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— ¿Yoongi? ¿Yoongi?

El aire en la sala de estar se sentía pegajosa cargada de humedad y suciedad apesar de estar perfectamente limpia y perfumada. Tal vez se debía a la tormenta que se avecinaba, furiosa e imponente; lluvia, truenos y relámpagos, viento castigador contra las casas y árboles.

— Yoongi

— ¿Si? — responde perdido en sus pensamientos, aún tratando de procesar lo que le acaban de avisar e imponerle de manera tranquila y serena.

No está muy seguro de lo que está aceptando o si realmente escucho correctamente, pero lo que sea que su padre quiera, lo tendrá, así que no sabe cómo negarse o si quiera si tiene la oportunidad de hacerlo. No es posible conociendo a su familia.

— Sí, ¿aceptas? — observa a su padre con derrota no pudiendo negarse a ello expresamente por lo que asiente con flojera. — Ves, mujer, te dije que lo aceptaría sin problemas.

— No creo que esté escuchando, ¿O si Yoongi? — interroga su madre arqueando una de sus espesas cejas con interés, su mirada le incomoda pero no sé atreve a desviar la mirada. No puede y no debe verse intimidado por sus padres ante lo que le impusieron hacer.

No tiene opción ciertamente, era él o nadie más haría aquello, era el único que debía haberlo, su hermano ya estaba enlazado y en espera de su primer hijo para él ser el menor de la familia y estar soltero lo dejaba como la única opción para hacerlo.

Se sentía confundido y descolorado al mismo tiempo, perdido en las últimas palabras que su padre le impuso hacer, solo escuchar aquellas dos palabras lo dejaron ausente y perdido. Ciertamente no volvió a escuchar algo más de la conversación por lo que desconocía los detalles.

— Si tan solos prestaras atención hubieses escuchado sobre los preparativos de tu próximo apareamiento.— se atragantó con la poca saliva que tenía su boca.

No podía creerlo.

— ¿Apareamiento? No está dentro de mis planes aparearme con nadie, ¿De dónde sacaste esa idea? No está en discusión.. además mi hermano es el primogénito yo no. ¿Por qué debería hacerlo? — las tradiciones de su clan estipulaban otras cosas.

La responsabilidad de un apareamiento correcto no le correspondía a él dado que no era el hijo primogénito ni el cabecilla de la familia.

— Se trata de dinero, hijo, y es importante para la familia Kim el que el apareamiento se lleve acabo.— negó no reconociendo aquel apellido.

— ¿La familia Kim? — la confusión se hace presente nuevamente, ¿Familia Kim? No hay ninguna familia Kim dentro de su clan, conoce a cada uno de los miembros y ese apellido no está dentro de ellos.

— Sí, ¿A caso no es perfecto? — su padre esboza una sonrisa amplia inquietandolo aún más. — La familia Kim ha estado buscando un compañero alfa para su hijo mayor desde hace algún tiempo. Es un omega. — una carcajada sonora resuena contra las cuatro paredes de la habitación siendo acompañada por las primeras gotas de lluvia.

El sonido siendo aterrador como nunca antes.

— Su desgracia es una dicha para nosotros. El tener un hijo primogénito Omega es aún más complicado que no tener hijos. Ahora mismo están en apuros para encontrar una pareja adecuada con la cual casarlo. — Le inquieta la mirada calculadora de su padre, algo importante debe de estar tramando.— Pero tú, mi querido hijo, un segundo hijo alfa es el compañero perfecto en tal situación; resuelve todos nuestros problemas y los de ellos, tendrás un propósito en tu vida en lugar de esa basura de la que estás empeñado en hacer.

Luceros vacios 💜 YoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora