0.001 : Julieta

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JULIETA




15 AÑOS ATRÁS  (24 DE DICIEMBRE DEL 2008)









Corro a toda prisa por los pasillos oscuros de la casa, tengo que llegar antes que él para salvarla, tengo que salvarla.
Me tropiezo en más de una ocasión pero finalmente llegó a la habitación; con mi mano temblorosa tomo el pomo de la puerta y con la otra mano libre me dispongo a abrir, solo me toma unos segundos abrir la puerta y entonces entro en dónde ella está.

—Shhh, no digas nada Amy —digo de inmediato y me acerco a ella para tomarla de la mano—. Tenemos que irnos ahora mismo, tengo que ponerte a salvo.

—¿Que está pasado July? ¿Que pasa? —pregunta asustada y después mira a la puerta— ¿Voy a salir en verdad de aquí?... ¿Voy a volver a casa con mis padres?

—Si, hoy vas a volver con tus padres. Vas a volver a casa Amy.


Ella sonríe con mis palabras y yo trato de creerlas, porque si las creo podré hacerlo realidad. Se que prácticamente es imposible escapar de él, pero tengo que intentarlo, tengo que intentar regresarla a casa aunque mi vida se vaya en eso.


—Tenemos que irnos de aquí así que escúchame muy bien Amy. —ante mis palabras ella asiente— Vamos a salir en silencio y cuando crucemos esa puerta vamos a correr lo más rápido que podamos, vamos a correr y no importa todo lo que escuchemos porque no nos vamos a detener. No importa lo que pase, no nos detendremos hasta estar a salvo ok

—Ok July.


La vuelvo a tomar de la mano y siento como su mano tiembla al igual que su cuerpo, tiene miedo y yo también lo tengo, pero debo de ser más fuerte para protegerla. Debo de corregir lo que hice.

Tomo un par de respiraciones para después abrir la puerta y echarnos a correr, no nos detenemos a pesar de que nos golpeamos con las paredes por ir tan de prisa, no nos detenemos a pesar de escuchar sus gritos terribles y el sonido de su arma. Él nos persigue y debo evitar que ella pague las consecuencias de lo que hice.

Sus gritos y disparos se vuelven más cerca, nos detenemos al cruzar la puerta trasera de la cocina y llegar al jardín.


—July estamos yendo a casa, voy a volver a ver a mi mamita y a mi papito.

Escucho sus palabras y me giro a verla para encontrala con una sonrisa en el rostro, una parte de mi siente tristeza y la otra un poco de envidia porque ella aún conserva su inocencia y sueña que aún puede volver.


—Vas a volver y eso lo juro Amy, vas a volver con tus padres y serán muy felices.  —le acaricio la cabeza y ella sonríe.

—Vamos a volver July, vamos a volver juntas porque ahora las dos somos hermanas.


Ellla me toma por sorpresa y me abraza, me abraza muy fuerte a pesar de saber que no me gustan los abrazos. Me quedo paralizada mientras los pequeños brazos de Amy rodean mi cuerpo. Un par de lágrimas ruedan por mis mejillas y yo intento abrazarla pero el rechazo es más fuerte y no puedo, ah sí que termino alejándola de mí bruscamente.


—Debemos darnos prisa antes que él nos alcance, tenemos que cruzar la barda y entonces en verdad seremos libres.

—Ok hermanita mayor —dice con una sonrisa, la cual me hace sentir más culpable.

Dejo de verla y solo tomo su mano para llevarla hasta donde se encuentra un árbol el cual nos ayudará a cruzar la barda.

—Vamos a treparlo, iré primero para ayudarte y tú vendrás detrás de mí.

Ella asiente y yo me apresuro a trepar, volteo a verla y veo que va detrás de mí. Los balazos y gritos se oyen más cerca así que la apresuro, la apresuro tanto que ella termina cayendo al suelo y justo en ese momento la puerta se abre y él aparece.


—¡Aquí están malditas malagradecidas! —exclama él acercándose a Amy.


No lo pienso dos veces y salto desde donde me encuentro para protegerla. En la caída me lastimo la rodilla pero termino llegando a ella antes que él.

—Por favor déjela, déjela en paz —le suplico y en respuesta solo obtengo una carcajada de su parte—. Déjela ir que ya la a torturado lo suficiente, déjela regresar a casa por favor.

Está vez no pudo evitar sollozar, se que ninguna de mis palabras lograrán conmoverlo sino lo contrario pero aún así tengo que intentarlo.


—¡DÉBIL! —exclama— ¡Eres una chica débil y mi Julieta no debe ser así!

Apunta el arma hacia Amy y yo la cubro detrás de mí, si él quiere disparar tendrá que matarme primero.


—Quítate Julieta —dice y yo lo ignoro— ¡QUÍTATE MALDITA SEA!

Avanza hacia nosotras con el arma apuntandonos y los sollozos de Amy se vuelven cada vez más fuerte mientras repite que tiene miedo.

—¡Padre por favor déjela ir! —suplico nuevamente— Padre tiene 8 años y ella no tiene la culpa de nada, por favor déjela ir.

—¡Quítate Julieta! —vuelve a repetir— ¡Quítate o te vas arrepentir!.

Tengo miedo, sus palabras dan miedo pero aún así no la voy a dejar sola.

—No, no me voy a quitar.


Él vuelve a tirarse una carcajada y seguido de eso me da un golpe en la mejilla que me hace caer al suelo.
Escucho el grito desesperado de Amy y siento sus manos en mis mejillas. Ella no deja de llorar y yo la tomo de las manos para tratar de protegerla porque sé lo que viene.

Solo bastan unos segundos para que él la tome del cabello y la intente apartar de mí, Amy llora desconsoladamente al igual que yo. Siento como si una parte de mi vida fuera arrancada, siento como si me corazón se estuviera partiendo en mil pedazos, duele demasiado.

Me pongo de pie y veo como él la golpea, como si fuera un completo monstruo.

—¡DEJA DE GOLPEARLA! ¡PARA YA! —grito con todas mis fuerzas.


Él se detiene y me observa con esa mirada de monstruo, con esa mirada vacía.

—¿Quieres que paré mi Julieta?... Si quieres que paré ya sabes lo que tienes que hacer ¿cierto?.

Se a lo que se refiere. Escucho los sollozos llenos de dolor de Amy y se que todo lo que él está haciendo es el principio, se que puede hacer de ella un completo infierno. Se que puede causarle mucho más dolor y debo detenerlo, debo parar el dolor que Amy siente.

Extiendo mi mano hacia él y su asquerosa sonrisa de burla aparece.

—Esa es mi pequeña, mi Julieta.

Deposita el arma en mis manos sin antes advertirme que si planeo algo, en lugar de salvarla la condenaría mucho más y por supuesto se que habla en serio.

Miro a Amy por última vez y sus ojitos oceituna me miran con dolor. Ni siquiera puedo pronunciar una disculpa, lo único que hago es apuntarla con el arma y cerrar los ojos.

«Mentirosa»

«Eres un monstruo al igual que él»

«No vales nada»

«En lugar de su hermana fuiste su verdugo»

—Todo está bien July, todo está bien.

Me derrumbo al escucharla. No soy capaz de abrir los ojos y antes de su última palabra aprieto el gatillo.

«Hermana mayor»

«July»

«Siempre estaremos a salvo»

Mentira, todo era mentira. Yo era un monstruo, uno sin corazón al igual que mi padre y eso lo había comprobado una vez más.

La había matado, había apretado el gatillo y con ello se había ido mi vida, mi alma y lo que quedaba de mi corazón.

Solo era un monstruo.










HopelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora