🍂 Omnisciente 🍂
Después de recibir la información de donde se encontraban los niños secuestrados y el cargamento que había sido robado de la port Mafia. Dazai y Kunikida se dirigieron al edificio junto a Chuuya, quienes decidieron cooperar solo por esta vez ya que se trataban de unos niños inocentes.
En cambio tu habías sido enviada a la agencia hasta que Kunikida y Dazai se encargaron de encontrar a los niños y asegurarse que todo estaba en orden y lo había ningún peligro para ti y para ti hijo.
— quieres un dulce? – te pregunta rampo, sacando la paleta de su boca mientras te da una leve sonrisa.
Le regresas la sonrisa con amabilidad, pero negaste, en cambio tu pequeño retoño estiró sus manitas hacia rampo queriendo que el detective le regalará dulces.
— puedes darme a mi? – pregunto el pequeño castaño haciendo sus ojitos de cachorro que siempre usaba con todos los adultos que conocía y que ninguno se había negado a las peticiones que el joven castaño hacia.
— no – rampo sonrió y le saco la lengua de forma infantil, por lo que Yasuhiro quedó estático, no se esperaba esa, su mueca de cachorrito triste no había funcionado.
No se lo creía.
>>>A ver, otra vez, seguro no la noto bien<<<
Se dijo el pequeño, tallando sus ojitos para que se pusieran más grandes y llorosos, está vez agregando una nueva arma de ternura irresistible para los adultos. Un pucherito adorable.
— por favooooor quiero un dulce de esos – señaló una de las varias golosinas que se encontraban esparcidas por el escritorio del joven detective de ojos verdes.
Pero la respuesta volvió a ser la misma.
— no quiero – y cuando rampo le volvió a sacar la lengua Yasuhiro entendió algo. Su tierna carita de niño no serviría en rampo.
Porque este era como otro niño más.
Yasuhiro refunfuño en silencio por que Rampo no le quiso dar dulces, así que se sentó junto a ti cruzando sus brazos con un puchero en el rostro.
Se veía adorable.
— que tienes corazón? – preguntas aunque ya sabes la respuesta.
— nada – dijo mirando a otro lado aún con su puchero en el rostro.
— seguro?
— si
— ...
— yo quiero dulces pero él no me da – señala a Rampo acusadora mente quién se lleva una mano al pecho indignado.
— aaaaw corazón, no puedes obligar a alguien a que te dé dulces...
— entonces porque me dices que yo tengo que compartir mis dulces? – pregunto con el ceño fruncido.
— mmm bueno, porque eso hacen los niños buenos – sonríes acariciando sus cabellos.
A lo lejos Rampo logró escuchar eso, por lo que frunció el ceño ¿Acabas de decir que el no es un niño bueno? Un puchero casi imperceptible se posó en sus labios.
— toma – hablo intentando sonar indiferente mientras empujaba una bolsa de caramelos por su escritorio hasta que estuviera en la orilla.
— eeeeeeh? – el pequeño Yasuhiro corrió hacia los dulces y los tomo rápidamente antes de que Rampo cambiará de opinión.
— y sí... ¡¿Y si están envenenados?! – exclamó alarmado el pequeño, sacando te una carcajada.
— tranquilo corazón, no creo que Rampo ande por la vida envenenando niños con caramelos.
— tienes razón... Puedo comerlos – murmura feliz para sacar uno y quitar la envoltura y llevarla a su boca.
— ¡Es un caramelo especial que te hará quedarte dormido cuando te estés divirtiendo! – exclamó Rampo alarmado a Yasuhiro.
— ¡¿QUE?! ¡NOOOOOOOOO! – escupió el caramelo y empezó a pasar su mano por su lengua.
— si Muajajajaja ahora estás condenado a una vida de aburrimiento! – hablo con voz malvada.
— Nooooooo mamá! ¡Rampo me embrujo! – los ojitos castaños del pequeño se empezaron a llenar de lágrimas.
— Ey...Yasu...no llores, es solo una broma ¿Verdad, Rampo? – Yasuhiro y tú giraron a verlo, Rampo asintió ligeramente, y cuando volviste a ver a tu hijo, Rampo le sonrió malvadamente logrando que Yasu volviera a sollozar.
— nooo mami me voy a morir de aburrimiento por culpa de Rampo... No hay nada que quite este embrujo? – pregunto haciendo ojitos tristes.
— espera aquí, iré por el agua mágica que te va a quitar el embrujo, no te muevas si? – el asintió ligeramente.
— chi...– dijo tallando su ojito para quitar las lágrimas.
En cuanto te fuiste, Yasuhiro se bajó del sillón y se colocó frente al escritorio de Rampo.
— que? – pregunto el de ojos verdes mientras lo miraba con intriga por su repentino cambio de humor.
— vas a pagar haberme embrujado... Respiración de los niños...Segunda postura! ¡Comportamiento Castroso! – dijo el pequeño para luego empezar a llorar en voz alta.
El presidente y tú llegaron corriendo y gritando al mismo tiempo :
— ¿QUE PASO?
— el me empujó! – sollozo el pequeño quien se había tirado en el suelo y abrazado una rodilla como si se hubiera raspado.
— ¿QUE? – ahora gritaron los tres adultos sorprendidos.
— ¿PORQUE HICISTE ESO RAMPO?
— ¡YO NO HICE NADA! ¡EL SE TIRO SOLO!
— ¡MI POBRE BEBÉ! – corriste hacia él para abrazarlo y ver su rodillita raspada.
El presidente empezó a regañar a Rampo mientras tú buscabas algo para curar el raspon de Yasuhiro.
— y harás el papeleo durante todo el mes siguiente! – ordenó severamente el viejito sabroso – ... Y sin quejas – concluyó en cuanto vio que el de ojos verdes tenía la intención de reprochar.
— maldito mocoso – murmuró viendo a Yasuhiro quién sonrió con malicia mientras tallaba sus ojos y seguía “sollozando”.
🍂
ESTÁS LEYENDO
Cómo Ocultar al Hijo de un Mafioso [Dazai Osamu x Tu]
RandomFuiste una de las tantas flores de Loto de Dazai. Odiabas admitirlo, pero tu llegaste a amar a Dazai más que a tu vida, por ello te dolía verlo intentar acabar con su vida, cuando tú estabas dispuesta a dar la tuya por él. Pero como todo lo malo lle...