Cómo Ocultar al Hijo de un Mafioso [Dazai Osamu x Tu]

5. Mientras tanto

Tu bebé se despertó a las diez de la noche, sus ojitos se abrieron dejando ver un color castaños en ellos, pero enseguida se empezaron a llenar de lágrimas.

— ya, ya ya – susurraste mirando al pequeño, te acostaste junto a él, para luego darle de comer.

Yasuhiro era un bebé muy tranquilo, a diferencia de lo que te había contado la señora Ayumi, y que habías visto a otros bebés, el pequeño Yasuhiro era tan calmado que no se parecía al revoltoso de su padre.

— en realidad no te pareces tanto a él – aquellas palabras escaparon en forma de susurro de tu garganta.

Después de terminar de darle de comer, lo tomaste entre tus brazos para darle palmaditas en la espalda, según la señora Ayumi así podrías hacer los gases del bebé y evitar que vomitara o algo así.

Al terminar besaste la pequeña naricita de tu bebé dejandolo recostado en la cama y te volviste a acostar para seguir durmiendo.

Mientras tanto a varios kilómetros de distancia, un Dazai de la Dark Era se movía por toda su oficina algo impactante, ya casi se cumplía un año desde que no veía a su dama de buen ver, a su hermosa Flor de Loto.

— tks... Todo por sus estúpidos celos – tomo una botella de Whisky y se sirvió un vaso hasta el tope, para segundos después tomarlo hasta el fondo.

Osamu no entendía por qué no dejaba de pensar en ella, no era la chica más hermosa, ni tenía unos atributos sobresalientes, ¿Será su actitud? No... No? Definitivamente no, conoció chicas con más carisma que ____.

Entonces...

— ¿Que diablos me hiciste? Maldición – lleno su baso con un líquido color oro para tomarlo todo, al mismo tiempo que se dejaba caer en la silla de su escritorio.

— ¿Otra vez bebiendo? – Dazai alzo la vista de las botellas para colocarla sobre el chico de cabellos rojos que lo miraba con asco.

— que haces aquí…Chuuya? – escupió con odio el nombre del más bajo, quien sonrió con arrogancia.

— ¿Que pasa? ¿___-chan todavía no te a vuelto a buscar? – para otros solo hubiera Sido una pregunta casual.

Pero no para Dazai.

No sabiendo lo que hizo Chuuya.

— tks ni que me importará esa estúpida – sonrió con sorna para servir se otro trago.

— pues cuando estás borracho no dices lo mismo – se burló del más alto, quien apretó los dientes con enojo.

— como sea... ¿Encontraste a tu novio? – cambio de tema para evitar lanzarle la botella a la cabeza del Nakahara.

— es mujer idiota... – se cruzó de brazos con una vena sobresaliendo en su frente.

— si, eso, aunque parece más chico que chica, ¿La encontraste? – al no recibir respuesta del pelirrojo volvió a hablar – veo que no, En vez de venir a joderme la puta vida por qué no mejor te encargas de buscar a tu mujer? – aparto la vista de Chuuya para colocarla en los papeles que tenía en la mesa – oh mejor aún! ¡Puedes quedarte y hacer mi trabajo! – sonrió al ver una mueca en el rostro del de ojos azules.

— ni porque estuviera loco, maldito intento de Vago, has tu propio trabajo – guardo sus manos en los bolsillos de su sudadera para luego dar media vuelta.

— ¿A qué viniste? – después de preguntar empezó a beber el contenido de la copa, pero aún así miraba a la dirección en la que se encontraba Nakahara.

— a molestarte ¿Que no es obvio? – giro a verlo y ladeó su cabeza con confusión.

— no te hagas el idiota – hablo después de terminar de tomar el líquido dorado – enserio crees que me voy a creer que quieres joderme la existencia? ¿Después de que hice Eso? – sonrió con arrogancia al ver el rostro enrojecido, por el enojo, de Chuuya.

— duche – alzo las manos con una sonrisa, que se borró cuando volvió a hablar – pero la encontraré, todo lo contrario a tu caso, bastardo, yo jamás la hubiera dejado ir – susurro lo último para darse la vuelta e irse.

Dazai miro el lugar por donde se había ido minutos antes Chuuya, para luego levantarse y caminar por al rededor de su escritorio.

Tomo la botella de licor y la aventó contra el suelo con todas sus fuerzas.

— ¡MALDITO! – grito con fuerza hacia la puerta, sin importarle que los demás miembros de la Port Mafia lo hayan escuchado.

Me la vas a pagar Chuuya

Pensó Dazai con los puños cerrados.

Y tú a mí Dazai

Pensó al mismo tiempo el pelirrojo caminado por los oscuros pasillos de la Port Mafia.

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