Capítulo 48

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Aidam.

Ya no tenía manera de seguir  adentro de la organización y conocer los pasos que dará Danillo contra Julieta y su familia. Pero por suerte aún había un chico, el cuál no compartimos mucho, pero si agradecimiento hacia a mí existía.

El chico el cuál de llamaba Víctor, me contactó hacia a apenas una hora luego de marcharme furioso y decepcionado del hospital.

Él me había pedido muchas discreción, la cuál con mi palabra se la brindé. No tenía en quien más confiar salvo a David, que se ha mantenido a mi lado, corriendo el mismo peligro que hoy corro.

Danillo no quería mi cabeza pero quería verme sufrir. Y con ello no le importaba matar a quienes más amaba en la vida.

Quería llevarme a todos a una cajita de cristal y que allí nada ni nadie le hicieran daño, pero la realidad era malditamente otra, yo cometí errores y de esos tenía que hacerme responsable y enfrentarlos, aunque con eso podría perder mi propia vida. Pero ¿Que vida? Si esa la perdí años atrás.

Danillo sabía exactamente el hogar de Julieta, su  escuela, su familia y por desgracia conocía el hospital donde Kevin se encontraba. Me tenía totalmente rodeado, pero él no esperaba mi última ficha ganadora. Que tal vez yo no sería el ganador, pero si me iba a ir con la tranquilidad de que los demás iban a estar totalmente a salvo y poder continuar su vida en paz.

Lo que Danillo no tomó en cuenta es que yo sabía exactamente todos sus negocios,  y que si yo habría la boca, todos nos iríamos a la mierda. Y fue por ello que sin más recursos acudí al único imbécil que podría ayudarme si yo le entregaba a su más esperada ficha de lotería ; Al gran clan de Danillo.

Ambos quedamos en citarnos en las afueras de la ciudad donde nadie podria verme junto a él.

Bajó de su carro inspeccionando la zona.

Menudo imbécil.

Esta vez no cargaba su uniforme, lo cual le agradecí internamente, algo de inteligencia le debe de quedar, pensé.

—¿Que carajos quieres? —Preguntó con brusquedad.

Juro que si no necesitara de él, ya lo hubiera mandado al hospital con Kevin.

Tomé un poco de aire un segundo antes de empezar de hablar.

—Soy la mano derecha de Danillo; el gran clan de la mafia italiana.

La noticia lo tomó por sorpresa ya que su cara de imbécil quedó sin palabras.

—Yo te entrego toda su maldita familia y con su gran protagonista, a cambio de que me ayudes a proteger a Julieta junto a toda su familia y a mí amigo Kevin.

Él soltó una risita tan falsa como él.

—Pudiste engañar a Julieta, y si, quizás a todo el mundo, pero a mí nunca pudiste engañar. Si sabía que tú no eras el típico chico estúpido italiano que había enamorado a Julieta.

—No estoy para juegos, Hendrick. ¿Puedo contar contigo o no?

Quedó en silencio.

Julieta,  La Chica SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora