–Un mes Julieta ¿puedes creerlo? –Michell chillaba por la emoción de llegar a un mes de noviazgo con Kevin. –¡Me siento feliz!
Le sonreí tomando un poco del café que habíamos pedido.
–Jamás imaginé verte en una relación. –Que sea novia de Kevin a mi me hace feliz.–Y menos con Kevin, pero si ambos se quieren y son felices. Yo estaré el doble por ustedes.
Tomó mis manos con las suya y les dió un suave apretón.
–Yo estaría más feliz sí tú lo estás Juli. –Dijo.
Sentí una punzada en el pecho cuándo la escuché decir qué deseaba mí felicidad, pero me siento culpable al saber qué no estoy ni cerca de la felicidad.
Qué sin quererlo perdí cada pizca qué quedaba en mi de felicidad.
–Muy cursi tú.– Bromee.
–El estar enamorada me hace ser cursi.–Respondió con superioridad.
–¿Tú sabés lo qué es estar enamorada? –Reí y ella golpeo mis hombro.
–Estúpida.–Dijo entre risas.
Decidimos pasar un rato en una de nuestra cafetería favorita, personas de nuestra edad les gusta más ir a otros lugares para pasar el rato. Pero no, nosotras preferimos tocarnos un suave y delicioso café.
–Creo qué es hora de irnos.–Sugerí y Michell asintió recogiendo su bolso.
Al salir de la cafetería él sol del verano se hizo aún más presente qué mucho más temprano. Michell se colocó sus lentes de sol, hace un año se los regale justo en el verano pasado igual.
–Aún debes explicarme el porqué de esa venda en tu muñeca.–La escuché decir mientras mantenía su mirada al camino.–Sí no estuviéramos en verano apuesto qué la ocultarias con una camisa más larga. Soy toda oídos, pero sin mentiras.–Pidió.
Había tardado mucho tiempo sin qué se le pasara por alto la venda en mi muñeca. Y sí, tal vez si no estuviésemos en verano la usaría. Pero sería y fue muy difícil de ocultar aún más a ella, Michell se merece saber más de lo qué puedo decirle, pero sencillamente no quisiera aurrinarle ese sentimientos de felicidad qué hoy en día siente.
Pensé cómo podría iniciar la explicación qué mi amiga me pedía, pero sin darle tantas vueltas al asunto decidí iniciar.
–Quisiera poder decirte una mentira; poder decirte qué me hice eso jugando con Mathias, qué tuve un pequeño accidente o qué tuve una pelea.–Me detuve y observé el ceño fruncido de mí amiga, mientras me escucha con atención.– Pero se qué a ti no puedo, es más creo qué ya se me hace imposible. Tuve una nueva discusión con papá y en uno de sus arranques me lastimó la muñeca, mientras defendía a Elio de sus insultos.
–Kevin siempre tuvo razón y aún la tiene. Los matará o peor aún te matará a ti.– Soltó con enojo.
–Estas exagerando.–Lucia más enojada aún.
–¡¿Estoy exagerando?!–Detuvo su caminar colancandose en frente de mí. –Eso dímelo una vez más cuándo estés a dos metros bajo tierra, Julieta.
Se qué exageraba obvio qué lo hacía, estaba segura, bueno más bien confiaba qué papá no llegaría a ese extremo.
La tomé de la muñeca obligandola a seguir caminando, varias personas observaron la escena con curiosidad.
–Él me odia Michell y aún no entiendo el motivo.–Dolía más cuándo ese pensamiento salía de mi boca.– Pero confía en mí, se qué no pasará a más. El próximo año iré a la universidad me iré lejos de acá, de papá y tal vez con el tiempo el pueda cambiar.–Dije.
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Julieta, La Chica Suicida
Romansa[Hola!! Les agradecería que no juzguen a un libro por la portada o nombre. Espero que les vaya a gustar :) ] Existen momentos en donde nos sentimos, felices. Otros donde solamente queremos desaparecer. Muchos siempre sentimos ambas. Compartimos la...