ᴄᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ ғʀɪᴏ (cap.11)

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Estaba junto a Mara, tranquilas, las dos observando el mar, sentadas en la arena, relajadas.

Todo había terminado, todo ya cambió, por fin estaba junto a Mara sin ser obligadas ni golpeadas por nadie.

Estábamos tan felices, por fin disfrutando nuestra vida en paz.

-Oye, Mara...- hable mientras lamia mi helado de cono.

-¿Si?

-Quiero ir de fiesta hoy- la mire y reí.

-Nos tenemos que divertir en estas vacaciones de verano.- afirmó ella.

Le di un leve abrazo y la solté -Okay, vamonos de aquí- dije.

Nos levantamos de la arena y empezamos a guardar todo, hasta que derrepente Mara desapareció.

-¡¿Mara?....¿Mara?!- empecé a buscarla con la mirada, pero ella no estaba.

-¡Emily!...

-¡Emily, Emily despierta!- Me mantuve quieta en el lugar analizando lo que me decían, era una voz borrosa, no lograba escucharlo bien.

-Emily, por favor- Esta vez se aclaro la voz, y era él, era Tom. -Emily, no me hagas esto, por favor- rogó él.

Después de escuchar su voz, todo se oscureció, volvió todo a la normalidad.

Abrí los ojos lentamente, observando a  Tom con lágrimas en sus mejillas,  junto a mi.

-¿Tom?- Pregunté susurrando.

-¡Emily!- hablo en alta voz sorprendido.

Me sente en la camilla, intentando no sentir en dolor.

-Ten cuidado.- Tom me ayudó. -Quédate aquí, iré a llamar al doctor.

Me mantuve allí, quieta obviamente, tocando mi herida, derrepente mis lágrimas comenzaron a caer lentamente, recordando lo que sucedió aquel momento.

-Emily Jones, hasta que despiertas.- apareció él doctor una vez cruzó por la puerta.

Seque mi mejilla rápidamente y lo observé.

-Hola doctor- hable, con una mini sonrisa.

-¿Cómo estás?, ¿mejor?- hablo él con papeles en las manos.

-Si, un poco.- me mantuve en silencio por un segundo -¿Cuánto tiempo estuve aquí?- observé la parte donde me encontraba.

-Oh, bastante tiempo señorita- afirmó él anotando en sus papeles -Estuviste en coma por casi dos semanas.

Abrí mis ojos grandes y mi boca, sorprendida por los días que mantuve los ojos cerrados aquí.

-Valla- hable.

-¿Sabes?- se saco sus anteojos y me miro -Lo tuviste muy preocupado a tu novio- miro hacia afuera de la puerta.

-¿Cómo que novio?- Pregunté confundida.

-Oh, disculpa, pensé que era su novio el chico que estuvo aquí contigo.

No dije nada ante su respuesta.

-Okay señorita, todavía no tendrá el alta hasta que se sienta el cien por ciento consiente ante su salud, ya que recién despierta...- se calló por un segundo -Perdió mucha sangre aquel día, por lo tanto se quedará un día o dos máximo aquí, hasta que me asegure que este lista para irse.

-Esta bien- afirmé.

-Muy bien, si necesitas algo, pasaré por los pasillos, solo grita- sonrió y se retiró de la sala.

𝐄𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐦𝐞 𝐃𝐞 𝐔𝐧 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐨𝐬𝐨 || Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora