🥀 TU 🥀
Salimos de la oficina, dispuestos a encontrar a esos niños y devolverlos junto a sus padres, el problema era que yo no conocía muy bien todos los lugares de Yokohama, y tampoco quería ser un estorbo y retrasar al grupo.
Seguimos a Kunikida sin hacer preguntas, el parecía que sabía lo que hacía y yo confiaba en él, algo bueno era que Dazai no estaba haciendo sus pendejadas, y eso ayudaría a hacer más rápido el trabajo.
Kunikida tomo su celular y escribió un mensaje, unos cuantos minutos después, la otra persona le respondió, el miro la pantalla del móvil y luego lo guardo en su bolsillo antes de dirigirse a nosotros.
— bien, ya tengo la dirección de nuestro informante – nos informa mientras se acerca a la orilla de la acera para luego intentar detener a un taxi.
Pero por más taxis que pasaban, ninguno se detuvo, Kunikida soltó una maldición y Dazai y yo nos reímos de su fracaso.
— déjame yo lo intento – me acerque a la orilla y en cuanto se acercaba un taxi hice una seña para que se detuviera.
— no va a funciona- – se calló en cuanto vio como el taxi se detuvo frente a mi.
— que decías? – sonríe acomodando mi cabello como diva empoderada – adelante chicos – abrí la puerta para darles en su orgullo de caballeros.
— ventajas de ser mujer – susurraron ambos cuando se subieron al taxi.
— claro que no, si Dazai se hubiera lanzado a la carretera el taxi también se hubiera detenido, lastimosamente – respondí con una mueca.
Revise mi celular para mandarle un mensaje a Naomi, ella se había quedado cuidando a Yasuhiro en la agencia.
— están bien, no te preocupes... La agencia es un lugar seguro – me alentó Kunikida por lo que sonríe un poquito menos preocupada.
— lugar seguro, por supuesto – note un poco de sarcasmo? Trate de tranquilizarme ya que debía estar concentrada por si algo pasaba.
— has usado un arma alguna vez? – gire para mirar con asombro como Kunikida sacaba una pistola de su cinturón.
— no, pero... Puedo aprender – mire con brillitos en los ojos, pensando que el me daría la pistola, pero...
— ten Dazai, si al llegar al lugar ocurre algún inconveniente, te llevas a ___-san de aquí – dicho esto le entrego la pistola y creo otra más con su habilidad.
Estaba apunto de reprochar, pero pensándolo mejor creo que él tiene razón, si llegara por cualquier motivo a haber algún inconveniente y se desataba una pelea, seguramente habría armas de fuego y sería más peligroso que una simple pelea a puño limpio.
Después de eso, nos quedamos en silencio todo el transcurso del viaje, hasta que el taxi se detuvo frente a un edificio viejo y que se veía abandonado, Típico lugar donde se esconden los criminales.
Nos bajamos y luego Kunikida tuvo que pagar el pasaje ya que yo había olvidado mi cartera y la de Dazai estaba vacía.
— bien, a partir de ahora, estamos entrando a territorio peligroso, no se separen, y ___ – yo lo mire fijamente y vi como Kunikida creaba una pistola de gancho y me la entregaba – por si tienes que huir – yo asentí y pegue el arma contra mi pecho.
Los tres entramos al edificio que tenía unos 10 pisos, así que sería un largo recorrido. Nuestros pasos no se escuchaban al caminar con tanto sigilo además de estar al pendiente hasta de si vuela una mosca.
Kunikida miro su teléfono como revisando a donde ir, y luego nos hizo señas para que fuéramos hacia las escaleras.
Estaba con los nervios de punta, mis manos sudaban ligeramente, pero estaba dispuesta a ayudar a encontrar a ese hacker que podría darnos el lugar donde tienen a esos pobres pequeños secuestrados. Mientras pensaba eso, una duda llegó a mi mente.
¿Quien era ese contacto que nos ayudaría? ¿Era confiable? Que nos aseguraba que esa persona nos tendió una trampa para deshacerse de los detectives?
Negué sacudiendo mi cabeza, no dejaría que le hicieran daño al padre de mi hijo, y menos ahora que apenas se conocen. Por lo que decidida le pregunté a Kunikida.
— ese contacto... ¿Es confiable, Kunikida-san? – el giro a verme y luego se detuvo ya que estábamos frente al ascensor y a un lado las escaleras.
— no es del todo confiable – abrí la boca para quejarme pero el volvió a hablar – pero nos dirá lo que queremos saber a cambio de unas cosas... – colocó sus manos en sus caderas mientras nos miraba.
— me parece justo, él gana y nosotros también – Dazai se encogió de hombros.
— pero...me sigue dando algo de desconfianza... No se, solo digo que deberíamos estar más preparados – jugueteo con la pistola de gancho algo inquieta.
— que más preparación quieres flor de loto? Llevamos armas de fuego y somos usurarios de habilidad, estamos altamente calibrados para este trabajo! – sonrió mostrando un tente de orgullo en su tono de voz.
— bueno...solo digo que es extraño que nos quiera ayudar – murmuró
— se que piensas que no es de confianza, y que podría ser una trampa, pero no lo es... El hacker no es que sea buena persona, pero si se trata de ayudar para salvar vidas inocentes lo hará con gusto – fue lo último que dijo Kunikida antes de volver a reanudar la marcha hacia el quinto piso.
Y sin poder utilizar los ascensores porque sería sospechoso y se darían cuenta de que estamos aquí.
— aunque igual si hay un criminal aquí, ya se dio cuenta de que estamos en este lugar... – Kunikida y yo giramos a ver a Dazai con el ceño fruncido – es decir, solo miren, el lugar está lleno de cámaras en todas las esquinas, ni siquiera ahí puntos ciegos – señaló a una de las esquinas más oscuras de la habitación donde si no fuera porque Dazai la señaló directamente, no se notaría aquella cámara oculta en la oscuridad.
— mierda...ni siquiera me había dado cuenta – maldigo por lo bajo y ambos hombres me miran, Dazai ríe y Kunikida se arregla los lentes.
— sigo sorprendido de que tengas ese tipo de vocabulario, ___-san – yo reí avergonzada antes de hacer señas para seguir caminando.
Empezamos a subir por las oscuras escaleras que daban un aire espeluznante, incluso llegue a pegarme a Dazai al sentir un escalofrío recorrer mi espalda.
Sentí la mano de Dazai posarse en mi cintura, no dije nada, después de todo estaba demasiado temerosa como para quejarme además, vi ese gesto como un acto para protegerme y brindarme seguridad...
Hasta que el idiota empezó a bajar su mano e intento apretar mi nalga que si no lo hubiera apartado rápidamente habría logrado su cometido.
— pervertido – lo insulto por lo bajo y el solo ríe divertido por mi reacción.
Seguimos avanzando hasta llegar al quinto piso, era un largo pasillo oscuro e incluso mucho más espeluznante que todo los anteriores, teniendo una sola puerta al final.
Kunikida miro fijamente la puerta antes de hablar – aquí es...
Mi corazón empezó a latir con fuerza ¿Qué pasaría ahora?
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Cómo Ocultar al Hijo de un Mafioso [Dazai Osamu x Tu]
De TodoFuiste una de las tantas flores de Loto de Dazai. Odiabas admitirlo, pero tu llegaste a amar a Dazai más que a tu vida, por ello te dolía verlo intentar acabar con su vida, cuando tú estabas dispuesta a dar la tuya por él. Pero como todo lo malo lle...