Capítulo 11

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Taisho, Osaka, 08 de agosto de 1945

Enviada a XXXXXX, Ciudad de Hiroshima

¿Estás bien?

No quiero creer lo que tanto repiten en la radio. Es tan inquietante, tan inhumano... no... no pasó realmente.

Oh, ChangBin, realmente estoy asustado. No puedo dejar de temblar, ya no puedo dormir al escuchar con insistencia los aviones que surcan los cielos a gran velocidad.

Me es imposible creer que el ser humano haya hecho tal atrocidad a cientos de personas que en sus almas carecían de culpa.

Sé que estás bien, confío en ello.

Por favor, escríbeme en cuanto veas mi carta.

HyunJin.


(No recibida)


Taisho, Osaka, 10 de agosto de 1945

Enviada a XXXXXX, Ciudad de Hiroshima

Oh mi...

Ahora no creo que aquel incidente haya sido solo un invento que mi trastornada mente ideó.

Volvió a pasar...

No puedo creer que... ¿realmente se atrevieron a matar a tantas personas...? ¿por qué?

La naturaleza humana me aterra muchísimo. No puedo dormir tranquilo, cada noche que pasa es aterrador. Las sirenas que anuncian los ataques aéreos me causan tales escalofríos que temo ser partícipe de aquellos eventos que tanto repiten de manera lúgubre en la radio.

Aún no me has contestado, pero está bien. Sé que las condiciones que se desarrollan en el país entorpecen las comunicaciones, por lo que, como lo he hecho durante tanto tiempo, esperaré un mensaje tuyo.

Espero que toques a la puerta del refugio y me digas que finalmente es el momento de marcharnos de este país ya contaminado por la sed de poder y la sangre de los inocentes que solo sirven como el pigmento para la macabra pintura que los poderosos han creado.

ChangBin, te estoy esperando, te esperaré todo el tiempo que sea necesario.

HyunJin.


(No recibida)


Taisho, Osaka, 20 de agosto de 1945

Enviada a XXXXXX, Capital de Kioto

Debido a los sucesos que ocurrieron en las últimas semanas, debiste de haber regresado a Kioto, ¿verdad? No me importa si te viste obligado a desplazarte, solo quiero saber cómo estás. Necesito leer tus palabras, ya que no puedo ser agraciado con escuchar tu voz.

Leer tus anteriores cartas ya no me son suficientes. Ver la fecha en la que fueron escritas, y recordar aquel seis de agosto, me agobian hasta hacerme sentir ahogado en mi propia máscara.

La guerra terminó, o eso fue lo que escuché de aquel hombre que dice ser el emperador de Japón, pero eso no me da consuelo alguno.

La mugungHwa que se marchitó [HyunBin/ChangJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora