que yo viviré en una caja de cartón bajo un puente. Mi hermoso futuro.-¿Y bien?-. Preguntó mi padre con una sonrisa cuando bajamos del coche-. ¿Qué te parece?
-Es impresionante-. No encuentro más palabras para describirlo. Esto me dejó muda y sin razonamiento.
-¡Joseph! ¡Annabeth!-. Gritó una mujer castaña de poca altura que venía saliendo de la casa. Mi tía Betsy.
-¡Betsy!-. Saludó mi papá dándole un gran abrazo-. Hace tanto que no nos vemos.
-¡Tía!-. Saludé yo y le di un abrazo cálido-. Te he extrañado tanto.
-Y tú no imaginas cuanto lo he hecho yo. Bueno- dijo soltándose de mí-, vamos adentro, los únicos que faltaban son ustedes.
La casa por dentro era igual de impresionante que por fuera.
Por la sala, los pasillos iban y venían familiares míos, primos, quizá gente que no conozca.
Una vez que saludé a toda la familia una mujer y un hombre de seguro de la edad de mi padre, se acercaron él. Sin duda nunca los había visto en mi vida.
Mi padre los saludó alegremente, estrechó la mano del hombre y besó la mejilla de la mujer. Acto seguido se acercaron a mí.
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My Other Self.
Humor"Comer. Dormir. Netflix. Repite." Ésa, básicamente es mi vida. Soy Annabeth Dyer y no soy como las chicas que se van de fiesta todos los días... sólo cuando tengo dinero; decía, soy una chica de 17 años, estudio, salgo con amigos... ¿defectos míos...