Capitulo10

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-¿Amor ? hurrem rompió el silencio, -Si mi amor. Suleiman respondió con ternura. -Sabes, tengo una duda'' porque no pasaste la noche con la señorita que te envié'' La respuesta no se hizo esperar -Oh hurrem, dueña de mi amar y mi corazón -dijo el sultán y volteo a la mujer para que lo mirara -porque te amo a ti, y no necesito nada mas. Si e tenidos muchas mujeres pero solo fueron atracciones fugaces , solo perdí el tiempo con ellas, sin darme cuenta que en realidad siempre te necesite solo a ti... No puedes compararte con ninguna de esas mujeres, porque ninguna de ellas fueron capaces de darme lo que me diste. Amor, fidelidad, lealtad, una familia y amor sin medidas hurrem. -Suleiman yo también te amo mucho. - y con esas palabras toco los labios de su esposa, quien gustosamente respondió a este toque. Levantándose de su lugar, hurrem tomo a su marido de la mano y se dirigió a la cama.

De repente una ola de pasión se los trago a ambos, Suleiman se acerco a su mujer y tras quitarle la bata que ocultaba toda su belleza, con un gemido ahogado, la arrojo sobre la cama. Lo único que le quedo encima fue un collar de esmeraldas que realzaba su belleza, Suleiman se libero de la ropa y abrazando a su esposa, comenzó hábilmente a cubrir todo su cuerpo de besos, comenzando por su rostro y terminando en sus muslos. Pero la pelirroja no se queda quieta y lo besa apasionadamente, le respiraba en los oídos, le pasa las manos por la espalda. Sin levantar la vita del beso, el hombre continua acariciando a la mujer, sus manos revolotean sobre sus pechos, hombros, estomago, acariciando todo los lugares ocultos. La sultana se estremece y se arquea en dulce anticipación de mas placer. Habiendo encontrado con su mano la parte mas intima de su cuerpo, que solo espera su toque, comienza a acariciarla lentamente, lo que hace que la sultana deje escapar un gemido sordo. Sus caderas lo atraían e incapaz de soportar mas esta dulce tortura, el entra suavemente en ella, ''placer, al borde de un abismo''. No pueden pronunciar palabras, solo suspiros, gemidos, llantos, mas gemidos y mas llantos. Ella le clava las unas en la espalda y lo recorre a lo largo de su anchura, lo que deja rayas rojas y ligeramente sangrantes. Le toca el hombro y en un arranque de pasión muerde ligeramente a la sultana. A partir de ese momento ella no sintió dolor sino placer y un gran goce, ambos sumergidos en un mar de placeres. Con cada empujón se hundieron mas profundo en el abismo... Vieron poco y distinguieron poco. Vagamente distinguieron que se encontraban en una variedad de poses en la cama, la alfombra, cerca del espejo... El ritmo aumento y de repente hurrem sintió que Suleiman habiendo alcanzado la cima del placer, se derramo en ella, con un profundo gemido, un agradable calor se extendió por el cuerpo de la mujer, del cual agarro con las manos la sabana de la cama. Con un beso a su esposa el sultán se acuesta a su lado. Yacían con las caras enrojecidas y no podían recuperar el aliento, Hurrem se acostó sobre el pecho de Suleiman, escuchando los latidos de su corazón, y el la abrazo e inhalo el olor de su cabello... Ahora nadie los puede separar. Solo están el y ella, un hombre y una mujer que están locamente enamorados el uno del otro.

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- Mi sultán, no me dejes porque muero en tu ausencia, quédese con migo un poco mas- pidió hurrem al sultán antes de irse. -Hurrem,-dijo el sultán mientras le ponía las manos en las mejillas -Me encantaría, pero tengo una Reunión urgente con los miembros del consejo, Rustem pasha me transmitió que es imperativo mi asistencia. ''Pero''... Hurrem, ya hace dos semana que no salgo de tus aposentos-dijo y le sonrió. -Esta bien, Suleiman -dijo hurrem y beso a su marido en los labios.

Tan pronto como las puertas se cerraron detrás del sultán, hurrem se sentó en el sofá, cerro los ojos y sonrió: ''Fueron los mejores días de mi vida, no hemos estado junto desde hace mucho tiempo, solo haciendo el amor piensa, mientras se sonrojaba.... Pero ahora debería dedicar tiempo a los asuntos del harén.

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Habían pasado varias semana desde que el sultán se entero de su secreto, y desde esas dos maravillosas semana que pasaron juntos, desde entonces ambos han pasado mucho tiempo en compañía del otro, cenando, largos paceos por el jardín, largas platicas y risas. Ninguno de los dos podían negarlo se estaban volviendo a enamorar, conociendo nuevos aspectos de sus personalidades que habían cambiados a través del tiempo y las pruebas de la vida, se volvieron amar como hace tanto tiempo atrás, pero a la vez mas fuerte, mas real, como marido y mujer. A pesar de que hace varios días no e estado muy bien de salud, y e empezado a sentir los efectos de la menopausia en mi ser, mareos, somnolencia, fatiga, y cambios de humor. Suleiman a estado muy preocupado por mi, por lo que me e quedado a dormir en sus aposentos mas seguido luego de varios mareos en su presencia.

NUESTRO AMOR NO TIENE LIMITESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora