Capítulo 6

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Distrito de Gion, Kioto, Japón; 13 de febrero de 1945

El silbato del tren sonó con fuerza.

A través de la ventana podía ver que ese fue el llamado para que las personas fuera del tren tomaran un ritmo mucho más acelerado y corrieran de un lado a otro con las maletas. Fijó su vista en la multitud; personas que se despedían en rápidos "adiós", o con fuertes abrazos que marcaban un "hasta pronto". Algo parecía haber ocurrido con él, pero no hoy, no en esta fresca mañana nevada que hizo del cielo un denso manto de grisáceas nubes.

Ayer en la noche, antes de que sus manos dejaran de tocarse para marcar la separación momentánea, le prometió a HyunJin volver, como lo había estado haciendo las ocasiones anteriores. Antes, no contaba con una motivación fija para volver a Gion, pero ahora, tenía la gran razón de regresar lo antes posible para encontrarse con su fuente de felicidad, quien lo apartaba del mundo y lo resguardaba en un palacio en el mundo divino de los cielos; donde ningún mortal podía hacerles daño, ni a él, ni a su guardián.

Al principio, cuando regresó al hotel, y le comentó al ministro Fukui que regresaría con él, este hombre pareció dudoso de aceptar su compañía ante lo repentino de la situación, pero, al final, no le dio. Y a la mañana siguiente, correspondiente a hoy, ChangBin emprendió el viaje de regreso a su hogar en la capital.

La última vez que había estado en la capital, las cosas no terminaron bien, generando un incómodo ambiente familiar que abandonó con desesperación. Su padre le dijo estrictamente que no regresara a menos de que él se lo pidiera; pero... a partir de ayer, en ChangBin había surgido una gran valentía que desconocía tener, y que no temía mostrar ahora. El actuar imprudente no era parte de él, por lo que estaba pensando cuidadosamente sobre lo que tendría que decirle para no generar una nueva discusión, y mucho menos, frente a su madre que podría tener su estado delicado.

Su intención de volver a la capital no era para generar más disturbios en su hogar; ahora, en estas fechas tan delicadas que está afectando al país, lo que menos se requería era un ambiente inestable que los hiciera cegarse de los peligros que podrían ocurrir. No era hasta este momento que ChangBin estaba tomando una particular importancia en el futuro.

Conocía tan poco de los asuntos políticos del país, solo la información que se brindaba en la imprenta y en la difusión de radio era su único formato para conocer un poco lo que ocurría. Pero, aun así, era tan poco que, en realidad, estaba viviendo bajo un cielo en el que ocurrían sangrientas confrontaciones que eran ocultas a los espectadores que resultaban heridos.

Sus ojos recorrieron el vagón en el que se encontraba. Entre tantos rostros ajenos a él, no encontraba la presencia del hombre que le acompañaba de regreso a la capital.

Se levantó en silencio para no perturbar a los demás pasajeros. Recorrió el largo pasillo del vagón, hasta llegar a una puerta que daba acceso a un pequeño balcón trasero, la única manera de conseguir aire puro en ese pesado transporte.

Cuando abrió la puerta, el estridente sonido de las ruedas y la maquinaria trabajando a toda velocidad impactó en los oídos. El cielo, ya nublado por el clima aún invernal de la temporada, se mezclaba con el humo que dejaba atrás el tren que a impresionante ritmo se alejaba de lo que era considerado Gion.

Ahí, recargado en el barandal del tren, soltando un pequeño humo que parecía querer competir con el del tren, estaba el ministro Fukui.

ChangBin cerró la puerta y se colocó al lado del hombre mayor.

Éste, al ver la presencia que parecía querer hacerle compañía, sacó una cajetilla un poco maltratada. El joven levantó la mano y negó.

—Le agradezco, pero no fumo.

La mugungHwa que se marchitó [HyunBin/ChangJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora