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—Marfigalo... Eris... Jerry.. Gaspra,, Gaspra —todo parecía una alusinación. Nada era real. Solo era su voz, su voz haciendo eco en mis resonancias auditivas.
—¿Me oyes?...
—¿Alisson?
—Despierta.
Abrí los ojos, la imagen de la realidad que veían mis ojos era borrosa y distorcionada.
No la podía distinguir bien por la oscuridad, pero lo sabía, sabía que era Alisson.
—No siempre podré venir a rescatarte —exclamó.
Me ayudó a incorporarme.
No podía distinguir nada, con trabajos podía verla a ella. Mis ojos se acostumbraban a las tinieblas nuevamente pero mi cuerpo me dolía. Sentía que un camión había arrollado mi espalda.
—¿Dónde estamos? —le pregunté frotandome con dolor la cabeza.
—En un ducto
—¿Dónde está Jerry?
—No está
—Si, él dijo que vendría por mí. No podemos dejarlo solo —me negaba a abandonarlo.
—Te dije que que no está —respondió molesta, sentí su mano en mi hombro, quizás para tranquilizarme.
—Debemos irnos —me dijo tratando de hacer que me mueva.
—No puedo irme sin él —le contesté esperando no escuchar una mala respuesta, no quería agotar su paciencia. Además que me costaba mucho moverme.
—No lo conozco, pero se que está bien —tal vez solo quería tranquilizarme pero yo sentí que me mentía.
—No quiero tener malos modales, ¿pero puedo unirme a su conversación? —intervino Eris de alguna parte. No lo podía ver. Su voz seguía siendo relajada e incesante.
—Tú no tienes ningúna clase de respeto —contestó Alisson.
—Tienes razón, olvidé anotarlo en el manual cuando me dijeron que iría a una guerra.
—A veces no entiendo que pasa por tú cabeza —dijo Alisson agobiada.
—Ni yo lo sé, tengo un falso circuito supongo.
—Gaspra, muévete —ordenó Alisson. Tenía que encontrar a mi amigo, pero no quería alejarme de Alisson.
—Gaspra es la última vez que te lo pido —luché contra mi corazón y contra mis huesos, pude sentir algunos tronar cuando me moví. Sentía pánico pero tener cercas a Alisson me hacía sentir seguro de alguna extraña manera. Aún pensando en el por qué lo había hecho.

Radio: A todas las unidades Humo, diríganse al Ytrix. Su majestad, el gran general Robby dará una reunión urgente y todo aquello que respire deberá asistir.

—Supongo que serías invitada de honor —bromeó Eris.
—Tontito, tengo al mejor de mi lado... Aunque te comportes como un imbécil -
—No me alagues demasiado querida, no hasta que haya finalizado mi misión. Repuso. —y para tí saco de basúra, será mejor que comiences a cuidarte solo —su tono de voz fue mucho más agresivo y ténebre.
—Eris cálmate, necesito que realices tú misión.
—Me marcho. Alisson cuídate, dirígete al hangar en media hora. Si necesitas refuerzos llámame.
—Descuida, puedo continuar yo —respondió Alisson.
—No falles, por favor —finalizó Eris. Tras apagarse su voz dejé de percibir una presencia, sin embargo jamás pude visualizarlo por ningúna parte. Como si hubiera sido solo viento.
—Es hora de hacer mi parte Gaspra, sígueme
—Está bien —contesté con un pequeño nudo en mi garganta. No podía dejar de pensar en Jerry. —¿En dónde podrá estár?-.

Alisson y yo avanzabamos por el ducto, era todo muy oscuro. No podía distinguir mucho, pero tal parecía que la batalla se había terminado, ahora todo era silencioso. Solo se oían los chillídos de los ratones y sus pasos rezonando por los ductos.
—¿Qué tenemos que hacer? —pregunté, quería ayudarla.
—Estamos en la zona donde preparan el alimento, tenemos que robar la información del ADN de la bacteria.
—¿Robarla?
—Preguntas demasiado. Solo observa —
Alisson derribó la tapa del ducto y saltó. Yo observaba desde arriba, la habitación era tenebrosa. Había cápsulas con criaturas muy extrañas al interior conservadas por algún líquido, eran esqueletos y fósiles de unas criaturas que se parecían a los seres antiguos que habitaron la Tierra billones de años atrás llamados "dinosaurios".
De repente la compuerta se abrió y a la habitación ingresaron dos personas más.
Alisson se ocultó entre las cápsulas.
Los otros dos eran soldados que llevaban la etiqueta "01" y "02" en el brazo izquierdo. Sus trajes eran grises y llevaban máscaras que les cubrían los rostros. Ambos dispararon un lácer contra las computadoras y comenzaron a destruír la habitación, tomaron un chip y se marcharon. Alisson se perdió entre el humo y las tinieblas.
Quise ir a donde estaba ella, pero al llegar a la salida ella saltó de vuelta al ducto.

Radio:
—Alisson, ¿me copias?
—Eris, el primer pelotón nos ganó la carrera.
—Olvida eso. Debemos volver al Ytrox, Sedna dará una reunión de emergencia. Tal parece que Robby querrá venganza.
—Tranquilo, ¿cumpliste tú misión?.
—Nena, te recuerdo que yo no fallo.
—Eres un idiota, pero eres el mejor.
—Gracias... Y Alisson no quiero ser cruel pero lamento recordarte que tu novio no podrá acompañarte al Ytrox. A Sedna no le gustan las visitas.
—¿Ese comentario a que viene?, ¿te dan celos? —contestó Alisson furiosa. No podía divizar bien su rostro por a la oscuridad pero podía imaginarlo.
—Yo no pierdo mi tiempo en cosas absurdas como los sentimientos y espero que tú tampoco lo estés haciendo. Te puede costar caro —respondió Eris con un tono de voz golpeante.
—Ya tengo bastante soportandote a tí como para pensar en algo más, en verdad no entiendo a veces que te pasa por la cabeza.
—Honestamente ni yo lo sé, me divierto solamente apreciando el panorama de lo que ven mis ojos.
—No te quiero oír más. Asegura las naves. Cambio y fuera.
Alisson silenció la radio. No podía verla, pero sabía que se había molestado.
Eris era extraño, era relajado pero era muy misterioso y daba miedo.
—Gaspra debemos irnos —cuando iba a responder la operadora de la nave interrumpió.

ATENCIÓN A TODOS LOS PASAJEROS. LES RECORDAMOS QUE LA NAVE HA SUFRIDO ALGUNAS FALLAS TÉCNICAS. LES PEDIMOS QUE ABANDONEN LA NAVE. ESTA NAVE PERDERÁ TODAS SUS FUNCIONES EN VEINTE MINUTOS.

Anunció la voz computarizada de una mujer.

—Lo que me faltaba. Gaspra debemos darnos prisa
—Te seguiré sin importar lo rápido que vayas —respondí al instante.
—Si te quedas atrás, no pienso volver por tí, ya no —afirmó Alisson, y aunque lo dijo convencida. Yo sabía que sí volvería.
Recorríamos los ductos, era un laberinto. Bajamos en una sala donde había cadáveres por todas partes, las paredes estaban repletas de sangre, había criaturas muertas y soldados quemados. Era un bastión, era observar la extinción humana en su intento de sobrevivir.
—¿Qué a pasado?
—Guarda silencio. Respeta a los muertos —
Alisson revisaba los latidos de los cadáveres, nadie parecía tener vida, nadie excepto uno.
Estaba rostizado y herido. Temblaba de dolór. Su piel estaba pegada por el incendio a la pared metálica.
Miró a Alisson y su rostro fue de tormento total. Alisson se dirigió a él.
—Lo lamento coronel, de nuevo me faltó aquí —alzó su pistola y disparó al soldado.
Yo cerré mis ojos para evitar mirar. Aunque la imágen de su figura ya se había tatuado en mis pesadillas para siempre.

La seguí hasta que llegamos al hangar, solo hacía falta una nave por despegar.
Alisson revisó en la bodega de la nave y de ella sacó dos uniformes militares de clase Humo.
—Quítate tu disfraz feo y ponte este —me ordenó.
Alisson se quitó su ropa enfrente mío. Miré a otro lado para no incomodar, pero esa milésima de segundo fue la mejor escena que mis ojos apreciaron... Que la galaxia entera pudo ver.
Subímos a la nave y ahora el viaje fue tranquilo. Ambos en silencio. Miré por el retrovisor y de un espacio vacío negro se tiñó una luz azúl, la cual creció como una super nova y seguido se alzó un estallido. El más fuerte que mis oídos habían escuchado. La nave se batió con furia y el monitor se apagó por unos cuantos segundos. El Ynix había sido destruído. De igual forma fue relajante. Él estár al lado de ella me apasiguaba el corazón.
Yo quería preguntar miles de cosas pero sabía que recibiría pocas respuestas. También me inquietaba saber algo sobre Jerry, si es que había sobrevivido.

Finalmente tras mi duelo pude expresar unas palabras que se llevaron todo mi aliento al expulsarlas.
—Lo siento —Alisson me miró por las rejillas de sus ojos.
—¿Qué?
—Cuando me abalancé encima tuyo, no pensé que estaba haciendo. No quería atacarte
—Ah, descuida
—Yo lo hice sin razonar, tenía miedo de que le pasara algo a mi amigo —Alisson guardaba silencio, llevaba la mirada fija sobre el camino estelar
—¿Por qué no dices nada? —le dije con desesperación.
—¿Qué puedo decir?... es tú amigo —dijo después de un pausado silencio.
—Yo no trataba de dañarte, a tú lado me siento más seguro. No me odies
—Yo no puedo odiar, pero prefiría que te callaras, por favor —Alisson era callada pero sabía que prefirió no decirme muchas cosas. No sentía un sentimiento de ninguna manera. Era fría, más que Plutón.
El resto del camino fue tenso.
Yo a su lado quería estar a diez mundos de distancia pero también quería que me atrapara yq me llevara de nuevo a su planeta.

...

Llegamos a una corveta de inmenso tamaño que contenía la palabra 《YTROX》 en la entrada.
Estacionó la nave y un soldado saludó con firmeza cuando bajamos de ella.

PRÓFUGOS EN EL UNIVERSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora