CAPITULO 18: LA BATALLA FINAL

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El sonido de las sirenas sonaban alrededor de aquel pequeño pueblito alertando a sus pobladores de huir por sus vidas, sin embargo no necesitaron esperar a que una sirena les dijera que hacer porque la destrucción de una de las edificaciones fue lo que los puso en alerta. El tanque que conducía atravesó una de las estructuras y la destruyó en pedazos, saliendo de su interior varios hombres desnudos que tenían su cara cubierta por una máscara blanca con letras negras en el frente que decían: "PECADO" y "LUJURIA"

Aquellos hombres se encontraban desnudos salvo por un taparrabos blanco que cubría sus miembros. Dando marcha atrás volví a cargar y disparar contra otra edificación destruyéndola en pedazos. Un niño pequeño lloraba desconsolado mientras su madre iba en su rescate cargándolo y llevándoselo a un lugar en donde estuviese a salvo.

El bar de su pueblo fue destruido por el avance del tanque. Mi risa continuaba apaciguando el ensordecedor ruido de mi ametralladora al disparar contra todo lo que se movía hasta que una ráfaga de hielo congeló el cañón del tanque. Miré hacia arriba solo para ver a la misma maldita hada a la que le había vaciado el cargador haría unas horas atrás, volando en pose de defensa mientras se sujetaba el pecho.

Antes de que pudiese comprender que pasaba, las vi llegar dispuestas a terminar el trabajo. Eran Yukari, Kanako, Suwako, la mujer zorro y Sanae Kochiya en persona.

- ¡Oí que me buscabas!- me habló Sanae mirándome con severidad- pues aquí estoy, ahora deja de lastimar a mis fieles y vuelve a tu mundo que nada tienes que hacer aquí

Las seis mujeres se encontraban flotando delante de mí, traté de disparar pero el frío que envolvía al cañón lo hizo explotar en pedazos.

- ¡Je, les dije que era la más fuerte!- se vanaglorió la hada al ver aquello

- ¡Ahora no Cirno!- le ordenó Suwako mirándola con severidad- vuelve con Daiyusei, aun te necesita tras ese brutal ataque

- Solo es un dolor de cabeza- se quejó la hada pero la mirada severa de Suwako le hizo retroceder e irse diciendo- está bien, iré a verla así le cuento de mi mas reciente hazaña

- Mejor que salgas de ahí- me ordenó la mujer zorro- solo estás haciendo esto más difícil de lo que debería ser- agudizando su mirada añadió- aun podemos ser piadosas contigo si sales de allí y pides disculpas por tus actos

Abrí la puerta del tanque y salí con mí lanza misiles en la mano. Le apunté a Yukari y disparé pero una boca llena de ojos se abrió delante de ella tragándose al misil por completo. Otra boca se abrió detrás de ella en donde el misil salió estallando en pedazos.

- Como veras esto es una pérdida de tiempo, querido- me habló con irónica severidad- ¿Por qué no te rindes y damos este incidente por terminado?

- ¡Voy a matarlas a todas!- les contesté con ira saliendo del tanque, tirando el lanzamisiles afuera

- Que extremo- se mofó Suwako, preguntándome- ¿Y por qué lo quieres hacer?

- Me volvieron loco, me acecharon con pesadillas e intentaron matarme

- Ya dije que lo sentía ¿Si?- protestó la mujer zorro, molestándose conmigo- aparte tu atacaste a Chen sin ningún motivo

- Me han acechado- les recordé

- Te hemos vigilado querido, algo totalmente distinto de acechar- sonrió Yukari ocultando sus labios tras su abanico

- Me han estado dando pesadillas

- Claramente alguien no tiene sentido del humor- rió Kanako, añadiendo- lamentamos haberte hecho bromas pesadas como pequeñas alucinaciones pero eso no es darte pesadillas pequeño- hablándome con perversa severidad, me dijo- créeme, te darías cuenta cuando tuvieses una

EL PARAISO PERDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora