Capítulo 9

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La alfa se reincorporó de inmediato, sacudiendo su pantalón y mirando con algo de inseguridad a Jennie.

ㅡHola...

La omega sujetó fuertemente los tirantes de su mochila y movió su mirada de un lado al otro, no sabiendo qué decir exactamente.

Lisa se tensó y una leve tristeza la invadió, en verdad estaba preocupándose con la idea de que Jennie le tendría miedo o cierto resentimiento por haberse enfrentado a Seojoon.

ㅡTal vez te preguntas sobre qué es lo que hago acá ㅡcarraspeó notando la situación algo incómoda ㅡ, o hasta cómo sé de tu dirección. Lamento venir de imprevisto, pero Jennie... Yo, yo no quiero estar alejada de ti. ㅡsus miradas se conectaron por unos instantes. ㅡ En verdad me siento mal ante tu indiferencia, sé que mi actitud no fue de lo mejor con Seojoon, pero él... ㅡintentó no exasperarseㅡ me dejé llevar por mi loba. No quería causar problemas.

Jennie empezó a acercarse lentamente.

ㅡEs p-por eso que te dije que no era buena idea que seas mi amiga. ㅡdijo con una sonrisa verdaderamente triste. ㅡ Sólo te causaría problemas. ¿Qué hubiera pasado si los demás te acusaban de violenta? ㅡcuestionó cansinamente y Lisa no respondió ante ello. ㅡ ¿Lo ves? Ser amiga mía no es lo correcto.

La alfa alertada ante tales palabras que hicieron punzar su corazón, tomó con delicadeza las bonitas manos de Jennie.

ㅡNo. ㅡdictaminó mostrándose segura por primera vez en aquella conversación. ㅡ No digas eso. No me interesa, no me importan los demás y si llegara a tener conflictos me tendría sin cuidado, porque lo que más me importa eres tú. ㅡsusurró la última frase apenada. ㅡ Sólo necesito de tu compañía, ya nada más me interesa.

Lisa aún con las manos de la omega entre las suyas, juntó de a poco su frente con la contraria. Dejando que sus lentas respiraciones se mezclaran y una calidez genuina inundara sus corazones.

La pelinaranja se sentía extraña, porque aquello último que dijo la alfa era justamente lo que necesitaba, y a su loba le hacía notoria falta durante todos los días que decidió evitarla.

También necesitaba de su compañía.

ㅡEs raro pero a la vez lindo. ㅡhabló Lisa todavía estando cerca. ㅡ Contigo siento una paz interna, una calma inexplicable tanto para mí como para mi loba. Eres todo lo que necesito... ㅡdijo desde lo más profundo de su corazón, de aquello donde guardaba sus más fuertes sentimientosㅡ, y esto podría ser tan diferente.

ㅡLisa, no... ㅡintentó alejarse.

La alfa tomó ambas muñecas de Jennie con delicadeza y suspiró fuertemente, tratando de ocultar cualquier indicio de siquiera querer sollozar.

ㅡNo, espera, solo un poco más. Por favor... ㅡsuplicó sintiendo sus ojos arder a pesar de tenerlos cerrados.

Jennie pudo percibir que el aroma de la alfa estaba mezclado con el de tristeza, su voz había salido frágil y al abrir lentamente sus ojos, pudo ver como un par de gotas cristalinas descendían de aquellas tersas mejillas.

Sintió su corazón quebrarse y su loba interna se sumió en tristeza al ver el estado de la alfa, agachó la cabeza desanimada que ni siquiera quiso aullar por el dolor del momento.

ㅡAlfa... ㅡsu voz le falló un poco, ver a Lisa así lograba hacerla decaer emocionalmente y sentir un amargo y molesto nudo en la garganta. ㅡ Alfa, mírame. ㅡsuavizó su voz, tratando de hacerla relucir dulcemente para poder calmar a Lisa.

La omega se había dado cuenta que aquella brillante luz que es Lisa era una tan única y especial que no debía por nada del mundo extinguirse.

Verla ahí, soltando débiles sollozos entrecortados y mostrando un aura totalmente diferente de la que Lisa poseía, era inconcebible para Jennie. Y pudo entender que ella también era capaz de ayudarla, de ser su soporte y compañera emocional, o al menos intentaría serlo.

ㅡVamos, alfa. ㅡsiguió llamándola con aquella voz especial, haciendo que de a poco ambas conectaron sus miradas.

Jennie suspiró suavemente tratando de no ponerse nerviosa o tímida en demasía. ㅡ No tienes la culpa de nada, no cargues con eso. Eres una alfa sumamente especial, una que cualquier omega desearía tener a su lado.

La rubia volteó su rostro a un lado. Ella no quería a cualquier omega... Ella estaba enamorada de Jennie.

La omega sintió que sus muñecas eran soltadas y no dudó en sostener el rostro de Lisa entre sus manos. Acariciando suavemente su mejilla izquierda.

ㅡEres muy valiosa, Lisa.

La mencionada se sorprendió ante aquel comentario, mostrando un sutil brillo en sus orbes.

No resistió más y rodeó en sus brazos el cuerpo más pequeño, acomodando inconscientemente su cabeza en la curvatura del cuello de Jennie. Sorbiendo por última vez su nariz y colocando sus manos a cada lado de la cintura adversa.

La omega no se opuso, porque por más extraño que pareciera... Jennie estaba comenzando a confiar en una alfa tan noble y dulce como lo es Lisa.

Todavía en esa posición, la omega decidió soltar un poco de sus feromonas para tranquilizar a la rubia, queriendo que esta dejara todo rastro de tristeza. Queriendo arrullarla y calmar todo latido estrepitoso de su corazón. Porque era consciente de que la alfa no merecía ningún sentimiento negativo.

Como el flash de una cámara, recuerdos pasaron rápidamente por su cabeza. Los cortos pero agradables momentos que pasó con Lisa en la biblioteca, algunas veces en la azotea, incluso en la lejanía del campus. Una sonrisa, una breve conversación y hasta un repentino saludo era sumamente especial, todo contaba y todo lo apreciaba por el simple hecho de que lo compartía con la omega.

Porque a Lisa no le importó lo problemático que solía ser Seojoon, o la tímida personalidad que ella misma poseía.

La alfa le había extendido la mano con una cálida sonrisa y Jennie estaba segura que cuando se sintiera totalmente lista, la tomaría con firmeza y seguridad.

ㅡ¿Podemos seguir siendo amigas? ㅡpreguntó en voz baja, haciendo que su aliento chocara en el sensible cuello de la omega y ésta la considerara una agradable sensación.

¿Por qué pensarlo tanto? Jennie se sentía muy segura al lado de la alfa. ¿Por qué crear dudas?

A la omega le gustaba ver las sinceras sonrisas que Lisa le dedicaba. ¿Por qué negarse a ello?

Bien, quizás a Seojoon le disgustara lo que la omega decidiera, pero su loba le insistía a decidir por ella misma, aunque sea por una vez.

ㅡSí, Lisa, amigas. ㅡaseguró algo apenada, pero firme con su decisión.

La alfa salió del reconfortante lugar y apreció aquella sonrisa, la que tanto le hace suspirar. 

 

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Treat you better | Jenlisa  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora