Capítulo 16

3.2K 489 19
                                    

ㅡ¿Quieres seguir caminando? ¿Estás cansada? ㅡcuestionó sin presión luego de haber terminado su último tema de conversación con la omega.

Jennie la observó con atención y negó con la cabeza. ㅡ No es nada, Lisa, a decir verdad me encanta caminar y cada que puedo lo hago. ㅡconcluyó para sonreír levemente.

Ante lo escuchado, la alfa pudo respirar con tranquilidad. Estaba empezando a tener una especie de remordimiento por hacer caminar más de la cuenta a Jennie cuando recién había salido de su trabajo. Realmente se sintió mejor después de su respuesta, además, ya tenía un dato extra sobre lo que le gusta hacer.

Todo lo que trata sobre Jennie era muy importante para la alfa y a ésta no le avergonzaba admitirlo.

Lisa dirigió su mirada a las manos enlazadas que tenía con la pelinaranja y sintió como un agradable calorcito envolvía su corazón. La idea de que la chica al lado suyo se convirtiera en su omega y podrían tener muchas citas y caminatas así de juntas, cómodas y tomadas de la mano; la llenaban de ilusión y felicidad anticipada.

Solo le quedaba esforzarse y esperar con anhelo a que la omega de ensueño que era Jennie lograra aceptarla.

Luego de unos cuantos minutos más, Lisa se detuvo frente a una casa color crema, con un jardín muy bonito e incluso un frondoso pero pequeño árbol incrustado.

ㅡHemos llegado, este es mi humilde hogar. ㅡle sonrió a la omega y este asintió levemente apreciando todo lo que estaba a su al frente.

ㅡEs muy lindo.

ㅡVen conmigo. ㅡLisa apretó con delicadeza la mano de la omega y la jaló con ella.

Al llegar frente a la puerta, ambas se sonrieron y a duras penas, la rubia pensó que quizás sería mejor soltar la mano de la omega ahora. Si su madre las viera podría quizás hacerse ideas erróneas. A la alfa no le agradaba la idea de que pudieran hacer un mal comentario sobre la omega, porque aunque su pecho doliera, tenía que aceptar que Jennie tenía alfa y merecía total respeto.

ㅡJennie... —la mencionada la miró con atención. ㅡ Tú... ahm, ¿prefieres que suelte tu mano?

La pregunta descolocó un poco a la más baja, pero solo bastaron unos segundos después para caer en cuenta sobre aquellas palabras. Un leve rubor subió a sus mejillas a la par que le inundó una sensación desagradable, el tacto de la alfa era cálido y lindo, pero debía ser consciente de sus actos.

ㅡUh, sí. Gracias por hacérmelo recordar. ㅡtrató de sonreír para no hacer de la situación algo incómoda.

Lisa solo asintió para luego tocar un par de veces la puerta. En un par de segundos, ya se encontraba abierta y con una señora de aspecto jovial, de cabello castaño y con un dulce aroma.

ㅡHola mamá. ㅡsonrió levemente. ㅡ Y-yo, ah... ㅡbien, estaba algo avergonzada. ¿Cómo presentar a la omega dueña de todos sus latidos?

ㅡTú debes ser Jennie. ¿Cierto? ㅡla alfa se sorprendió, la pelinaranja solo asintió algo cohibida.

ㅡMuy buenas tardes, señora Manobal, es un gusto conocerla. ㅡhabló con suavidad para luego dar un leve venia en muestra de respeto.

La omega mayor sonrió con ternura, sin duda su hija no se equivocó en describir cada parte de Jennie y en el porqué la había escogido como la omega perfecta para tener una familia.

ㅡCréeme que el gusto es mío. ㅡtomó las manos de la menor entre las suyas y la miró fijamente a los ojos.

La omega muy por el contrario de sentirse cohibida, sintió que en aquellos orbes contrarios solo se reflejaban cariño y apreciación maternal. Su loba realmente se sintió a gusto y apaciguada.

ㅡPasen, el almuerzo ya está casi listo.

ㅡGracias, mamá.

ㅡ¿Hay algo en el que pueda ayudar, señora Manobal? ㅡpreguntó una vez dentro de la casa.

Si bien la alfa la había invitado, sentía que debía poner de su parte como modo de agradecimiento.

ㅡNo, no, pequeña. Tú eres mi invitada especial esta tarde. La familia Manobal no puede permitir que algún invitado suyo trabaje cuando no debe. ㅡexplicó con paciencia y una pequeña sonrisa. ㅡ Me disculpo en nombre de mi esposo, él no podrá estar hoy porque tiene horas extras de trabajo.

ㅡOh, no se preocupe, es usted muy dulce, señora Manobal. Gracias por esto. ㅡse sinceró apenada.

Lisa quien estaba al lado de su madre, no pudo evitar mirarla con un brillo especial en sus orbes, uno en la que expresaba todo el amor y adoración que tenía por la omega, del que salía de lo más profundo de su corazón.

Un leve codazo de parte de su mamá fue lo necesario para sacarla de su trance. ㅡ Tú, como la buena alfa que eres, me ayudarás a poner la mesa. ㅡdeclaró con firmeza pero con suavidad a la vez. ㅡ Toma asiento, pequeña, en el estante hay libros y revistas que pueden interesarte, yo te llamaré en cuanto todo esté listo. ㅡla omega abrió la boca para responder. ㅡ No, no. ㅡalzó su dedo índice. ㅡ Sin excusas de por medio; ponte cómoda, cariño.

A Jennie no le quedó de otra que acatar la orden de la amable omega. Sonrió con timidez y fue a buscar algún libro. La señora Manobal empujó levemente a su hija para que dejara de mirar a la omega y entrara a la cocina.

ㅡAhora entiendo porqué tiene alfa. ㅡLisa la miró con el ceño fruncido. ㅡ Es una omega muy dulce y hacendosa.

ㅡSí, mamá, pero él alfa no lo merece. ㅡagachó su cabeza, el sólo decirlo dolía.

La omega sintió la leve tristeza de su hija y sonrió con cierto desánimo, tomó el rostro de Lisa entre sus manos y soltó algunas feromonas para que su cachorra evite deprimirse.

ㅡSi eso es así, yo sé que podrás hacer lo posible por ella. Eres joven, pero digna de ser una gran alfa. Sé que ambas podrán reconocerse y aceptarse. Sé paciente, mi niña, confía en todo el sentimiento que le tienes, no se podrá negar lo inevitable.

Lisa sonrió débilmente. ㅡ Gracias, mamá. ㅡla abrazó con ansias.

ㅡYo sólo quiero verte feliz, y sé que esa linda omega también lo merece. Ustedes se complementan. ㅡal ver a su hija confundida prosiguió. ㅡ Lo vi desde que estuvieron tomadas de la mano.

La joven alfa se ruborizó un poco.

ㅡPude sentir el aura que ambas crean juntas, Lisa.

ㅡ¿En serio? ㅡcuestionó incrédula y su mamá asintió.

ㅡY sé que Jennie al igual que tú se sienten bien con la compañía de la otra. Después de todo, son una pareja destinada.

ㅡ¿Qué? ¿Cómo puedes asegurarlo? ㅡ el corazón de la alfa latía a mil.

ㅡToqué sus manos y la miré directamente a los ojos. ㅡhabló con calma. ㅡ Tú me dijiste que suele ser poco afectiva, pero no se alejó de mí. Además mi loba interior pudo conectarse con el de Jennie al chocar nuestras miradas, su jovial loba se sintió animada y feliz porque me reconoce como parte de la manada de su alfa.

ㅡEntonces, entonces... ¿Si lo soy? ㅡbuscó la mirada de su madre para buscar la sinceridad que ansiaba con todo su se ser.

ㅡSí, Lisa, tú eres su alfa destinada.

ㅡSí, Lisa, tú eres su alfa destinada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Treat you better | Jenlisa  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora