Un trabajo antes

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—¿Dónde se supone que nos encontramos? Ya llevamos 3 días de viaje.— mencionó Rebeca algo cansada.

—Es una ciudad en la costa, es obvio ¿no te parece?— respondió Haytham de forma cortante. —Dejaremos la carreta aquí, regalarla podría ser una opción para deshacernos de ella. 

—¿Cuál es el siguiente paso?

—Date un paseo por esta ciudad y encuentrame en el puerto, en cuanto se ponga el sol.— dejó la carreta al lado de una cantina para después bajar con todo y la espada del Edén —Si encuentras algo interesante puedes traerlo. La caja estará a tu cuidado, protejela con tu vida, nos vemos...

—Creo que confirmo que me cae mal, aún después de abrirse... — la chica tomó la caja después de bajar de la carreta. —Teniendo en cuenta que es temprano ¿qué se supone que haré? tal vez si... — desvió su mirada hacia la susodicha caja. —Es más pequeña de lo que pensé, se supone que nos mandaron a destruirla pero creo que no es conveniente, es necesario regresar a New York o una zona más cercana al otro punto que necesito. Tendré que conseguir un mapa para estar más segura.— guardó la caja entre su ropa. —¿Será bueno dejar la carreta aquí?... No creo que importe, aunque hay bastante gente por aquí, tal vez sea bueno preguntar sobre un cartógrafo.

Comenzó a caminar entre la multitud de personas, quejándose en su mente sobre la potencia del olor a pescado. Le resultaba extraño a la chica que a nadie se le hace raro que una muchacha vaya armada en plena vía pública, sin embargo, sí la miraban por su color anormal de cabello, aunque no estaba segura si la observaban mal por la primera o segunda razón, realmente podría ser cualquiera e incluso ambas. Pronto detuvo su caminar al no encontrar un local cerca, por lo que pensó que sería mejor preguntar a una mujer que pasó por ahí.

—Disculpa ¿sabría decirme dónde encontrar a un cartógrafo?

—¿Hija estás bien? ¿Tus ojos? ¿estás perdida?— mencionó la mujer intentando tomar la cara de Rebeca, pero fue detenida al ver a la chica desenfundar su espada rápidamente.

—Le pido amablemente que no me toque, así que ¿podría decirme dónde encuentra un cartógrafo?— sonrió levemente mientras que la mujer temblaba del miedo al ver la espada de Rebeca.

—Cl-Claro... Se encuentra a unos 200 metros de aquí, sólo siga derecho, su tienda está a la derecha.

—Muchas gracias.

Guardó su espada y caminó hasta el lugar mencionado.

—Con ayuda de mi anillo puedo identificar qué es aquí— abrió la puerta. —Buenos días ¿se encuentra alguien?

—Buenos dias señorita.— respondió un hombre desde el mostrador, se llama Fred. Rebeca se acercó hacia el mostrador.

—Vaya si que eres buena para caminar a un sin poder ver.

—Sí... Con mucha práctica se puede lograr. Necesito sus mapas ¿podría prestarmelos o venderlos?

—Lo lamento pero mi tienda fue asaltada hace poco y no he logrado recuperar mis mapas, los estoy rehaciendo desde 0 así que no puedo ayudarte por el momento, lo lamento.

—¿Y sabes quién o quiénes los robaron?

—Fueron unos bandidos que se encuentran fuera de la ciudad, traté de pedir ayuda a las autoridades, sin embargo parece que están coludidos con ellos así que me ignoraron y yo no puedo hacer nada... Esos malditos destrozaron mi carreta en el momento que estaba transportando mis cosas a la tienda y se robaron todo. Apenas he logrado sobrevivir gracias a mi esposa, pero no sé por cuánto tiempo podremos seguir así, el dinero no nos alcanza.— contó con bastante pesar mientras mantenía su mirada baja. —Lo lamento señorita, no puedo mostrarme así pero puedo ayudarle con otra cosa, mi esposa vende una flores hermosas ¿le interesaría comprar algunas?

Saviors of timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora