Capitulo 5

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Hoy la Haseki Hurrem Sultán se despertó temprano. Habiendo ordenado traer un vestido y el desayuno, se levanto de la cama.

Hoy lucio un vestido morado con detalles dorados. la prenda estaba confeccionada de tal manera que se ajustaba favorablemente a sus caderas y levantaba sus pechos. Sobre su cabeza descansaba una corona con gemas moradas. El cabello lo paso en una coleta baja.

Después de un desayuno ligero, la sultana decidió de ocuparse de los trabajos del harén. Habiendo terminado de los documentos, la sultana se levanto de la mesa y se sentó en el sofá, arqueando la espalda hasta que crujió, se recostó en el respaldo del sofá y apoyo la cabeza en el. ''Ya ha pasado una semana desde esa noche''. Creo que estoy lista para contarle todo a Suleiman. pero, ¿Cómo reaccionara el ante esto? ¿Entenderá o se disgustara de mi presencia? '' ¿Cuál será su reacción ?. ¿De que tengo miedo? ''Si'', probablemente mi mayor temor sea perderlo, y si le cuento todo, entonces '' Tal vez se aleje de mi''. Solo con pensar que ya no puedo compartir una cama con el, siento un dolor indescriptible.

Pero la dinastía necesita continuar, y ya no puedo aumentarla.

Pero, pero''. .. NO, ''creo que es mejor no hablar de eso''

Pero... es verdad, estoy huyendo de esto, estoy huyendo de mi mismo.

Tiene muchas chicas que pueden complacerlo. De seguro estará muy feliz de volver a ser padre después de tantos años. Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para hacerlo feliz. Necesitamos... necesitamos preparar a una hatun para el... .''Desde ese ultimo pensamiento el corazón de hurrem se rompió. No podía darle su marido a otra, pero era necesario.. De repente hubo un toque en la puerta.- Adelante- dijo la sultana enderezando la espalda, se puso a esperar a quien la molestaba.

-Mi Sultana, -dijo el recién llegado.

-Hola, Syumbyul,- sonrió la sultana hurrem - ¿Paso algo? ''oh, mi sultana, de ninguna manera, todo esta bien. Vine a informarle sobre la llegada de nuevas esclavas, están en muy mal estado, por lo tanto no me atreví a mostrársela de esa forma. ¿Le gustaría echarles un vistazo?, ¿Por que no, syumbyul? Vamos a ver. -dijo la sultana mientras se levantaba se su asiento y se dirigía hacia la salida. Al abrir las puertas, la Haseki sultán se encontró en el balcón interior, desde donde se podía ver todos los rincones del harén.

El harén vivía su propia vida y nadie parecía darse cuenta de que estudiando a cada niña con una mirada majestuosa, se encontraba la mujer mas amada del sultán. Nadie mas que una esclava. La chica era alta, tenia el pelo largo y de color castaño y una cara bonita. Al ver a una mujer ricamente vestida, la hatun fijo sus ojos en ella y para atraer su atención, fue al centro del harén y poniendo su mano sobre su pecho, se inclino profundamente, tratando de mostrar su respeto para la mujer.

-¿Quien es esa hatun, syumbyul? pregunto la sultana con frialdad. -El nombre de la esclava es Valeria, tiene 17 años y es veneciana. - Ve a Afife hatun y dile que quiero verla - dijo la sultana de manera fría mientras se retiraba a sus aposentos.-Como usted ordene mi sultana - dijo el aga y se apresuro a cumplir la orden de la Haseki sultán.

Sentada en sus aposentos. Llamaron a la puerta. ''Adelante'', respondió la Haseki con voz ronca sin razón alguna. El director del harén, Afife hatun, entro en los aposentos. la mujer parecía tener entre 65 a 70 años. -ama- se inclino la mujer lentamente, apoyándose en un bastón, que siembre estaba con ella - Syumbyul aga dijo que quiere verme. '' Si'' Afife.

Entonces con clara tristeza dijo- me gustaría hablar contigo. -Estoy escuchando, mi sultana.- yo - dudando por un momento la sultana- hoy quiero enviar a una concubina para su majestad, Nazenin hatun es su nuevo nombre. La señorita Afife estaba estupefacta. -Mi sultana ,¿ esta segura?-pregunto la hatun con aprensión. - si estoy segura. -A partir de ahora, ha llagado la oscuridad para mi. - perdóneme por la insolencia sultana, pero me parece que no debería de hacer esto. Enséñale a la hatun todo lo necesario, Afife-dijo la sultana hurrem. - su deseo es la ley, sultana. ¿ Tiene otra petición ? - No, no mas, se puede marchar. La puertas se cerraron detrás de la mujer y la sultana se acostó en la cama, inmersa en sus pensamientos.

NUESTRO AMOR NO TIENE LIMITESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora