Capítulo 30↷❀

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Pero Jimin realmente confiaba en Jungkook, por muy contradictorio que sonase, mas no podía imponerle una carga como esa, y Jungkook debía comprenderlo.

—Jungkook, esta es una carga que yo debo llevar.— no quería sonar grosero pero se le estaba haciendo difícil.— Gracias por preocuparte.

Jungkook alejó sus manos de Jimin, un poco cabizbajo pero comprendió que no podía obligar a su novio a hacer algo que este no quería, o hacer algo en lo que él no estaba de acuerdo; debía ser compresivo porque tal vez no le estaba prestando atención a los sentimientos de su chico.

—Perdón. —dijo compresivo dándose cuenta de que estaba presionando demasiado a Jimin.— Debes estar frustrado por la situación y yo te estoy dando más problemas.

—No pienses eso, estoy un poco consternado porque la situación me supera, pero quiero que entiendas que estoy agradecido por tu bonita intención, realmente lo estoy.

—Lo sé.— está vez su mano viajó hasta la mejilla de Jimin.— Lamento mucho haberte puesto en esta situación.

Jimin recargó su rostro entre la palma que le brindaba una caricia, cerró sus ojos y suspiró apacible.

La tensión se había ido y los gemelos por fin pudieron hablar y bromear como siempre lo hacían, dándole confort a Jimin y haciéndolo sentir bien.

Pasaron prácticamente todo la mañana juntos, jugando a las cartas por un buen tiempo, hasta que a los gemelos se les ocurrió cambiar su actividad por algo más divertido, así que decidieron jugar a las escondidas.

—Nos podemos esconder en toda la casa.— alertó JungSeok con emoción.

—Debemos jugar, piedra, papel o tijeras para saber quién busca primero.— JungHwan tomó posición al dar indicaciones.

Se dispusieron a jugar ya que JungHwan había perdido en el juego y por lo tanto le tocaba a él buscar a los demás. Los tres restantes corrieron a esconderse apresuradamente pues JungHwan tenía que contar hasta el número veinte, lo estaba haciendo demasiado rápido y saltándose números.

La opción de Jimin y la que siempre tuvo en mente fue esconderse en su armario. Se adentro en silencio y cerró la puerta despacio, quedando en la completa oscuridad.

—¡Bu!

—¡Ay, estúpido,  me asustaste!

—Sshh, silencio.— el intruso,  que era Jungkook, le tapó la boca de inmediato.— Eres tan predecible, sabía que te ibas a esconder aquí, en el sitio más obvio.— susurró.

—Pues entonces debiste esconderte en otro lado.— dijo con falsa molestia intentando verlo por encima de su hombro. El aliento cálido chocando en su nuca.

—No, es que quería estar contigo.— apegó aún más su cuerpo al de Jimin para provocarlo.

El pelicastaño trató de relajar su cuerpo, pero la cercanía del contrario lo ponía muy inestable.

—Tú mano está en mi trasero.— avisó recargando su frente a la puerta del armario para alejar su nuca de los labios ajenos.

—No sé como llegó allí.— mencionó masajeando tranquilamente la piel de Jimin.

—Lo estas haciendo a propósito. — se quejó sintiendo la diferencia en su propia voz.

—Por su puesto que sí.— asintió sin arrepentimiento. —Sería un tonto sino aprovecho un momento como este.

La mano de Jungkook se fue alejando lentamente del trasero de Jimin, paseando por las caderas de este e inmiscuyendose entre la camisa blanca que aquel portaba, la palma cálida viajó por el abdomen generando cosquillas en el cuerpo adverso. La mano detuvo su andar justo en el pecho de Jimin.

Era extraño que el pelicastaño no dijera nada y lo que era mejor aún, que no se quejara, conociendo como era este.

—¿Por qué te quedaste callado?— Jungkook quiso saber.

Acercó su cuerpo aún más, abrazando por completo a Jimin, sus labios se posaron sobre la piel del cuello adverso, besó despacio, oliendo en el proceso el exquisito aroma natural de Jimin.

El cuerpo del pelicastaño empezó a temblar muy imperceptible, pero Jungkook logró sentir la inestabilidad en él. La mano de Jimin se posó en la pierna contraria cuando sintió algo fuera de lo usual en su trasero.

—¿Qu- Qué estás haciendo?— susurró lo mejor que pudo.

—¿Yo? Nada.— respondió como si fuese ajeno a todo.

Decidió jugar con Jimin un poco más, besando de nuevo el cuello de este  y a la vez, restregandose despacho sobre el trasero de Jimin. Movió sus  caderas sintiendo la dureza en los glúteos de su novio, su propio cuerpo empezó a temblar también por la exquisita sensación. Jimin suspiró sin decir nada, su frente aún apoyada en la puerta de madera, y su mano apretando fuertemente el muslo de Jungkook y su otra mano se colocó justo sobre la de Jungkook,  la cual posaba sobre su pecho, aun.

—¿No te gusta?— Jungkook susurró sobre la oreja de Jimin, provocando aún más al contrario.

—Te vas a ir al infierno, Jeon Jungkook.

No se escuchaba molesto pero sí algo sofocado, se removía solo un poco, negándose a ceder a lo que Jungkook deseaba, porque sabía perfectamente que aquel solamente lo estaba molestando y no haría nada más que tocarlo.

—Qué grosero.— mascullo dolido. Su mano, que estaba anteriormente sobre el pecho de Jimin, bajó hasta la entrepierna del pelicastaño, acariciando sobre la tela del pantalón de este. Aquel ahogó un gemido cubriendo su boca antes de hacer más ruido.

La puerta de la habitación se abrió de golpe. Los gemelos aparecieron haciendo más ruido de lo usual y junto a ellos, Bobby.

—¿Ves? No están aquí.— JungHwan dijo con enojo.

—No has buscado nada, deben estar aquí.

—No están.— se cruzó de brazos.— No me gusta que se escondan de mi.

Bobby se sentó justo frente al armario, moviendo su cola con insistencia; pero ninguno de los dos gemelos le prestó atención.

—Pero si de eso de trata el juego.

—Pues que juego más aburrido.

—Mira.— JungSeok sacó de su bolsillo el celular de Jungkook.— todavía lo tengo.

Los ojos de JungHwan se iluminaron emocionado.

—¡Hay que jugar algo en el!

—Vamos a la sala.

—Pero tengo que buscar a Jimin y Jungkook.

Mi vecino es un TONTO ⤿❀ | kookMin | +18 TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora