Capítulo 7

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Los pocos días que tenía ChangBin para quedarse en Gion los aprovecharon lo mejor que pudieron, pues querían que la separación fuera lo menos doloroso para ambos.

HyunJin hizo todo lo que estuvo en sus manos para lograr dar pistas a ChangBin de los lugares en los que estaría, y si no había eventos que fueran un obstáculo, simplemente regresaban al bosque de bambú y hablaban lo suficiente hasta que la luna les indicara que era la hora de marchar.

En esos cortos días lograron ignorar la realidad en la que estaban; usaron su tiempo juntos para descubrir mucho más al otro, incluso, ChangBin hablaba de su trabajo con HyunJin, sintiendo que la monotonía en esa acción era un consuelo para sus almas, haciéndoles pensar que ese podría ser su futuro.

Un futuro donde se sentaban, y hablaban de sus actividades ordinarias, en dulce monotonía, sin guerras, sin muertes, y sin sombras que les anclaran al cruel presente que querían ignorar.

ChangBin hablaba, rememorando sus días en los que estaba en la capital; HyunJin le escuchaba con atención, e incluso, le preguntaba en los momentos en donde no entendía ciertos aspectos. Esa naturalidad en la conversación fue tan agradable, que más de una vez no pudieron contenerse, y comenzaron a llorar en medio de sus palabras.

Aunque se hubieran besado con una desenfrenada desesperación, seguían mostrándose tímidos cuando querían sucumbir al deseo de entrelazar sus manos y permanecer de esa forma para buscar un íntimo contacto que reafirmara las nacientes emociones que estaban descubriendo.

Al principio, ChangBin dudó en muchas ocasiones, ya que no era común ver a dos hombres en esta situación tan amorosa. A veces se preguntaba qué era lo que realmente quería con HyunJin, o si realmente su razón estaba siendo la líder en su vida. Pero, al ver a HyunJin a su lado, descansando su cuerpo sobre el suyo sin temor, observando fijamente su rostro, sabía que realmente quería a este hombre que, por muchos años, desconocía que necesitaba.

HyunJin, por su parte, conocía que existían este tipo de relaciones poco comunes, e incluso, similares al fruto tan codiciado y prohibido. Las geishas cantaban, de vez en cuando, el final tan trágico que estas personas recibían al no ser comprendidos por un mundo tan cruel y maligno por naturaleza. Pero, nunca había creído que ahora él sería parte de esas historias que en secreto cantaban las bellas artistas que tanto cuidaba. Algunas partes que conformaban a los relatos eran, en cierta forma, verdad; sin embargo, HyunJin quería decir con convicción que esos finales de ninguna manera eran reales, y sería él quien lo demostraría con orgullo.

—¿Cómo crees que se ve el mundo fuera de Japón?

ChangBin dejó de mirar al cielo, para fijar lentamente sus ojos sobre las facciones del hermoso hombre a su lado.

—Nunca he viajado lejos del país. Pero... debe de ser bueno, ¿cierto? Un lugar donde la guerra no existe debe de ser la utopía que muchos han buscado.

—Puede que haya muchas adversidades... —A pesar de no querer que sus más oscuros pensamientos lo dominasen, ante tal felicidad nacía la discordia en su mente y corazón.

—Bueno... —Le tomó con firmeza de la mano—. Será un problema que, juntos, lograremos superar. Te lo prometo, HyunJin, podremos vivir bien.

—Lo que más deseo es poder sostener tu mano con la convicción de que no te aparten de mí.

—No permitiré que me alejen de tu lado.

Ambos se deslizaron, y sus brazos rodearon el cuerpo del otro. Inmediatamente, el frío que estaba pasando sobre sus seres, en Gion esa noche, parecía desaparecer por completo cuando sus cuerpos comenzaron a sentirse con una cálida cercanía que hacía que sus más deprimentes pensamientos y desilusiones se evaporaran como la nieve a inicios de la amable primavera que iniciaba la nueva vida.

La mugungHwa que se marchitó [HyunBin/ChangJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora