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La puerta de la sala de estar se abre y los nervios incrementan poniéndolo ansioso. No es como si no hubiera podido escuchar las voces afuera de la habitación cuando llegó la familia Min, escucho en un mínimo susurro la corta y escasa conversación, los pasos de los presentes seguido de los toques suaves contra la madera.

La misma que se abrió en un suave empuje, dos pasos, luego se volvió a cerrar inquietando a su Omega que se encontraba más que escondido en su interior. Temeroso por la extraña persona que entró a la habitación.

El aroma madera y roble llegó a su olfato conforme se acercó el alfa a él, inhaló el aroma, uno completamente diferente a los que había olido en su casa. Ese aroma territorial le causo estragos, era potente y espeso perfectamente amoldado a un alfa. Agradable y fresco pesar de su nitidez.

Natural y tranquilizante.

— Buenas tardes.— se estremece al escuchar por primera vez su aquella voz. —Soy Min Yoongi, segundo alfa de la familia Min y perteneciente al clan Min de las faldas de las montañas.— su voz es gruesa, algo ronca pero no del todo, un toque de dureza en sus palabras pero no al grado de ser tosco o enfadado.

Respira hondo tratando de tranquilizar el nerviosismo de su cuerpo, el ritmo errático de su corazón haciendo eco dentro de sus oídos, el aroma espeso se coló dentro de su sistema provocandole estragos, siendo una mala idea para su cuerpo y Omega, un contraste entre lo nuevo y lo desconocido haciéndose presente en su cuerpo con fuerza.

Se huele así mismo percatandose de que su aroma tenue se mezcló con el territorial del alfa Min, una extraña mezcla que le hace perder el aire. Demasiado.

Lo nuevo lo abruma.

Siempre ha sido sensible a los olores, pero nunca se ha sentido así solo por escuchar una voz e inhalar su aroma, la feromonas de un alfa desconocido. Su cabeza comienza a dar vueltas un poco.

Para su desgracia el aroma parece expandirse por cada esquina de la habitación como si estuviera extendiéndose y marcando su territorio, imponiéndose ante él o quizás no de esa forma pero el ser demasiado sensible hace que lo perciba mucho más.

El nerviosismo es evidente y le asusta, sabe, puede jurar que el alfa Min percibe su miedo y nerviosismo, y no hay forma de que logré controlar las fuertes sensaciones de su cuerpo.

Inconscientemente se coloca un mechón de cabello detrás de la oreja con dedos débiles y temblorosos, haciendo tiempo para buscar las palabras que desea salir de su boca, quiere hablar pero no puede.

Siente miedo y vergüenza el que el alfa Min sepa su desgracia y lo rechace mucho antes de casarse, quizá lo mejor, no puede pensar con exactitud. La mente nublada llena de preocupación le impide pensar con claridad y tranquilidad su cuerpo.

Sus dedos se deslizan temblorosos sobre la almohada bordada debajo de él, estremeciendose tontamente ante la poderosa mezcla de ambos aromas reinando en la habitación.

—¿Te encuentras bien?— le pregunta el alfa Min causándole más vergüenza de lo posible, su comportamiento es inadecuado.

Respira nuevamente tratando de tranquilizar a su cuerpo y Omega que parecen aferrados a no moverse ni emitir sonido alguno.

—Estoy bien.— susurra ahora respirando por la boca para no tener que volver a oler sus feromonas mezcladas.— Lo siento.

—No, está bien, no te disculpes, tomate tu tiempo.— su voz es más baja y ronca que la anterior, algo suave a comparación a la anterior, haciendo que su Omega reaccione a la no amenaza que presenta el alfa Min.

No hay furia o imponencia como otros alfas que ha conocido.

—Hola— logra decir de alguna manera, agradeciendo a su boca de lograr articular una palabra sin titubear.—  Mi nombre es Kim Taehyung, primogénito de la familia Kim, del clan Kim. Estoy a tu servicio, alfa Min, para ser tu esposo y omega, para brindarte consuelo, cuidado y hijos que sean fuertes y dignos de nuestra sangre unida.— recita con tranquilidad, ensayo toda la mañana y minutos antes de que la familia Min llegara a sus tierras, por lo que se enorgullece de recitar correctamente.

— Es un placer, Taehyung.— se asusta inevitablemente cuando siente el sofá hundirse a su lado.

— Me disculpo por mis modales, deseo no ser imprudente ante su parecencia, Alfa Min.— trata de ocultar el miedo y pánico ante quien podría ser su alfa, luciendo educado y agraciado como un digno Omega de ser tomado.

—Gracias. ¿Hay alguna posibilidad de que podamos hablar cómodamente? ¿O prefiere que mantengamos la formalidad ante todo? Quizás estoy siendo demasiado maleducado. — su sorpresa es evidente ante la petición del alfa Min, jamás nadie le ha pedido tener una charla informal, siempre ha sido rectitud y educación que realmente no sabe cómo es que debe de actuar y expresarse.

—C–claro, podemos hacer eso.— susurra colocando las palmas de sus manos sobre su plano estómago en una forma inconciente de protegerse de algo que no comprende.

—Gracias— el murmuró del alfa Yoongi le provoca inquietud, su voz apesar de que es baja y educada. Sigue siendo desconocida e imponente.

El olor de alfa Min todavía es espeso en su nariz y su garganta aunque su propio olor a omega flota perezosamente en el aire entre ellos como si quisiera envolverse alrededor de la piel de Yoongi, empaparlo en su olor floral como si quisiera que le perteneciera.

Un extraño deseo que le asusta y que al instante trata de controlar porque sabe que no es normal, es consecuencia de todo lo que le dijeron debía hacer.

Mntiene la cabeza baja mientras espera que Yoongi diga algo más, el que sea quien inicie la conversación o comenté algo para dejar de lado esa incapacidad que le azota el corazón.

—No esperaba llegar a casarme de está manera.— desvía su atención hacía la voz marcada en algo que no sabe descifrar sí se trata de decepción o de tristeza. — Yo.. no crecí pensando en que en algún momento debía casarse en base a un contrato de matrimonio. Así que me disculpo por no saber qué hacer o cómo debo comportarme frente a ti o tu familia, se que las costumbres tienden a ser diferentes en cada clan apesar de que pertenecemos a la misma región por eso mismo espero ser alguien digno de ti.

Traga saliva sin saber qué hacer. ¿Qué respuesta quiere Yoongi? Se supone que es él el que debe ofrecer perdón en nombre de su familia por comprarlo a él como esposo, disculparse por ser demasiado viejo, Omega y sin nada bueno que ofrecer. ¿Por qué el alfa Min debía disculparse por el único perjudicado en esto?

— No digas eso..— susurra con timidez.— No se cómo están las cosas entre nuestros padres y el trato al que han llegado para realizar esta unión.. — entrelaza sus manos buscando la forma de darse fuerza para hablar. — No tienes que disculparte, por lo que creo la víctima aquí eres tú, lo siento.

No sabe que más decir, no llegó a pensar en un posible escenario similar como en el que se encontraba, ciertamente no tuvo tiempo para ello con los preparativos de la ceremonia, medidas, arreglos, y más. No tenía un segundo libre después de que los primeros costureros llegaron hacerle las medidas.

— Está bien, creo que es necesario para ambas familias..— asiente sabiendo que es lo verdad de las cosas.

El aroma de ambos se mezcló en el aire de manera menos espesa aligerando el ambiente y la sensación de asfixia ante su presencia, aunque la inquietud sigue en su organismo sin atreverse a dejarlo por miedo a bajar la guardia y verse débil y vulnerable ante el alfa Min.

Luceros vacios 💜 YoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora